El año del ladrillazo y de la crisis financiera

La inercia de varios años de euforia sigue empujando la economía regional, que afortunadamente no ha frenado en seco, pero 2008 no ha sido un buen año. Se rompió bruscamente una racha, se hundió el mercado inmobiliario de la noche a la mañana, cambió el signo de las cuentas públicas y todo indica que puede llevarse por delante a una parte del sector constructor.
La primera sorpresa fue la caída de SEOP. Es cierto que hasta ese momento se habían producido suspensiones de pagos de empresas relativamente conocidas, como Urazca, que construía en Santander el Parque de Las Llamas y el parking de Tetuán, pero no cabía sospechar que, después de años tan espectacularmente rentables para el sector, su suelo estaba tan poco firme. Lo demostró la caída de la constructora con más rápido crecimiento en la región, SEOP, cuyos propietarios también lo son del Racing, del golf de Oyambre, o del futuro complejo termal de Ruesga.
La constructora se vio afectada por los impagos de varias promotoras y a su vez dejó en mala situación a sus acreedores. Parecido efecto dominó fue el que llevó a Cenavi, la segunda constructora de la región, a pedir el concurso de acreedores. Más de 800 proveedores se quedaron a la espera de poder cobrar un pasivo de alrededor de 50 millones de euros que, aún estando muy repartido, puede poner en serio peligro la continuidad de decenas de pequeñas empresas contratistas y proveedoras.

La desaparición de tres capitanes de empresa

Pero lo único inevitable es la muerte y el año también deparó pérdidas muy significadas. Desaparecieron los fundadores de tres de los principales grupos empresariales de la región: Emilio Bolado, Marino de la Fuente y Victorino Rodríguez.
Bolado había creado un gran grupo a partir de la constructora que lleva su nombre y de varias empresas dedicadas a la producción de hormigón y asfalto, que en los últimos años se había diversificado con el mantenimiento de carreteras y servicios urbanos, como la recogida de basuras, el cuidado de parques y jardines o el abastecimiento de agua a los municipios.
Empezó muy joven con un pequeño camión de asfalto y cuando murió, a los 71 años, era el adjudicatario de varias de las más importantes obras de la región y reunía una plantilla de 540 trabajadores.
Victorino Rodríguez Valle cofundador de la empresa Puertas Roper, inició la fabricación de las puertas basculantes de dos hojas a comienzos de los años 60. El éxito que tuvieron en los edificios industriales hizo que surgiesen en la región otras empresas semejantes, pero Roper supo mantener su hegemonía y su mayor desarrollo se produjo cuando estas puertas se popularizaron también en las viviendas individuales, debido a su funcionalidad y a su aprovechamiento del espacio. Más tarde llegarían las guillotinas, correderas y automatismos, con plantas de producción y delegaciones en Barcelona, Asturias, Aguilar de Campoo, San Sebastián, Sevilla, Madrid y Maliaño, su pueblo natal, al que siempre estuvo vinculado.
Victorino Rodríguez fue también el impulsor de la empresa Susider y el mecenas de varias agrupaciones de bolos, ciclismo, remo o petanca.
Marino de la Fuente es otro de los grandes hombres de empresa desaparecidos en el año y, como los dos anteriores, su historia personal había partido de un humilde negocio.
Cuando murió, el 4 de marzo, a los 89 años, habían pasado más de sesenta desde sus inicios con un pequeño almacén de maderas en Santander, creado después de trabajar varios años con otro almacenista. Con las maderas que trajo de Soria y Galicia se reconstruyó parte de la ciudad, devastada por el incendio de 1941, y su negocio fue expandiéndose hasta abrir nuevos almacenes en Sevilla (1979) y Valladolid (1989). La compañía hace ya muchos años que está regida por sus hijos y es una principales madereras del país.

Muerte en Guatemala

La desaparición más inesperada fue la de tres empresarios cántabros que se encontraban en Guatemala, al precipitarse al suelo el helicóptero que tripulaba uno de ellos, Virgilio Casado, el más importante empresario lebaniego del país, donde estaba establecido desde hace más de veinte años. Con él murieron José Luis Briz y Juan José Calvo, yerno de Briz, que trabajaba en una empresa de Casado en Cantabria y había viajado a Guatemala para asistir a una boda.

Quebranto patrimonial

Por lo demás, la economía regional ha aguantado el tipo a lo largo del año gracias a la fuerte inercia de la industria y a las exportaciones, que también están vinculadas al sector industrial. De lo contrario, las cosas hubiesen pintado bastante peor, porque la crisis no sólo ha afectado a las rentas salariales sino que ha dejado muy tocado el ahorro y especialmente en Cantabria.
Cuando las familias ya se sentían propietarias de un importante patrimonio, por el elevado valor que habían alcanzado sus casas, ahora se encuentran con que las viviendas no valen lo que se suponía (en realidad no se sabe muy bien lo que valen porque las transacciones están paralizadas) y también ha perdido valor el dinero invertido en otros bienes.
En Cantabria siempre ha habido una especial afición a la Bolsa, lo que por sí solo hubiese bastado para justificar una importante pérdida patrimonial en 2008, dado que el Ibex ha caído un 40%, pero buena parte de esa inversión está vinculada al Banco Santander, que a pesar de haber aguantado sin problemas una crisis financiera que se ha llevado por delante a varios de sus colegas, se ha dejado casi el 50% de su valor en Bolsa.

