El desembarco portugués

Con la compra de los aparcamientos de Cintra y la de Gas Cantabria, las empresas portuguesas afianzan su posición en Cantabria, donde ya controlan los concesionarios de varias marcas de coches y el centro comercial Valle Real, además de algo más del 4% del Banco Santander.
La presencia de compañías portuguesas en Cantabria pasa desapercibida pero es creciente. En poco más de un mes se ha incrementado de forma notable. Si las empresas españolas salieron al exterior con mucha agresividad mientras en nuestro país se vivía la euforia económica, las portuguesas adoptaron una posición mucho más conservadora y es ahora, cuando la recesión ha producido importantes rebajas en el mercado, cuando el capital portugués ha salido a la caza de oportunidades.
En apenas dos meses, Naturgas, la empresa propiedad de la eléctrica estatal portuguesa EDP se ha hecho con la propiedad de Gas Natural Cantabria y de Gas Natural Murcia, por 330 millones de euros. Ambas eran filiales de la española Gas Natural, que se ha tenido que desprender de ellas para poder adquirir Unión Fenosa, dado que la Comisión Nacional de la Competencia no admitía una concentración de mercado semejante en manos de una sola empresa.
La adquisición de Gas Natural Cantabria es muy relevante, dado que se trata de una de las grandes empresas de la región. Otra compra notable es la de los aparcamientos de Cintra por parte de Emparque, que ya gestiona 365.000 plazas de aparcamiento en toda Europa. La antigua filial de Ferrovial era propietaria de cuatro parkings en Cantabria, parte de los cuales pasaron a sus manos al adquirir la compañía Dornier, más conocida en Santander por la gestión de la OLA. Se trata de los aparcamientos ubicados bajo la Plaza de Pombo, recién reformado; en la Plaza de México; el construido en Valdecilla Sur y el parking de la Plaza de la Villa, en Noja, donde Cintra además gestiona el aparcamiento limitado en superficie (ORA).
Una compañía portuguesa, Sonae Sierra, también controla el centro comercial Valle Real, de Camargo, donde además de poseer la mitad de las acciones (la otra mitad está en manos de un fondo de pensiones holandés) se hace cargo de la gestión.
Tampoco es muy conocido que el principal accionista particular del Banco Santander durante los últimos años no ha sido Emilio Botín, sino el portugués Antonio Champalimaud, ya fallecido, al obtener un 4% de los títulos de la entidad cántabra a cambio de los bancos Totta e Azores y Crédito Predial –dos de los principales del país vecino–.

Los primeros en llegar

Aunque de manera algo fortuita, el grupo de automoción Fscar (Fernando Simao) fue una de las primeras firmas portuguesas en establecerse en Cantabria. El primer objetivo de su expansión en España era Galicia, por su proximidad geográfica a Oporto, la sede del grupo, pero una oportunidad de negocio les trajo en 2002 hasta Cantabria, donde hoy son concesionarios de las marcas Nissan, Hyundai, Mazda y Kia. El grupo Fscar cuenta con establecimientos, ubicados en Santander y Torrelavega, y una plantilla de 62 personas.

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