Raos recupera su fábrica de ascensores
El polígono de Raos levanta no pocos temores entre quienes temen verse desalojados cuando en 2018 se cumpla el plazo establecido por la Ley de Costas como límite para cualquier concesión. Sin embargo, hay quien no parece asustarse y lo demuestra la decisión de la firma de ascensores Global Lift Equipment (GLE) de trasladar allí la instalación que tiene en Adarzo, lo que le permitirá multiplicar por diez el espacio del que dispone.
GLE es una empresa participada al cien por cien por IMEM Ascensores y ha elegido el lugar dejado libre por otra firma ya desaparecida, Lift Machine, que se dedicaba precisamente a la fabricación de motores para plataformas elevadoras y ascensores. La gran nave de 3.000 metros cuadrados se dedicará ahora al almacenaje de los ascensores que la filial de IMEM comercializa en más de una decena países y que proceden de una factoría china que abastece a muchas de las multinacionales del sector, una actividad que requiere espacio suficiente para un estocaje que facilite su rápida distribución.
El recurso a los fabricantes chinos ya no es un mero problema de costes laborales. En los ascensores, como en algunos campos tecnológicos, China se ha puesto a la vanguardia de lo que se fabrica en el mundo. Es lo que ocurre con la nueva línea de ascensores con motores gearless, que ha desplazado a los motores reductores convencionales, debido a la facilidad de instalación, al mayor confort para los usuarios y al menor consumo eléctrico.
Se trata de un motor muy compacto de imanes permanentes que, al trabajar con un bajo régimen de giro, produce menos vibraciones y eso evita su transmisión a la estructura del edificio y a la cabina.
Precisamente este avance tecnológico acabó provocando el cierre de Lift Machine, la firma de Raos cuyo lugar va a ocupar GLE, incapaz de reconvertir su línea de producción de motoreductores a los nuevos gearless.
La liquidación de Lift Machine, de la que era socio IMEM, fue aprovechada por la empresa de Adarzo para comprar sus activos, entre los que se encontraban las instalaciones de Raos. Pero quedaba pendiente la necesidad de abastecerse de las máquinas que empiezan a ser hegemónicas en el mundo de los elevadores y esa circunstancia fue resuelta hace ya seis años, cuando tanto IMEM como su filial GLE establecieran una alianza estratégica para Europa con el mayor fabricante chino de estos motores de nueva generación.
La necesidad de stock
Recurrir a China para el suministro de ascensores tiene también sus contrapartidas. Especialmente en los plazos que se ofertan a los clientes para poder atender sus pedidos. A las cuatro o cinco semanas que se tarda en la fabricación bajo pedido hay que añadir otras seis semanas de tránsito hasta que el material llega a los almacenes de GLE en Santander. El único modo de poder competir con fábricas más próximas al cliente europeo es contar con suficientes ascensores en stock, algo que resultará mucho más fácil con los 3.000 m2 de superficie de la nave de Raos. Hay que tener en cuenta que se trata de material (puertas, chasis de cabina, motores) muy poco apilable y de gran volumen.
GLE vende unas mil máquinas al año y mantiene un stock permanente de entre trescientos y cuatrocientos ascensores, lo que le permite ofrecer plazos de entrega prácticamente inmediatos. Una estrategia que se verá reforzada con los espacios de la nueva sede.
La diversificación como antídoto frente a la crisis
Aunque Global Lift sea propiedad de IMEM, actúa con total autonomía frente a su empresa matriz, con la que incluso llega a competir en algunos mercados. GLE está presente en países como Gran Bretaña, Francia, Bélgica y en mercados emergentes como Túnez o Nigeria donde ha instalado ascensores en varios hospitales. Una presencia exterior que les ha llevado a facturar cerca de cinco millones de euros en 2007.
El mercado español no es uno de sus fuertes, por lo que la compañía cántabra se ha visto menos afectada que otros fabricantes por la brusca y profunda caída de la obra nueva. No obstante, la crisis de la construcción también tiene repercusiones para GLE y le ha llevado a reorientar su oferta hacia la rehabilitación de viviendas y a la sustitución de ascensores antiguos. Global Lift ha tratado de potenciar, al tiempo, la clientela industrial, para la que ha diseñado una nueva plataforma elevadora, así como un nicho de mercado muy especifico, el de ascensores de grandes dimensiones.
Mientras afronta el traslado a su nueva sede, GLE no pierde de vista el potencial de negocio que espera a las empresas que sepan arriesgarse fuera de nuestras fronteras y prepara una ampliación de su departamento de comercio exterior. Una opción forzosa en un sector tan globalizado que un ascensor fabricado en China puede acabar siendo montado por una empresa española en Nigeria.