“Aprovechamos la crisis para crecer”

0El grupo Maderas José Saiz, creado por el empresario cántabro del mismo nombre, se ha ido extendiendo por España y Francia, aunque la gestión de todas las filiales de explotación forestal, transporte, aserraderos y fabricación de palés se sigue controlando desde la vera del Río Pas a su paso por San Vicente de Toranzo. Desde esos edificios se compra y vende madera en pie en montes de España y Francia o madera en rollo y se mueven más de 500.000 m3 de madera de coníferas al año.
Para José Saiz, un empresario originario de Cieza y hecho a sí mismo, el secreto es trabajar con inteligencia y con objetivos muy claros, lo que vale para cualquier proyecto empresarial: “Hay que dedicar una atención muy especial a la calidad del producto, al servicio y a la atención al cliente, pero lo importante es tener una visión global del mercado. Hay que saber lo que el cliente puede demandar a corto y medio plazo y, además, estar muy bien preparado para el largo plazo, para asegurar el futuro.”
En 2007 y 2008, cuando la situación internacional ya auguraba la crisis, José Saiz decidió ampliar la producción de tabla para embalaje, que ha pasado a convertirse en el principal producto de la empresa. Eso le exigió buscar nuevos proveedores y clientes en la costa mediterránea y en el sur de España, además de consolidar el mercado francés, donde lleva instalado quince años. Mientras el desánimo y la caída de mercados frenaba la expansión de muchas empresas, él consiguió detener el golpe inicial y, gracias a una gran labor comercial y de fidelización, pudo aprovechar la debilidad de los demás para ampliar la actividad.
Saiz optó por aumentar el esfuerzo inversor, con una renovación tecnológica en la que ya ha empleado ocho millones de euros y de la que quedan por ejecutar otros cinco. El gasto realizado hasta ahora se materializa en una nueva línea de aserrado que sustituirá a dos de las tres que fueron instaladas hace diez años.
Para hacer frente a una inversión tan elevada, la empresa se sometió a una política de austeridad en los gastos corrientes, aunque también se vio favorecida por las condiciones del mercado, que le permitieron acceder a la mejor tecnología a precios más bajos que antes de la crisis.

Un aserradero inteligente

Técnicos alemanes de la empresa Linck, una firma que tiene ciento sesenta años de antigüedad a sus espaldas y la tecnología para aserraderos más avanzada del mundo, han estado varios meses instalando la nueva línea de corte que, además de estar totalmente automatizada, escanea los troncos en 3D. Una cabina preside los cerca de 100 metros de longitud de la línea y desde esa atalaya un solo operario vigila las pantallas que controlan todo el proceso de aserrado.
El sistema informático es capaz de estudiar cada tronco y decidir por sí solo el corte que le sacará el mayor rendimiento. Gracias a los servomotores, que ajustan rápidamente los ejes de herramienta, y a la optimización variable del avance se consiguen productividades altísimas con una precisión milimétrica en el corte de las tablas, que salen perfectamente calibradas.
La línea engulle troncos con diámetros que van desde 12 centímetros en el extremo más delgado hasta los 65 cm y con longitudes de dos a cuatro metros. Pero lo más llamativo es que fabrica simultáneamente cuatro productos distintos, que se clasifican por sí solos a través de cuatro salidas diferenciadas.

150 m3 de madera serrados en una hora

Con velocidades de avance de hasta 90 metros por minuto, la línea procesa 70 m3 de madera en bruto a la hora, que se convertirán en 150 cuando trabaje a pleno rendimiento. Pero lo más importante de este nuevo sistema de aserrado, además de la mejora en el rendimiento y el aumento de la capacidad de la fábrica en un 80%, es la gran calidad del producto que sale de las máquinas gracias a la precisión en el corte.
El escaneo en 3D de los troncos antes de empezar a serrar permite establecer sus características de diámetro, conicidad y curvatura. Una vez conocidos, el propio sistema decide cómo abordar el corte de la manera más eficiente y los distintos tipos de productos que serrará en función de las circunstancias de ese tronco y de los pedidos que tiene la empresa.
Un mecanismo más convencional de cintas transportadoras traslada las virutas, el serrín y las astillas –los subproductos que va generando el aserrado– a sus respectivos almacenes, lo que contribuye a la limpieza de las instalaciones y a la sostenibilidad de todo el proceso.
El trabajo de sierra siempre ha sido duro, pero se transforma con esta maquinaria y prácticamente desaparecen los riesgos laborales que comportaba. A cambio de ese aumento de la seguridad, productividad y confort, su manejo exige más cualificación. Cualquier trabajador debe tener ahora unos conocimientos básicos de informática, tanto para el manejo de la maquinaria de producción como para las tareas de mantenimiento o para la logística del proceso; conocimientos que también son fundamentales para los empleados de administración y atención al cliente. Unas necesidades que la empresa trata de cubrir con un centro de formación que ha creado dentro de sus instalaciones, en el que hay dos aulas capaces de albergar a cien personas.

