Las pymes se apuntan a la seguridad compartida
Disponer de un vigilante de seguridad para el control de un establecimiento comercial o de unas instalaciones industriales era una alternativa que sólo estaba al alcance de empresas lo suficientemente grandes como para poder asumir el coste que supone. La multinacional Securitas ha buscado la forma de llevarlo también a las pequeñas y medianas empresas y ha importado una fórmula que su matriz sueca ya había implantado en otros lugares, la ‘vigilancia compartida’ un sistema que esta teniendo un especial éxito en Cantabria.
Cerca de 200 pequeñas empresas de la región se han acogido hasta el momento a este servicio que Securitas comercializa con el nombre de ‘Rondalarma’. La facturación de la delegación de Securitas en Cantabria ha superado con ello la media de la compañía en otras comunidades y el servicio Rondalarma supondrá este año una parte sustancial de los más de diez millones de euros que Securitas ingresará en la región.
El sistema de ‘vigilancia compartida’ supone que un mismo agente realiza las visitas de control en distintas franjas horarias para varias empresas situadas en un mismo polígono o en una determinada zona comercial. En cada ronda comprueba los sistemas de alarma, el cierre de puertas y ventanas o el estado general de la instalación. Esta fórmula permite extender la cobertura a un coste accesible para la pequeña empresa.
14 años en Cantabria
La trayectoria de Securitas en Cantabria es un buen exponente del espectacular crecimiento que tiene el sector de la seguridad privada en España, sobre todo a raíz de la aprobación en 1992 de la Ley que lo regula. Cuando ese mismo año la multinacional sueca desembarcó en nuestro país mediante la adquisición de la rama de seguridad del grupo Esabe Expres, la delegación que Esabe tenía en Cantabria contaba con algo más de sesenta personas. Catorce años después, la plantilla local de Securitas asciende a 440 trabajadores, lo que la convierte en una de las mayores empresas de la región por número de empleos.
Este crecimiento obligó a un cambio de sede desde su primitivo emplazamiento en Puertochico hasta la Ciudad del Transportista, donde ahora se concentran los diversos servicios que presta la compañía.
Además de la vigilancia estática convencional, con la presencia física del personal de seguridad –un servicio en el que Securitas ha captado más del 40% del mercado local–, y de la vigilancia mediante cámaras, la delegación cántabra cuenta con una división de seguridad para domicilios, otra de ingeniería para la instalación de sistemas de seguridad en grandes centros, y una rama de servicios auxiliares para labores de información o control de visitas. Tres centrales de alarmas, situadas en Madrid, Barcelona y San Sebastián, dedicadas cada una de ellas a un tipo de cliente específico, completan los servicios que ofrece la compañía.
Lo que Securitas no realiza en Cantabria, aunque sí en otros puntos del país, es el transporte de fondos para entidades financieras, una labor que aquí cubre otra compañía de seguridad.
Entre los clientes locales de los servicios de vigilancia estática de Securitas se encuentran desde entidades financieras como Caja Cantabria, a grandes empresas industriales como el grupo Armando Alvarez, centros comerciales como El Corte Inglés, sanitarios (el Hospital Marqués de Valdecilla) o el propio Gobierno de Cantabria.
El salto a la domótica
Securitas ha empezado a ofrecer aplicaciones domóticas, junto a los sistemas de seguridad para domicilios. Con la instalación de un módulo específico en la casa, junto a los sistemas de alarma por radio, el usuario puede ordenar, a través de su móvil, acciones como conectar el aire acondicionado, encender y apagar luces o poner en marcha electrodomésticos.
Es un paso más en la prestación de unos servicios cuya demanda ha crecido en este país en paralelo al aumento de la calidad de vida, pero que en la actualidad atraviesa por una cierta ralentización. “Detecto ahora mismo en Cantabria un cierto parón en la demanda de servicios de seguridad”, señala el delegado de esta multinacional, Fernando Soto, que lo atribuye a una cierta incertidumbre por la situación económica.
Aunque la cuota de mercado de Securitas continúa creciendo, esto no se debe tanto a la aparición de nuevos clientes como a la captación de quienes ya lo eran de otras compañías. Un proceso de concentración lógico en un sector que estaba muy atomizado y que poco a poco se polariza en torno a las grandes compañías. Hay que tener en cuenta que Securitas se ha consolidado como la mayor empresa del mundo en servicios de seguridad.