PANORAMA INTERNACIONAL

Un sueldo para los presos
La verdad es que es un ministro afortunado, pero también astuto, que anuncia una serie de reformas en un área política y consigue un aplauso casi universal. Nos referimos al Secretario de Justicia, Ken Clarke, que acaba de dar a la conferencia del Partido Conservador británico un resumen de su plan de largo alcance para hacer un cambio en las prisiones.
Las prisiones han sido durante mucho tiempo un área política lamentablemente olvidada, excepto por la necesidad de acomodar cada vez a más gente. Actualmente, con más de 85.000 encarcelados, Gran Bretaña tiene, proporcionalmente, la población reclusa más alta de la UE.
Ken Clarke quiere que los que están en prisión sean útiles e, incluso, que tengan un trabajo remunerado. Y en vez de las sumas ridículas –con una media de 8 libras netas a la semana– que se pagan a los presos, se les permitirá ganarse un sueldo y les ha prometido 40 horas de trabajo a la semana a cambio del salario mínimo.
Muchos más presos tendrán algo útil que hacer y una razón para hacerlo, o sea un salario, más allá de la mera actividad. Las propuestas de Clarke son también imaginativas, pues no solo se van a beneficiar los presos. Una parte de la paga se usará para compensar a sus víctimas, otra para pagar sus gastos en la cárcel y otra se ahorrará para cuando salgan a la calle. Sin embargo, la cultura de las prisiones ha probado ser frustantemente resistente al cambio y va a necesitar toda la voluntad política y todo el apoyo público que pueda reunir.
The Independent

Coches más limpios
El presidente Obama anunció en 2009 el primer gran incremento de los estándares en el consumo de combustible en tres décadas, además de poner un nuevo requisito para reducir las emisiones de CO2, el logro medioambiental más importante en sus dos primeros años de gobierno, aunque no suficiente. La semana pasada, la Agencia de Protección Medioambiental y el Departamento de Transporte anunciaron cuatro propuestas para la eficiencia energética de los coches y los camiones ligeros que serán aplicados entre 2017 y 2025.
El escenario más conservador describe un aumento medio en la eficiencia del combustible del 3% 2025. Y la exigencia más ambiciosa de ganancia anual se coloca en el 6%.
Llegar a estos niveles exigirá avances tecnológicos significativos: más coches híbridos, más vehículos totalmente eléctricos, baterías más grandes y mejores, y materiales más ligeros, aunque igualmente fuertes. Las agencias dicen que el plan más agresivo supondrá un aumento entre 2.800 y 3.500 dólares en el coste de un vehículo nuevo, que se compensarían con los ahorros en combustible.
Las mejoras en la eficiencia del combustible resultan esenciales para reducir nuestra dependencia del petróleo extranjero y para abordar el calentamiento global. El gobierno debería adoptar los estándares aún más rigurosos.
New York Times

Recorte en los números
“No más estímulos” se ha convertido en la destructiva letanía de los políticos conservadores en EE UU y Europa. Gran Bretaña ha jurado recortar el presupuesto de la mayor parte de los departamentos ministeriales entre un 25% y un 40% a lo largo de los próximos cuatro años.
El enorme coste de los malos cálculos deberá ser evidente para todos en cuanto la frágil recuperación de la economía global empiece a fallar. Se espera que las economías en los países de la eurozona se expandan como media un 1,7% en 2010 y un 1,5% en 2011. La economía de EE UU se prevé que crezca el 2,6% este año y 2.3% el próximo.
En su reciente Informe de Perspectivas Económicas, incluso el FMI –históricamente un ejemplo de austeridad fiscal– ha dejado caer la idea de que recortar, el presupuesto traería un crecimiento más rápido, al restablecer la confianza de los inversores financieros. Si el crecimiento global amenaza con ralentizarse de forma apreciable, se dice, los países con capacidad de tomar dinero a préstamo deberían posponer el recorte presupuestario.
El gobierno de Obama alega que el déficit debe ser abordado, pero con un alto desempleo y baja inflación, la tarea más urgente es estimular la demanda para que se refuerce el crecimiento.
Hay una reunión del G-20 en Seúl en noviembre y el presidente Obama debería usar esa ocasión y la mala prensa sobre el crecimiento, para presionar un poco más en favor de un apoyo sostenido a la economía global. Hay que abordar el déficit pero, primero, la economía necesita reforzarse.
New York Times

Suscríbete a Cantabria Económica
Ver más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Botón volver arriba
Escucha ahora