El robot de afilado, un complemento básico

Tanto con las tradicionales sierras de cinta, hoy casi en desuso, como con las nuevas sierras circulares de disco, que permiten mayor velocidad y precisión en el corte, el afilado es un proceso cotidiano en el aserradero. De hecho, la nueva línea de aserrado se completa con el robot de afilado CHD, de Vollmer, que es capaz de mecanizar toda la geometría de los dientes de las sierras circulares en un solo ajuste.
El afilado se realiza dentro de una cabina integral, lo que garantiza la seguridad, además de evitar ruidos y emisiones a la atmósfera. El robot llega a funcionar las 24 horas del día y cuenta con un sistema de circuito cerrado de lubricación que elimina los residuos.
Son afiladoras con control numérico y un sistema de programación, pero el manejo está simplificado al máximo para facilitar su uso. El robot que controla el proceso almacena un número ilimitado de programas de afilado que cubren las necesidades específicas de cada máquina y de cada empresa.

Un mercado internacionalizado

Saiz ha apostado por la mejora continua y la compañía está certificada en la norma de calidad ISO 9001 y en la medioambiental ISO 14001. También cuenta con certificación de Gestión Forestal Sostenible y de Cadena de Custodia de la Madera con el sello PEFC y con varios certificados sobre los productos que fabrica.
Paralelamente al control del producto, el grupo ha fortalecido el proceso forestal, para el acopio de la materia prima desde los montes españoles o franceses, con once equipos de corta propios y una flota de más de sesenta camiones que se encargan del trasporte de la madera desde procedencias cada vez más diversificadas: “Estamos aprovechando la crisis para crecer. Yo creo en el trato personal, y aunque hoy en día internet nos permite mantener contactos con cualquier punto del mundo, yo sigo recorriendo miles de kilómetros al año para mantener una relación personal con mis clientes y para buscar nuevas oportunidades de negocio. Es fundamental estar en el mercado y saber cuándo y dónde hay que comprar o vender, según las circunstancias”, sostiene Saiz.
“El 40% de nuestras ventas se hacen en Francia y en otros países”, explica. “Ahora estamos trabajando mucho en todo el Mediterráneo, pero no desatendemos a nuestros clientes del norte de España y de Cantabria, que es nuestra base” y añade su “orgullo” de que Cantabria disponga “de un aserradero líder en fabricación de tabla de embalaje a nivel europeo”.
En el Valle del Pas son muy conscientes de que les tocó la lotería cuando José Saiz trasladó sus instalaciones desde Los Corrales de Buelna hasta Corvera de Toranzo. El grupo de empresas da trabajo a cerca de trescientas personas y ha contribuido a crear otros tantos puestos de trabajo indirectos.
A José Gabriel Saiz le gustaría que las autoridades regionales tuvieran mayor sensibilidad con los proyectos industriales y demanda una mejora urgente de las comunicaciones: “Es fundamental terminar la Autovía del Cantábrico y no debemos abandonar la conexión con el Valle del Ebro, hacia el Mediterráneo”, dice. Con respecto al ferrocarril, cree que “necesitamos mejorar la vía para poder tener un buen servicio de mercancías y hay que estudiar las posibilidades de rentabilizar el puerto con embarques más económicos, en la línea de otros puertos del País Vasco y Francia”, añade.

Suscríbete a Cantabria Económica
Ver más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Botón volver arriba
Escucha ahora