Carreteras autonómicas: La hora de los ejes transversales
El III Plan de Carreteras de Cantabria está redactado pensando en la complementariedad que debe tener la red regional con la del Estado y con las actuaciones de las comunidades limítrofes. La nueva Autovías de la Meseta y la prolongación de la Autovía del Cantábrico hacia Asturias crean sus propias necesidades y la Consejería de Obras Públicas es consciente de que parte de su Plan habrá de ponerse al servicio de estas grandes infraestructuras nacionales. De hecho, las principales actuaciones del cuatrienio (Los Corrales de Buelna-Puente Viesgo) y el estudio de la carretera Reinosa-Potes responden a este criterio.
El objetivo es contar con tres ejes transversales para interconectar la red nacional: el costero, ya existente; otro en el interior de la región, a la altura de Los Corrales de Buelna y uno más en el sur, entre Campoo y Liébana. Estos dos últimos facilitarían un mallado muy eficaz de la región, ya que prácticamente todos los valles tendrían un acceso eficiente y rápido a estas vías de gran capacidad.
El III Plan de Carreteras, regionales, que ahora se inicia, tiene como obra más destacada la conexión entre Puente Viesgo y Los Corrales de Buelna, que va a actuar como un cinturón transversal interior para enlazar las dos grandes carreteras nacionales que parten hacia el interior del país, la nueva Autovía de la Meseta y la tradicional carretera de Burgos por el Escudo (N-623). Este eje interior costará 25 millones de euros y será la carretera más costosa entre las que pretende realizar el Gobierno regional.
El tercer eje queda sólo esbozado, pero no decidido, probablemente por los muchos problemas que plantea, tanto técnicos como ambientales e, incluso, políticos. Se trata de la conexión entre Reinosa y Potes, muy importante para ambas comarcas pero muy complicado, dado que los trazados estudiados en su día invadían las competencias de Castilla y León y cualquier otro requiere grandes túneles para atravesar el macizo del Tres Mares. Al menos, el actual Gobierno ha decidido reemprender los estudios este año, lo que puede considerarse un avance en un proyecto que lleva década y media paralizado.
Toda la red, actualizada
Al finalizar el próximo cuatrienio, toda la red regional de carreteras habrá quedado actualizada, un objetivo que parecía impensable hace sólo diez años, cuando las cuatro quintas partes de los 2.012 kilómetros de competencia regional estaban intransitables. No ha resultado barato. Hasta el momento se han empleado 516,8 millones de euros en ese objetivo (unos 86.000 millones de pesetas) y restan 263 millones para completar los previstos para el III Plan de Carreteras 2005-2008.
En los dos primeros planes, la Consejería de Obras Públicas ha actuado sobre 1.500 kilómetros de carreteras, lo que supone las tres cuartas partes de la red. Eran las más urgentes, por resultar las más transitadas, o las que tenían un mayor interés estratégico, ya que muchos valles de la región no contaban con conexiones transversales y para acceder de uno a otro era imprescindible llegar a las carreteras costeras, que actuaban como un gran distribuidor para toda la región.
El nuevo plan insistirá, como los anteriores, en las obras de mejora del trazado, con pequeñas ganancias de anchura y homogeneidad a lo largo del recorrido; en los acondicionamientos de plataformas, creación de sobreanchos en las curvas, construcción de muros, mejoras de los firmes, señalizaciones, etc. No obstante, sus actuaciones más significadas van a producirse en la construcción de variantes, algo que anteriormente no se había abordado. De esta forma, quedarán liberadas del tráfico más intenso Santillana del Mar, Puente San Miguel y Suances.
En materia de puertos de montaña, el III Plan pretende completar las actuaciones que se han realizado en el II, con la definitiva mejora de La Sía, la subida a Asón, Lunada y Estacas de Trueba. Con estas actuaciones y los ejes interiores, la región habrá resuelto todas sus necesidades viarias básicas.