Escalar en mitad de la crisis
Los documentales de escalada y espeleología nos han dejado imágenes cargadas de emoción y de asombro pero hay otras actividades, mucho menos épicas, que requieren el mismo arrojo aunque pasen más desapercibidas. Son los trabajos de mantenimiento industrial en altura, o en espacios tan reducidos que solo pueden ser realizados por especialistas bien entrenados. Lo que tienen en común ambas situaciones es que se usan las mismas técnicas y quienes las ejecutan son practicantes de esos deportes.
Para visualizar las conexiones que hay entre ambos mundos nada mejor que visitar la tienda que Indacess ha abierto en el polígono de La Cerrada, en Maliaño. A un lado de la amplia sala de exposición se pueden ver arneses, líneas de vida, cascos, barandillas autoportantes y sistemas de protección. Al otro, mochilas, tiendas de acampada, bastones, calzado de montaña y todo tipo de complementos para la práctica de la escalada y la espeleología. Dos murales con una panorámica de Peña Vieja, el pico más alto de Cantabria, y una representación pictórica de las industrias más representativas de la región, ambientan la sala, simbolizando la síntesis que esta empresa ha logrado entre las aficiones deportivas de sus fundadores y la especialización en un trabajo muy demandado por las industrias.
Una actividad sin crisis
Al contrario de lo que ha ocurrido con otros muchos sectores, la recesión económica no ha afectado en exceso a la actividad que desarrolla Indacess. Por el contrario, casi ha sido un incentivo, ya que muchas industrias han aprovechado el descenso de ventas para hacer tareas de mantenimiento y mejora de sus instalaciones, a la espera de la recuperación de sus mercados.
Esos trabajos puntuales le han abierto otras puertas a la empresa creada por los alpinistas. Un ejemplo es el contrato para pintar los siete coloridos tanques de Columbian que tanto identifican a la fábrica de Gajano. A partir de ahí, la factoría les pidió una sucesión de limpiezas de tolvas y tareas de mantenimiento de las instalaciones que les ha tenido ocupados todo un año. Para poder hacer frente a ese encargo sin desatender a otros clientes, entre los que están prácticamente todas las grandes industrias de Cantabria, la empresa fundada por José Antonio Cornejo e Iván San Martín amplió su plantilla hasta llegar a doce trabajadores, la mayoría de ellos procedentes, como ellos, del mundo de la escalada o de la espeleología, y que en su vida profesional ejercen oficios como la calderería, la soldadura o la pintura.
Trabajos arriesgados
Los encargos pueden llevarles a lo más alto de un pilar del Viaducto de Montabliz, en la autovía de la Meseta, a 140 metros del suelo, donde había que instalar un pararrayos, o a una angosta tolva de Cementos Alfa en la que había que quitar las incrustaciones. Pero también es posible que tengan que reptar por el interior de las tuberías que conectan el pantano del Ebro con el embalse de Alsa, para localizar posibles fugas y repararlas con fibra de vidrio.
Además de la singularidad de estos trabajos, para los que no tienen muchas opciones posibles, las industrias valoran la rapidez de respuesta ante emergencias que pueden llegar a paralizar una planta. Una capacidad de reacción que Indacess ha conseguido al contar con una plantilla propia muy amplia para lo que es habitual en las empresas de su sector, que suelen recurrir a la contratación de autónomos.
Kilómetros de líneas de vida
La especialización en tareas de mantenimiento industrial que comportan ciertos riesgos caracteriza a la compañía desde su fundación en 2006 por dos socios que provenían de los trabajos verticales en edificios. Con el tiempo, decidieron añadir la instalación de sistemas anticaídas y la formación en prevención de riesgos laborales. Una triple actividad que les ha llevado a convertirse en una de las empresas más importantes de su sector en todo el país.
Indacess ha tendido ya kilómetros de lo que se conoce como líneas de vida, unos dispositivos de anclaje colocados en lugares con riesgo de caídas de altura, que no solo reducen la posibilidad de accidentarse sino que facilitan los rescates.
Una de las claves de su expansión ha sido su condición de partner de Latchways, una de las marcas más avanzadas en el restringido campo del diseño y fabricación de líneas de vida. Una de sus últimas aportaciones es un arnés rescatador que permite que una persona que se queda colgada de una de estas líneas pueda deslizarse hasta el suelo por sus propios medios, sin tener que poner en marcha una operación de rescate, con el riesgo que siempre implica ese tipo de acciones.
La especialización de Indacess en la protección laboral contra las caídas le ha abierto un extenso campo de clientes. Por su aula de formación pasan los trabajadores de muchas empresas cántabras que deben afrontar en su actividad cotidiana estos riesgos. Además de la teoría, allí disponen de una zona para la práctica de trabajos en altura o en espacios de difícil acceso, donde los trabajadores adquieren las habilidades necesarias para mejorar su seguridad.
Una tienda transversal
El traslado a unas instalaciones mucho mayores en el polígono de La Cerrada también le ha permitido a los socios de Indacess cumplir un propósito que perseguían desde su fundación, la apertura de una tienda en la que convivieran los dos mundos a los que se sienten vinculados, el deportivo y el de la protección laboral.
La similitud de técnicas que se aplican en los trabajos verticales y en la escalada ha hecho que empresas ligadas a los deportes de montaña hayan desarrollado productos para el mercado laboral. Contar con un espacio donde exponerlos facilita que los clientes conozcan mejor los sistemas anticaída y las líneas de vida que instalan.
Pero la auténtica novedad en el paso que ha dado esta empresa cántabra es la venta de material deportivo, que abarca todas las especialidades que se practican en montaña, desde la escalada, el barranquismo o la espeleología al simple senderismo y el trail running, las carreras en circuitos de montaña que tanto auge están cobrando y a las que quiere prestar una especial atención. La firma de Maliaño va a patrocinar una Copa Cantabria, que aglutinará la media docena de carreras de trail que ya se organizan en la región y a la que podría unirse alguna más, dado el crecimiento que está experimentando esta actividad deportiva.
Otra de sus intenciones es proponer al Ayuntamiento de Santander la realización de un concurso de escalada en una estructura artificial durante la Semana Grande, para fomentar este deporte entre los jóvenes. Otra vuelta más a los orígenes por parte de una empresa que sube en mitad de la crisis, y que lo hace sin experimentar vértigo.