De cada cien días se pierden 7
Las buenas cosechas se producen por muchos motivos, porque llueve cuando debe, porque hace sol cuando se necesita, porque se abona lo oportuno, porque se prepara la tierra, porque las semillas son buenas… Pero, sobre todo, por el trabajo de todos los días.
Con este símil entre la gestión de personas y la agricultura, los responsables de Human MS han tratado de explicar a los empresarios cántabros la importancia de luchar contra el absentismo laboral. La consultora navarra, por encargo de CEOE-Cepyme, ha hecho una fotografía de esta realidad en Cantabria de la que se desprende que el nivel medio de absentismo en las empresas analizadas es del 7,5%, o lo que es lo mismo, 16 jornadas enteras o 131 horas de trabajo por año.
El estudio se ha hecho sobre una muestra que supone el 2% de los 172.000 trabajadores que componen la población laboral cántabra, pero puede ser bastante representativa, ya que se han escogido las empresas de alimentación, metal, químicas, sanitarias y textiles y tres asociaciones empresariales: el pequeño y mediano metal, la hostelería y las salazones. Igual de heterogéneo es su grado de absentismo, que va desde el 4,3% hasta el 23% de una empresa con un centenar de trabajadores que constituye el caso más extremo.
El 77% de las ausencias son por enfermedad
El análisis promovido por la patronal cántabra es pionero porque nunca antes se habían tenido en cuenta todo tipo de ausencias laborales, desde las justificadas por enfermedad común o accidentes de trabajo hasta las no justificadas y no retribuidas, pasando por licencias como el crédito sindical o los días concedidos por asuntos propios.
Las enfermedades comunes explican el 77% de las ausencias. Le siguen, a gran distancia, las licencias y permisos retribuidos (16%), que también suponen un fuerte lastre económico para las empresas cántabras. El resto responden a accidentes o enfermedades laborales (5%) o a causas no justificadas (2%).
Lo que el estudio sólo esboza de forma teórica es la incidencia de la desmotivación como origen del absentismo. Y es que la falta de promoción en la empresa, la realización de tareas monótonas o la inexistencia de un vínculo emocional entre el empleado y su compañía pueden traducirse en problemas de motivación que acarreen la prolongación de periodos de recuperación tras una baja o que el trabajador aproveche una alteración leve de la salud para no asistir al trabajo.
Cuatro de cada diez personas que más faltan a su puesto superan los cincuenta años. Aunque, por edades, hay una diferencia notable entre hombres y mujeres, ya que más de la mitad del absentismo masculino se produce a partir de los 51 años mientras que el femenino se concentra entre los 31 y los 40 años, en coincidencia con una mayor dedicación de la mujer a las cargas familiares.
Coste laboral
El absentismo es uno de los factores que más incrementa los costes laborales en las empresas. Algunos de estos costes son directos, como el hacerse cargo de las prestaciones del trabajador que ha de ser sustituido y, en el caso de las licencias retribuidas, los alrededor de 16 euros por hora que cuesta un trabajador en España. Otros son indirectos, como la recarga de tareas que implica para el resto de los empleados. Eso explica que algunas compañías lleguen a establecer primas y pluses vinculados con la asistencia.
El informe destaca la preocupación que genera este fenómeno, aunque sólo algunos empresarios toman medidas. Algo que para los expertos es necesario ya que “el absentismo no es un problema aislado ni surge de una única causa”.
Su recomendación es integrar a todos los agentes implicados y contar con sistemas de análisis permanente, aunque no todos los absentismos son medibles. Hay uno presencial que consiste en ir al trabajo pero dedicar la jornada a tareas que no guardan relación alguna con el puesto que se ocupa. Un problema creciente con la incorporación de Internet a muchos de los puestos de trabajo.