PANORAMA INTERNACIONAL
Recortar la nómina pública
Los funcionarios se retiran antes, con pensiones más generosas que los trabajadores del sector privado, y tienen más seguridad en el trabajo. Tan favorable tratamiento se justificaba tradicionalmente porque los servidores públicos estaban peor pagados. Pero eso es un mito, pues la abrumadora mayoría están significativamente mejor remunerados que los del sector privado y las diferencias aumentan.
Según un informe del Policy Exchange, la prima del sector publico, es decir, el ingreso adicional que un funcionario recibe en comparación con su equivalente del sector privado, es ya del 35%.
Policy Exchange propone medidas para recompensar a los funcionarios de forma más responsable, entre ellas, negociar la paga a nivel local y sustituir la actual congelación salarial por otra fórmula que permita a los gerentes de personal ajustarse a las condiciones locales. Con el tiempo, estas actuaciones restaurarían un balance más sensato en el mercado laboral. Y dado el estado de las finanzas públicas, deberían introducirse rápidamente.
The Daily Telegraph
Japón busca terreno más alto
Hicieron falta diez años para reconstruir Kobe tras el terremoto de 1995, pero ese plazo es ahora demasiado optimista para lo que se necesita en la costa noroeste de Japón. Hace dos meses una gigantesca ola negra arrasó 16 ciudades, 95.000 casas, 23 estaciones ferroviarias, cientos de kilómetros de carreteras, vías de tren y espigones…
El agobiado primer ministro Naoto Kan, puesto al pie de los caballos, en parte por su propio partido, debido a la forma en que su Gobierno se ha portado con el operador de la destrozada planta de Fukushima, ha empezado a tomar decisiones de naturaleza política. Ha ordenado el cierre temporal de Hamaoka, la central nuclear levantada sobre una falla geológica activa, y ha abandonado los planes de construir 14 reactores en los próximos años, optando en cambio por aumentar un 20% las energías renovables.
Sólo la factura de la compensación a las 50.000 familias forzadas a dejar la zona puede ser astronómica. Ahora la prioridad es estabilizar Fukushima y construir 70.000 hogares temporales. Ya se habla de reconstrucción creativa, de descentralizar el poder de Tokyo, reducir la diferencia de bienestar entre el campo y la ciudad o crear una plataforma para las energías verdes.
The Guardian
El canciller picapleitos
En un discurso ante el Institute of Directors, George Osborne abordó el ‘costoso impacto’ de las regulaciones de empleo británicas, prometiendo que publicaría una revisión completa de este área legal.
Osborne dirigirá su atención hacia las sanciones que se aplican frente a la discriminación en los tribunales laborales y aspira a simplificar la gestión del salario mínimo. También revisará las regulaciones que garantizan el salario actual y las condiciones de los trabajadores cuando la empresa es absorbida, así como la reforma del periodo de consulta en los despidos colectivos.
El canciller no ha hecho mención a los efectos civilizadores que han tenido las regulaciones sobre el trabajo. Concede una compensación a quienes han sufrido discriminación de género pero, si establece una cantidad modesta, las empresas pueden calcular que es más fácil pagar que cambiar de comportamiento.
El canciller ha anticipado que los grupos de presión se pondrán en su contra: “¿Y qué pasa con el derecho a iniciar una empresa y no acabar en un sinfín de pleitos o ahogarse en el papeleo?”, contrapuso.
Este lenguaje de confrontación deja entrever que el canciller, viendo que el crecimiento del PIB se queda corto, está buscando carnaza para mantener dentro del juego al grupo de presión empresarial. No fue un discurso para servir al interés conjunto de los trabajadores y los empresarios sino para que se tiren al cuello unos a otros.
The Independent
Los conservadores, firmes
La de Nick Clegg fue una de las firmas que honraron el prólogo del Libro Blanco sobre la Reforma de la Sanidad. Las otras dos fueron la de David Cameron y Andrew Lansley.
Clegg ha acertado al mostrarse tan comprometido con estas reformas, pero ¿por qué ha dado un giro de 180º? Como líder de un partido que ha protagonizado uno de los mayores estruendos electorales que se recuerdan, debía encontrar vías para calmar los nervios de su menguante banda de seguidores. Pero sus vagas amenazas para detener las reformas de la sanidad no convencerá ni al más crédulo de los liberal-demócratas.
Los cambios en la sanidad van ser adoptados porque es Cameron quien los quiere hacer y no Clegg. Y el primer ministro debiera usar la debilidad de su joven socio político para asegurar que se llevan adelante.
Sin una transferencia de poder desde el proveedor hacia el paciente, nuestro monolítico sistema seguirá teniendo un bajo rendimiento.
The Daily Telegraph