Las promociones de obra nueva más bonitas de la Costa del Sol
No es solo el clima, ni siquiera la cercanía del mar o el perfil blanco de los pueblos colgados en la ladera. La Costa del Sol y la ciudad de Málaga ofrecen algo más difícil de definir: una manera de vivir que invita a quedarse, a bajar el ritmo, a disfrutar con calma. Allí donde la vida cotidiana se entrelaza con la luz, el paisaje y la cultura mediterránea, GILMAR ha creado una propuesta inmobiliaria que va más allá de la vivienda. Es una invitación a habitar un estilo de vida en el que la calidad y el entorno se convierten en principios esenciales.
En Estepona, uno de los destinos más vibrantes de la costa malagueña, GILMAR ha desarrollado proyectos que responden al nuevo perfil de comprador: personas que buscan belleza, bienestar y una conexión real con el entorno. Portamare, por ejemplo, es una promoción a escasos metros del mar y del puerto deportivo. Sus viviendas, de dos y tres dormitorios, no solo están pensadas para disfrutar del interior, sino también del exterior: terrazas amplias, luz natural, vistas abiertas. Es una propuesta pensada para quien desea vivir el Mediterráneo sin filtros ni artificios, donde los días comienzan con el sonido del mar y terminan bajo un cielo limpio, compartido entre la brisa y la tranquilidad.
También en Estepona, Balcón del Mediterráneo representa una apuesta decidida por la excelencia. Situada en la Nueva Milla de Oro, esta promoción combina amplitud, privacidad y una ubicación privilegiada. Las viviendas —de tres a cinco dormitorios— ofrecen estancias generosas, grandes terrazas y vistas al mar que definen un horizonte propio. Pero lo que realmente distingue a este proyecto no son solo sus calidades o sus servicios —piscina infinita, gimnasio, spa, seguridad 24 horas— sino la forma en que permite integrar la vida familiar, profesional y social en un entorno sereno y cuidado.
Más al oeste, en el límite entre Málaga y Cádiz, Casares conserva el espíritu tranquilo de los lugares que se resisten al paso del tiempo. En ese enclave, entre colinas y campo de golf, GILMAR presenta Casares Bay, una promoción concebida para quienes priorizan la paz, la privacidad y el contacto con la naturaleza. Lejos del ruido, pero cerca de todo, estas viviendas invitan a reencontrarse con una vida más pausada, en la que la belleza natural no se contempla desde lejos, sino que se convierte en parte del día a día.
En la ciudad de Málaga, GILMAR apuesta por el señorial barrio de El Limonar, Be Grand El Limonar representa el diálogo perfecto entre patrimonio y modernidad. Es una promoción que respeta el carácter histórico de su entorno, al tiempo que incorpora elementos de confort y diseño contemporáneo. Las zonas comunes —gimnasio, rooftops, espacios chill out— no solo elevan el nivel de vida, sino que fomentan la convivencia en un entorno que conserva su identidad malagueña. Vivir aquí es formar parte de una Málaga luminosa, culta y abierta al mundo.
Vivir cerca del Mediterráneo, en la Costa del Sol, es abrazar una rutina más amable, en la que el mar marca el ritmo del día. No se trata solo de vistas o de brisa marina, sino de una forma de entender el tiempo: el paseo al atardecer, la comida al aire libre, el deporte al aire libre los doce meses del año. La costa ofrece una calidad de vida ligada al bienestar físico y emocional, donde el clima, la alimentación y la cercanía a la naturaleza forman parte del día a día. Es un entorno que favorece el equilibrio y el disfrute, que invita a quedarse más tiempo, a vivir mejor.
A través de estas promociones, GILMAR no solo construye viviendas; diseña escenarios donde la vida puede desplegarse con plenitud. Cada proyecto nace del respeto al entorno, de una apuesta decidida por la sostenibilidad y de una comprensión profunda de las nuevas demandas del comprador: hogares eficientes, bien ubicados, adaptados al presente y pensados para el futuro.
La Costa del Sol y la ciudad de Málaga no son simplemente lugares donde pasar una temporada. Son espacios para enraizarse, para vivir con más calma, con más salud, con más belleza. Y en esa forma de habitar, GILMAR se convierte en un aliado que entiende que un hogar no es solo un lugar, sino una forma de estar en el mundo. Porque vivir bien —de verdad— empieza por elegir bien dónde hacerlo.