El juzgado soluciona una deuda cercana a los 100.000 euros a una ciudadana de Badalona afectada por la burbuja inmobiliaria
Puede parecer increíble, pero todavía son muchas las personas que están sufriendo las consecuencias de la burbuja inmobiliaria que estalló en 2008. Este es el caso de una ciudadana que llegó a Libertad Sin Deudas cuando supo de la Ley de Segunda Oportunidad.
El abogado Eloy Rodríguez se reunió con ella para conocer los detalles de su caso y ofrecerle asesoramiento. Finalmente, acordaron iniciar el procedimiento, que se presentó en el Juzgado de lo Mercantil número 5 de Barcelona.
Una burbuja inmobiliaria y una crisis de graves consecuencias
La situación de insolvencia de esta ciudadana sobrevino, como en muchos otros casos, tras la compra de una vivienda en los tiempos previos a la crisis inmobiliaria. Ella había visto un piso que le interesaba comprar. Su situación laboral era estable y cómoda.
Según la tasación del banco, solo le podían conceder 66.000 euros de hipoteca. La propia entidad le aconsejó, con mal criterio, que solicitara un préstamo personal por la cantidad restante.
Esta práctica era habitual en aquellos momentos. Tras la crisis de 2008, muchos ciudadanos sufrieron en sus propias carnes las consecuencias de estas prácticas.
Cuando estalló la burbuja inmobiliaria, los intereses de las hipotecas se dispararon y las cuotas llegaron a ser inasumibles para muchas personas. En el caso de esta mujer, la situación empeoró cuando perdió su trabajo como comercial de una empresa instaladora, un sector gravemente afectado por la crisis, ya que está directamente relacionado con la construcción.
Sin posibilidad de renegociar la deuda
A partir de ese momento, no pudo abonar las cuotas de la hipoteca y el préstamo personal. Intentó sin éxito renegociar la deuda con su banco, pero finalmente la entidad optó por ejecutar la hipoteca.
Con unas tasaciones claramente por debajo de los precios de compra, tras perder su piso quedó una gran deuda, formada por la parte no cubierta de la hipoteca y por el préstamo personal, la ruinosa operación que le aconsejó su propio banco y que fue agravante de la insolvencia. Nuevamente, ella intentó hacer una refinanciación de todo, pero se lo rechazaron.
Contactó con Libertad Sin Deudas, tratando de encontrar una salida para una deuda de 95.648 euros.
Exoneración del Pasivo Insatisfecho y una vida libre de cargas
El magistrado que estudió su caso observó que se daba el cumplimiento de las obligaciones formales a las que se refiere el art. 501 y no constaban ninguna de las excepciones o prohibiciones de los arts. 487 y 488 del Texto Refundido de la Ley Concursal (TRLC).
Por tanto, procedió a acordar la exoneración del 100 % de los créditos no saldados. Solo quedó pendiente una deuda pública, contraída con la Diputación, que ascendía a 4.000 euros.
Poco más de cuatro meses fueron suficientes para que la vida de esta vecina de Badalona diera un giro de 180 grados y pudiera comenzar de nuevo sin cargas.
Como ella, muchos autónomos y particulares en situación de insolvencia pueden acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad. Además de optar a la cancelación de sus deudas, al iniciar el procedimiento se paralizan los embargos. Y, una vez finalizado el trámite, sus nombres desaparecen de los listados de morosos y de riesgo crediticio.