El café se puede poner por las nubes

En el último año, los industriales cafeteros han asumido una subida de su materia prima en origen del 67% sin poderla repercutir en el precio del producto final. Pero esta situación no puede durar mucho. El sector es consciente de que, al menos una parte, se va a trasladar al público, y así lo piensa Emilio Baqué, consejero delegado de Dromedario. Pero en un mercado donde el precio condiciona muchas de las compras, nadie quiere ser el primero. A veces, el proveedor ni siquiera tiene la libertad de decidirlo, dado que las grandes superficies utilizan el café como uno de los productos de referencia de cara al consumidor y prácticamente imponen los precios a las marcas.
Hace algunas semanas que la Federación Española del Café alertó sobre la evolución de los precios, sobre todo en el producto de más calidad, la variedad arábica. El hecho de que la robusta se haya comportado de una forma más moderada ha evitado que la situación del mercado llegue a ser crítica, dado que la mayoría de las presentaciones utilizan ambas variedades mezcladas. Muchos fabricantes se defienden de las subidas cambiando la composición de la mezcla: a medida que se encarece el arábica, disminuyen su proporción con respecto al robusta, algo que puede contener el precio, pero que afecta a la calidad.
La empresa cántabra Dromedario, una de las afectadas por las subidas, prefiere utilizar el mercado de futuros para asegurarse una horquilla de precios controlable. La compra aplazada le garantiza un precio fijo (aunque más elevado que el actual) y la disposición de un putt, la posibilidad de vender en caso de que la marcha de los precios no sea la esperada. El coste de esta opción de venta siempre es bastante menor que los riesgos que podría producir la evolución del mercado.

Subidas especulativas

Las subidas tienen un claro trasfondo especulativo, al haber realizado los fondos de inversión grandes compras apostando al alza –el mercado de futuros del café es el segundo en importancia, tras el del petróleo–. Pero también tienen causas objetivas. La mala cosecha de Brasil, el mayor productor mundial y, sobre todo, los efectos del tsunami en los productores del sudeste asiático han acortado la oferta de un producto que de por sí es cíclico. Como ha pasado en ocasiones anteriores, la excelente cosecha brasileña de 2002 y la consiguiente bajada de precios, provocaron que al año siguiente se produjesen numerosos abandonos de plantaciones en países que no pueden competir con Brasil, especialmente los de Centroamérica, que han de cultivar en escarpadas laderas y recolectar a mano.
Según los datos de la Federación Española del Café, correspondientes a 2003, el consumo medio anual per capita en España es de unos 4 kg. de café verde. El 53% de los cuales se utiliza en el hogar y el restante 47% en establecimientos hosteleros.
No está claro cuándo se producirá la subida de precios al consumidor, pero en ese momento, sus efectos no sólo se notarán en los lineales de tiendas y grandes superficies, sino también en la hostelería y en las máquinas automáticas.

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