La nueva vida de Euroarmaduras

Si en tiempos de incertidumbre las decisiones de los empresarios sirven para tomar el pulso real de la economía, el paso dado por Euroarmaduras es una señal de optimismo sobre el futuro de la obra pública en Cantabria. La empresa de ferralla ha optado por duplicar el tamaño de sus talleres, aprovechando el cambio de sede desde Entrambasaguas a Orejo, levantando una nave de 1.800 m2 a la que trasladará tanto la elaboración de ferralla como las oficinas.
La nueva ubicación, en la que se renovará también parte de la maquinaria, será la plataforma para potenciar su papel en las obras públicas que se realizan en la región.
Euroarmaduras es una empresa familiar, creada en 1989 por los hermanos Modesto y Miguel Angel Cobo; un proyecto que se fue gestando durante la dilatada experiencia laboral que vivió Modesto en Francia como emigrante. En el país vecino, el mayor de los hermanos Cobo trabajó durante 25 años en una importante firma de ferralla, donde empezó como simple operario hasta llegar a ser jefe de personal de una plantilla de cien trabajadores. El conocimiento del negocio que adquirió durante esa larga etapa y su deseo de regresar a Cantabria le animaron a fundar, junto a su hermano Miguel Angel, su propia empresa en Entrambasaguas. El momento elegido respondía también a las expectativas que se abrían en aquellos años para el desarrollo del país: “Estábamos recién ingresados en la Europa comunitaria –explica Miguel Angel Cobo–, y pensábamos que en España había muchas infraestructuras por hacer”.
Este planteamiento de partida se vio corroborado por el primer contrato que logró Euroarmaduras, la variante oeste de Pamplona, en la que suministró nada menos que cuatro mil toneladas de ferralla. A esta obra le siguió la participación en la construcción de una central térmica en Toro (Zamora), ejecutada en UTE con una empresa francesa.
Fue el comienzo de una larga serie de trabajos que se fueron centrando, cada vez más, en la propia Cantabria, donde ha participado en muchas de las obras civiles más significativas de los últimos años. Obras tan variadas como los tramos de autovía entre Heras y Astillero o, más recientemente en el de Solares-Castañeda; centros de salud, puentes como el de Corconte; el Centro de Empresas de Camargo; el puerto de Santoña; la reconstrucción del Mercado del Este o la reforma y ampliación del Museo Marítimo de Santander.
Las dos últimas obras han sido de gran envergadura: la construcción de la EDAR de San Pantaleón y el emisario submarino de Berria, ambas en el eje del saneamiento de las marismas de Santoña y Joyel. En la estación depuradora fueron sus propios trabajadores los que colocaron en obra la ferralla.
La plantilla de Euroarmaduras, que oscila entre 15 y 30 personas, cuenta con un equipo especializado en los montajes a pie de obra, algo que suele resultar imprescindible cuando se trata de estructuras singulares, como los nuevos molinos de Cementos Alfa, en Mataporquera, donde se fabricaron in situ enormes pilares de hormigón visto de 18 metros de largo y cuatro toneladas de peso.
La reciente adjudicación del túnel que comunicará el distribuidor de La Marga con La Albericia le asegura a Euroarmaduras carga de trabajo para más de un año. La construcción requiere nada menos que 4.500 toneladas de ferralla y concluirá, si se cumplen los plazos, en el verano de 2009. Si prospera la idea de aprovechar la obra del túnel para construir un aparcamiento subterráneo de tres plantas, la ferralla necesaria se incrementaría en unas mil toneladas más.

Un almacén para ferralla

La oportunidad de ampliar el contrato supondría, paradójicamente, un quebradero de cabeza para la empresa a la hora de ajustar el presupuesto con la constructora del túnel, OHL. Fijar con antelación el precio de la ferralla es una de las mayores dificultades que entraña el negocio, ya que el mercado de los metales se encuentra sometido a grandes oscilaciones de precios y un cálculo erróneo puede dar al traste con el margen de los ferrallistas. Desde noviembre, la tonelada de hierro ha subido 190 euros y las alzas no llevan trazas de parar, a pesar del retroceso de la edificación.
La carencia de espacio en las instalaciones que Euroarmaduras tenía hasta ahora –una nave de 800 metros, dedicada básicamente a taller–, le ha impedido aprovechar los momentos favorables del mercado para hacer acopio de hierro. Con el traslado, podrá utilizar la nave anterior como almacén de materia prima.
Aunque las obras con las que más se identifica la empresa son las realizadas para el sector público, también ha tenido una presencia constante en el inmobiliario. De hecho, su actividad está dividida al 50% entre la obra civil y las promociones de viviendas.
Tener un pie en cada uno de estos sectores es una garantía de que la marcha de la empresa no se resentirá por el parón en la edificación, pero este nuevo escenario, donde la obra pública local va a ser la gran protagonista, no está exento de problemas. Las grandes infraestructuras que aún quedan por concluir en Cantabria han atraído el interés de compañías de ferralla foráneas, que han venido a sumarse a la fuerte competencia que ya existía en la región. Un reto más para esta empresa familiar, que ha incorporado a la segunda generación en la nueva etapa que se dispone a iniciar desde Orejo.

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