El endeudamiento de los cántabros se ha duplicado desde 1995
aEn 1995 la región salía de una larga y dolorosa crisis, que había provocado una profunda retracción en el consumo. Como consecuencia de ello, el endeudamiento de los cántabros era bastante inferior a la de otras regiones donde la tendencia económica ya había cambiado de signo. Los cántabros apenas compraban 2.000 viviendas al año y matriculaban unos 10.000 vehículos, prácticamente los mismos que quince años antes. En estas condiciones de bajo perfil de consumo, y aunque el nivel de desempleo se encontraba por encima de la media nacional, los ciudadanos de la región situaban su endeudamiento en 525.000 millones de pesetas, que equivalían al 58% del Producto Regional Bruto, muy por debajo de la media estatal, que en ese momento superaba el 70% del PIB.
A partir del 1995, los cántabros nos sumamos a la fiesta del consumo, pero seguíamos haciéndolo con menos euforia que el resto del país y hubo que esperar hasta el 2000 para que se invirtiesen los términos. Y cuando se ha producido, el salto ha sido tan brusco como sorprendente. Mientras que el conjunto de los españoles empezaba a contener el ritmo de solicitud de créditos (+10% el pasado año), el endeudamiento de los cántabros crecía a un ritmo del 20% y en el segundo trimestre del año llegó a alcanzar el 23%, algo que fuentes del sector financiero relacionan con el fortísimo nivel de venta de viviendas nuevas (unas 4.500 en el año) y de automóviles, que llevaba camino de alcanzar otro récord histórico hasta que en el último cuatrimestre del año se produjo un parón tan inesperado como espectacular.
Como consecuencia de esta fuerte demanda de créditos, la deuda particular de los cántabros se sitúa ahora en 960.000 millones de pesetas, el 76% del PIB. Un nivel muy superior a los valores tradicionales, aunque aún está lejos de la media nacional, situada en el 92% del PIB, lo que indica que aún queda un margen de endeudamiento, si no se produce antes un cambio en la tendencia económica.
Ahorro, por debajo de la media
La evolución del ahorro es más difícil de analizar, puesto que la transferencia de una parte muy significativa de los depósitos a fondos de inversión y pensiones ha roto las series históricas. Los depósitos que mantienen los cántabros en bancos y cajas suman 900.000 millones de pesetas, que equivalen al 71% del Producto Regional Bruto, frente a los 720.000 millones de pesetas que suponían en 1995 (79% del PIB en aquella fecha).
En cualquier caso, algo que resulta constatable es que el dinero en cuentas a plazo y a la vista de los cántabros ha pasado de estar muy por encima de la media nacional a situarse francamente por debajo. Mientras que en el conjunto del Estado estos ahorros equivalen al 84% del PIB, en nuestra región apenas alcanzan el 74%, según los datos del Banco de España. Una prueba palpable de que las economías locales no andan demasiado desahogadas.