Llega el canon de saneamiento
Cuatro años después de lo previsto, va a empezar a cobrarse el canon de saneamiento que el anterior consejero de Medio Ambiente, José Luis Gil, nunca se atrevió a aplicar, a pesar de que llegó a plasmarlo en una ley. Desde que se iniciaron las obras de saneamiento de la Bahía, en 1996, Gil era perfectamente consciente de que cuando estuviesen concluidas habría que empezar a aplicar un canon de depuración. Y aunque en el canon no sería necesario repercutir la amortización de las obras, ya que las financiaba la Unión Europea, los costes de depuración no estarían por debajo de las 24 pesetas por metro cúbico, una cifra que pronto se vio insuficiente.
En otras comunidades, el canon se cobra desde hace tiempo y eso hace que el suministro del agua sea mucho más caro que en Cantabria, pero nuestra comunidad autónoma da ahora el primer paso en la dirección marcada por la directiva comunitaria que obligará a todos los países miembros a repercutir sobre la tarifa del agua todos los costes relacionados con su gestión.
Tras una estimación realizada por la Empresa de Residuos de Cantabria –que será la encargada de gestionar la red general de saneamiento–, el canon doméstico ha sido fijado en 0,213 euros por metro cúbico (35 pesetas), cuantía a la que habrá que añadir un fijo anual de 4,27 euros. Esto significa que un hogar de cuatro miembros, con un consumo medio de un metro cúbico diario, verá incrementada su factura de agua en unos seis euros al mes. Una cuantía muy significativa para el recibo trimestral.
Un régimen especial para las industrias
Las industrias también tendrán que pagar este nuevo canon por el vertido de aguas residuales a la red de alcantarillado, aunque eso no les dará derecho a deshacerse por esta vía de cargas contaminantes que pongan en riesgo el sistema general de saneamiento. Para ello se establecerán limitaciones a los vertidos que pueden realizarse a la red. Las industrias ya están obligadas a realizar una depuración previa de las aguas que vierten a los colectores, pero la Empresa de Residuos tiene intención de aumentar los controles con el fin de asegurarse de que efectivamente cumplen esas limitaciones.
En aquellas actividades en las que el grado de contaminación de los vertidos sea similar al doméstico se aplicará el mismo canon que a los hogares. No obstante, a la vista de los grandes consumos de agua de algunas industrias, tendrán la posibilidad de acogerse a un régimen especial que puede reducir su tarifa a la mitad. Esta opción sólo sera aplicable a las que realizan vertidos poco contaminantes, por ejemplo aquellas que utilizan el agua en sus procesos de refrigeración y la vierten casi como la recogieron.
Para beneficiarse de este canon más barato, deberán someterse a un régimen de evaluación y control, cuyo coste deberán sufragar.
Desde la Empresa de Residuos se reconoce que este caso no será el más frecuente, porque la mayoría de las industrias que usan el agua para esos fines la hacen recircular, para utilizarla de nuevo en el proceso de refrigeración.
Saneamiento completo en el 2007
La creación de este canon se contemplaba ya en la Ley de Saneamiento aprobada en abril de 2002. De hecho, se especuló con su inmediata aplicación tras la culminación de las obras de saneamiento de la bahía de Santander. Sin embargo, el Gabinete de Martínez Sieso no se atrevió a arrostrar la impopularidad que iba a suponer esta tasa, un coste que ha heredado el actual Gobierno de coalición PSOE-PRC. Bien por el hecho de que ya resulta financieramente inasumible el seguir sufragando el saneamiento con dinero de los Presupuestos Regionales o por el hecho de que es mejor afrontar el desgaste ahora que hacerlo a final de legislatura, el actual Gobierno ha incluido la regulación de este canon en la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos Generales de Cantabria para el 2005 y lo aplicará de inmediato.
Los ingresos que se obtengan permitirán seguir cofinanciando la construcción de la red de saneamiento que todavía tardará tres años en dar cobertura a toda la región. El 2005 entrarán en funcionamiento parte de las instalaciones de la cuenca del Saja-Besaya; las depuradoras de Castro Urdiales y de Cabezón de la Sal se acaban de poner en servicio y las de Reinosa y Meruelo ya estaban funcionando. La obra más costosa que queda por realizar es el saneamiento del área Santoña-Laredo que, para alivio del Gobierno regional, será sufragada por el Estado.
Estas grandes actuaciones se complementarán con los trabajos de la Consejería de Medio Ambiente para llevar el saneamiento a los pequeños núcleos de población. Según las estimaciones de la Empresa de Residuos, en el 2007 Cantabria tendrá cubiertas así el 90% de sus necesidades.
Un servicio deficitario
El precio que se ha previsto para el canon no servirá para cubrir el coste real de la explotación de la red de saneamiento, que se eleva a unos ocho millones y medio de euros al año. La recaudación de la nueva tasa no superará los seis millones de euros, lo que indica la posibilidad de que en un futuro se revise al alza, aunque queda un margen de tiempo para cumplir la Directiva comunitaria sobre el agua, que exige repercutir la totalidad de los gastos sobre el usuario para comprometerle en un uso más racional de este recurso, cada vez menos abundante.
Las generosas ayudas europeas para construir nuestra red básica de saneamiento tampoco se van a repetir, y Cantabria deberá soportar con sus propios fondos el mantenimiento de las infraestructuras que ahora construye, como señala el director de la Empresa de Residuos, Fernando Gutiérrez: “La Unión Europea y el Gobierno central nos han dado depuradoras y nos han subvencionado colectores, pero no nos van a regalar una depuradora dos veces; por lo tanto tenemos que montar el mecanismo económico necesario para ir reponiendo, e incluso para ir adecuándonos a la innovaciones tecnológicas que nos permitan tener un medio ambiente cada vez mejor”.