PANORAMA INTERNACIONAL
Del verde al…
Cameron ha sido acosado como líder tory por tres decisiones cuestionables que tomó en un intento de desintoxicar la marca del partido. La primera fue la declaración, reforzada por la instalación de una turbina de aire en el tejado de su casa, de que iba a formar el gobierno más verde nunca visto. La segunda fue alentar un mayor uso de los trabajos para la comunidad como alternativa frente a la pena de prisión. Y la tercera, anunciar que aumentaría el presupuesto para la ayuda internacional al 0,7% del ingreso nacional, incluso cuando la crisis financiera hizo que sus ministros se vieron obligados a hacer profundos recortes en el gasto interno.
Owen Paterson, nuevo secretario de Medio Ambiente, ha dejado claro que no es partidario de los molinos de viento o de los caros subsidios a la energía verde. El nuevo hombre de Justicia, Chris Grayling, quiere ver más criminales entre rejas y Justine Greening, nueva secretaria de Estado de Desarrollo Internacional, es una escéptica sobre las ayudas y cree que el país tiene que colaborar pero gastando menos. Ella, Paterson y Grayling parecen ser los testarudos pragmáticos que sus ministerios –y Gran Bretaña– necesitan de forma desesperada. Ahora deben ponerse a trabajar y rectificar los errores pasados.
The Daily Mail
Empleo y política
Dos meses antes de las elecciones, el informe sobre el empleo supone un problema para el presidente Obama. Aún así, no propicia que los votantes apoyen a Romney porque promover un tibio crecimiento del empleo requiere una política fiscal activa, incluyendo el gasto para volver a contratar maestros y reconstruir escuelas y carreteras y modificar los préstamos para los propietarios que están por debajo de la línea de flotación, los que deben por la hipoteca más de lo que vale su vivienda.
Esas políticas eran las que estaban en vigor cuando se infló la burbuja económica de los años de Bush, con sus desastrosas consecuencias. Son el problema pero son todo lo que Mitt Romney y su partido tienen que ofrecer.
Los recortes impositivos y la desregulación no van a ayudar. El gasto federal para crear empleo, las modificaciones en los préstamos para facilitar el cobro de la deuda y una acción de la Reserva Federal, en cambio, sí que lo harían.
The New York Times
El plan de Obama para reducir
la deuda
La Comisión Simpson-Bowles recomendó en 2010 que el gobierno federal redujera la deuda. De hecho, Obama la ha rebajado y sus partidarios pretenden que parezca que ambas cifras, la que quería la Comisión y la lograda por el presidente, son equivalentes. Pero no exactamente.
La Simpson-Bowles preveía una reducción en el plazo de nueve años mientras que el plan del presidente se desarrollará en diez. Asumió la extinción de los recortes impositivos de Bush para los más ricos antes de desplegar sus reducciones y un menor gasto en las guerras de Iraq y Afganistán, pero el plan de Obama no sigue ese guión.
La mejor medida para saber si un país mantiene una senda fiscal sostenible es que la deuda federal con respecto al PIB se mantenga. Al final de una década, el plan Obama llegaría a un poco saludable 76% del PIB. La ratio de deuda propuesto por la Simpson-Bowles era del 69%, aún alta pero menos problemática.
The Washington Post
Cuando se trata de la paga
En marzo, el ministro George Osborne puso en circulación la excelente idea de abolir la negociación colectiva sobre los salarios en el sector público para poner la remuneración de los empleos estatales más en línea con los niveles de remuneración de las empresas privadas locales. Las ventajas eran evidentes porque pondría fin al apartheid que hace que los funcionarios en las áreas deprimidas sean mucho más ricos que sus vecinos del sector privado. Un respetado think-tank dice ahora que los trabajadores públicos están como media un 7% mejor pagados que sus colegas privados.
En este momento de crisis ¿no habría que aplicar ya esa idea? Desde que se aprobó el Presupuesto, el canciller no ha dicho ni pío y se oye entre bambalinas que está abandonando la idea debido a la presión de los liberaldemócratas.
Este periódico felicitaba a David Cameron y a Osborne por inyectar un sentido de urgencia en su lenguaje cuando prometían una acción radical para promover el crecimiento. Pero, ¿cuánto vamos a tener que esperar para que sus hechos respalden a sus palabras?
The Daily Mail