El lío de la patronal

La división de los empresarios cántabros, que se inició en las elecciones de 2006, no sólo no se cerró en 2008, sino que se acentuó, al formarse una nueva confederación, Cecan, tras sumarse la patronal de comercio Coercan a las ya escindidas Pymetal y Asociación de Constructores y Promotores.
Cecan ha solicitado formalmente al Gobierno cántabro su reconocimiento como asociación representativa, lo que le daría derecho a participar en las mesas de la Concertación regional, una eventualidad que CEOE trata de evitar. En caso de que superase los requisitos para conseguirlo (demostrar que tiene afiliados a más del 15% de las empresas y de los trabajadores de la región) ambas patronales tendrían que repartirse las representaciones y los presupuestos en función de la representatividad que demostrase tener cada una.
La situación es incómoda para el Gobierno, que tendrá que decidir en los próximos meses, ya que tiene un plazo legal de medio año desde que Cecan presentó los documentos en octubre. No obstante, incluso en Cecan empieza a extenderse el convencimiento de que ni el Ejecutivo ni los sindicatos que se sientan en la Concertación (UGT y CC OO) con CEOE tienen ningún interés en que aparezcan más invitados en las mesas.

El año del transporte

En las infraestructuras de transporte se produjeron dos circunstancias que cabría calificar de históricas, un adjetivo del que se abusa demasiado, pero que en este caso está justificado: La puesta en servicio del último tramo de la Autovía de La Meseta en Cantabria resolvía definitivamente el problema de los accesos al interior del país, aunque aún restasen algunos tramos en Palencia, que pronto estarán finalizados. La obra del viaducto de Montabliz, uno de los más altos de Europa, es representativa de unos trabajos que en ciertos momentos resultaron homéricos.
La derrota definitiva de la orografía a manos de las máquinas de obras públicas prácticamente coincidió en el tiempo con la llegada del tren de alta velocidad a Cantabria, el espectacular Alvia. Pero, al contrario de lo que cabía suponer, esa aparición no solo no redujo la presión en demanda de la alta velocidad, sino que la ha acrecentado. En realidad, el Alvia sólo puede hacer en alta velocidad el tramo Madrid-Valladolid, si bien eso ha reducido el trayecto Madrid-Santander a cuatro horas y media, hora y cuarto menos de lo que se tardaba anteriormente.

Medio AVE

La continuación de la línea de alta velocidad hasta Palencia parece ya garantizada, pero no hasta Santander, lo que permitiría hacer el viaje a Madrid en poco más de dos horas y media, pero ese ahorro costaría, según las primeras previsiones, alrededor de 3.000 millones de euros, un gasto al que cualquier gobierno nacional va a ser renuente cuando sabe que –dada la pequeña población de Cantabria– afectaría a un número muy reducido de viajeros.
Mientras se sustancia si habrá alta velocidad o simplemente velocidad alta, el Alvia ya ha conseguido aumentar la clientela del tren en un 40%, gracias al ahorro de tiempo y a la comodidad que ha aportado, aunque en el trazado cántabro no haya habido mejora alguna.
Feve, la hermana menor de la familia ferroviaria, también empieza a despertar, y con la puesta en servicio de trenes rápidos entre Santander y Torrelavega, ha conseguido darle a sus trenes el carácter metropolitano que se echaba en falta.
El ciclo de buenas noticias en los transportes se completó con la introducción de dos aviones diarios de Ryanair a Madrid, y otro a Reus (Barcelona), que han acabado con el carácter elitista de los vuelos internos. Por fin ha desaparecido la paradoja de que resultase más caro viajar de Santander a Madrid o a Barcelona que hacerlo a Roma o a Londres, aunque eso sí, sigue dependiendo de con qué compañía se haga.
En el ámbito de la cultura, el reconocimiento por la Unesco de otras ocho cuevas de la región como patrimonio de la humanidad (ya lo era la de Altamira) y la aparición en El Soplao de un yacimiento de ámbar prehistórico son dos acontecimientos por los que también podría ser recordado 2008, un año que no fue tan malo, como se ve, pero que quedará manchado con el estigma de la crisis financiera mundial y por la crisis inmobiliaria española, con nuestras subprimes propias que no son otras que el suelo, desmesuradamente valorado, y el crédito promotor, desbocado mucho más allá de lo razonable.

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