El Parador de Santillana se renueva
Una vez concluida la temporada estival, el Parador de Santillana del Mar iniciará un proyecto de reforma de sus instalaciones que supondrá la obra de mayor envergadura llevada a cabo en este establecimiento hotelero desde que en 1986 se construyera, detrás del Ayuntamiento, el anexo que le permitió duplicar su capacidad de alojamiento. Con las obras de rehabilitación, que comenzarán en noviembre, se persigue la reforma integral del edificio primitivo, cuyas instalaciones se han quedado claramente obsoletas a consecuencia de largo tiempo transcurrido desde su último remozamiento, en 1962.
La empresa pública Paradores Nacionales invertirá en la remodelación del inmueble 278 millones de pesetas, a los que habrá que añadir 70 millones más en gastos de decoración y equipamiento. Dada la antigüedad del edificio, se prevé que las obras no estarán finalizadas antes del verano. Una vez concluída la rehabilitación del antiguo palacio, se acometerá la reforma del anexo, aunque en este caso los cambios se limitarán a la redecoración y a la instalación de aire acondicionado.
El Parador de Santillana, conocido como “Gil Blas” en recuerdo del personaje creado por el novelista francés Lessage en su obra Gil Blas de Santillana, se encuentra situado en el palacio de Barreda, una casona del siglo XVIII construida siguiendo las pautas de las mansiones nobiliarias cántabras. Hasta finales del siglo pasado fue propiedad de la familia Barreda-Bracho. Restaurada en la década de los veinte por el conde de Güell y convertida en parador privado, en su interior se llegaron a representar obras de teatro, de las que todavía hoy se pueden admirar restos de algún decorado de la compañía de Fernando Díaz de Mendoza. A estas representaciones acudieron el Rey Alfonso XIII y su anfitrión el Marqués de Benemejís. En 1944, el palacio se convirtió en Parador de Turismo conformando, junto con el de Gredos y el de Granada, el núcleo inicial de lo que luego sería la Red de Paradores de Turismo.
El Parador de Gil Blas albergó, en la década de los cincuenta, la célula de lo que con los años se convirtió en la Fundación Santillana, heredera de los desvelos por la protección y exaltación de la villa que encabezaron la familia Barreda, los Güell y los Benemejís, y cuya sede se encuentra situada desde hace años en la vecina Torre de Don Borja.
Por el Parador de Santillana han pasado figuras tan notables como el anterior y el actual emperador de Japón, el general De Gaulle y muchos presidentes de los países hispanoamericanos.
Paradores Nacionales simultáneamente realizará otra inversión muy significativa en Cantabria, el acondicionamiento del palacio Eguilior de Limpias como establecimiento hostelero, lo que requerirá alrededor de 1.500 millones de pesetas. Con la incorporación de Limpias, Cantabria se convierte en la provincia española con mayor presencia de este grupo turístico público, dado que tendrá tres paradores, el de Santillana del Mar, el de Aliva, en los Picos de Europa, y el de Limpias.