Los empresarios cántabros podrán traer a 135 extracomunitarios

La contratación en origen está lejos de ser la panacea para la regulación de un problema tan complejo como el de la llegada de trabajadores emigrantes, pero sí aporta algunas claves sobre las necesidades de mano de obra que se le plantean en cada momento a los diversos sectores económicos.
La publicación el pasado mes en el BOE del exiguo contingente de trabajadores extranjeros no comunitarios –sólo 135– que pueden venir a Cantabria este año, contratados desde sus respectivos países, ha venido a confirmar el drástico descenso de las expectativas laborales en el sector de la construcción, mientras que otros, como la hostelería o el transporte, se ratifican como los más interesados en los trabajadores emigrantes. A estos sectores se han unido otros demandantes de una mano de obra que no encuentran en la propia comunidad. Es el caso de las industrias de la madera, de la de alimentación o de la pesca, cuyas duras condiciones de trabajo hacen que resulte muy poco atractiva para los jóvenes de la región.
En la flota de bajura de Cantabria, compuesta por unos 200 barcos y cerca de 2.000 pescadores, existe ya una notable presencia de emigrantes, que suponen entre un 20 y un 40% de la tripulación de cada embarcación. La mayoría de ellos proceden de Africa e Hispanoamérica.
El contingente aprobado para 2008 reserva 20 de los 135 contratos para marineros de buques de pesca, la misma cifra que se asigna a la industria de la alimentación, mientras que para las empresas metalúrgicas se reservan 25 empleos, tantos como los que pueden contratar en origen las de transportes, que buscan en el Este de Europa los conductores que no encuentran ya en la región.

Se formalizan sólo la mitad

La cifra asignada a Cantabria, forma parte de las 15.700 personas autorizadas por el Consejo de Ministros para toda España. El contingente es inferior al fijado el pasado año, cuando se autorizaron 27.034 puestos de trabajo estables a cubrir por personas de países extracomunitarios, de los que 143 correspondían a Cantabria.
Lo cierto es que, aunque puedan parecer cifras muy reducidas para la realidad de la inmigración que llega a España, responden a las propuestas expresadas por las propias asociaciones de empresarios y, paradójicamente, los contratos que finalmente se realizan por esta vía están lejos de agotar el cupo.
Puede ocurrir que una vez iniciado el expediente el empresario desista de la contratación o que al trabajador no le interesen a última hora las condiciones que se le ofrecen.
Cantabria es una de las comunidades con más alto índice de cobertura de las plazas ofertadas, pero sus porcentajes apenas superan el 50%. De las 143 plazas ofertadas el pasado año, se cubrieron 74, mientras que en 2006 fueron 79 las que se hicieron efectivas de un cupo de 144 trabajadores. Como es obvio que los inmigrantes extracomunitarios llegaron en mucho mayor número, está claro que la mayoría lo hizo por otras vías menos legales.

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