La Covadonga espera para trasladarse a El Tojo
La demora del nuevo plan general de urbanismo de Camargo está afectando a algunas de las empresas tradicionales del municipio. Una de ellas es Tejerías La Covadonga, una de las fábricas históricas de Cantabria, que proyecta trasladar las instalaciones que ocupa desde hace más de un siglo en Maliaño, a los terrenos que posee en El Tojo, entre Parbayón y Camargo. En ese lugar dispone de una finca de 60.000 m2 donde se encuentra la cantera de la que extrae la arcilla que utiliza como materia prima en la fabricación de ladrillos klinker.
El traslado permanece a la espera de que se materialice la recalificación para uso urbano de los terrenos donde ahora se asienta la fábrica. Así se contemplaba ya en el planeamiento urbano de 1996 que fue anulado por los tribunales. La venta del enorme solar que ocupa la planta serviría a los propietarios de la tejería, la familia Arche, para financiar los cerca de 4.000 millones de pesetas que habrá de invertir en la nueva fábrica.
La construcción y puesta en servicio de la factoría requerirá un año y medio a partir de la aprobación del PGOU, y ampliará la producción desde las 50.000 toneladas anuales de ladrillo caravista y adoquín que ahora se fabrican, hasta las 120.000 toneladas. Los hornos de la futura fábrica también permitirán ampliar la gama de productos, tanto en su composición como en las gamas de colores y formatos.
Ladrillos cerámicos y esmaltados
El buen momento que atraviesa el sector de la construcción ha tenido su reflejo en la actividad de la empresa camarguesa, que vende todo lo que produce.
La Covadonga está especializada en la fabricación de uno de los productos más demandados para el revestimiento de fachadas: el ladrillo klinker, un ladrillo cerámico muy cocido y de alta resistencia a humedades y heladas. Su inalterabilidad ha convencido a muchos arquitectos para utilizarlo como revestimiento. La Covadonga fabrica también klinkers rústicos, ladrillos producidos a la antigua usanza con textura manual, secado artesanal y en varias tonalidades.
La fábrica camarguesa es pionera nacional en el esmaltado de ladrillos, una técnica que, además de aumentar su impermeabilidad, abre una amplia gama de posibilidades cromáticas para el acabado del edificio.