La ciencia al día
La temperatura del Universo
Acaba de entrar en funcionamiento la Gran Cámara Bolométrica APEX. ¿Y qué es eso? Muy simple: el artefacto más grande del mundo para detectar objetos astronómicos extremadamente fríos. El nuevo sistema alemán permitirá a los científicos estudiar las galaxias más lejanas con un nivel de detalle desconocido hasta el momento.
Una gran parte del gas del Universo está a menos 250º C, sólo 20 grados por encima del cero absoluto. Estudiar este fenómeno requiere dirigirse a la luz que emiten en la escala submilimétrica, por medio de unos sensores muy sofisticados. Cualquier cambio en la intensidad de esa radiación provoca variaciones que quedan registradas en esta especie de termómetro grande.
Para captar las diferencias de temperatura más sutiles, la cámara necesita ser enfriada con helio líquido, algo muy complicado ya que el aparato está situado en un observatorio en Los Andes, a 5.100 metros de altitud. Allá arriba, la temperatura ambiente, con ser muy fría, es inmensamente superior a las señales que nos llegan de las galaxias.
El estrógeno y el dolor
Aunque la experiencia del dolor es muy subjetiva y no todo el mundo aguanta lo mismo, unos científicos suecos han descubierto su relación con el estrógeno, lo que les permitirá fabricar analgésicos más eficaces.
Desde hace tiempo se sabe que esta hormona influye sobre el sufrimiento, pero no se acababa de conocer muy bien su funcionamiento. Ahora se han descubierto dos receptores que desempeñan un papel esencial en la médula de la espina dorsal, por donde corren los nervios que trasmiten la información al cerebro. Curiosamente, esos dos receptores también son parcialmente dominantes durante el desarrollo embrionario del ser humano.
Los investigadores esperan que al estimular la labor de estos receptores se conseguirá que la sensación de dolor disminuya.
Gases a distancia
Hasta ahora, para saber lo que contaminaba un coche, había que meter el humo en una caja y medirlo. Pero un grupo de científicos acaba de inventar un aparato capaz de indicar exactamente el nivel de CO2, CO y gas metano que lanza al aire un coche en marcha.
El sistema vigente presentaba una serie de inexactitudes, pese a que se había aumentado su rendimiento mediante la instalación de rayos cuasi-infrarrojos. Los rayos láser y fotodetectores de la nueva tecnología mejoran su rendimiento y, además, pueden funcionar a temperatura ambiente.
Los investigadores han prometido que, en breve, se ampliará su radio de acción a la medición del óxido y dióxido de nitrógeno.
Robots menos torpes
Quien no pueda ver películas de ciencia ficción porque le causan pesadillas nocturnas, ahora tiene un motivo más para no dormir porque la robótica acaba de dar un gran salto adelante al construir el primer cerebelo artificial. Eso permitirá que los futuros diseños del hombre de hojalata puedan interactuar con los seres humanos, pues el cerebelo controla las funciones motoras.
Dotados de este órgano, los robots podrán desplazarse de una forma más desenvuelta. Dentro de dos años, estará listo el nuevo modelo al que se insertará dicho cerebelo que, en estos momentos, se está desarrollando en Alemania.
El microchip incorpora un sistema neuronal que emula al humano para intentar solucionar un defecto que todavía presentan esos simpáticos cacharros, el de ser bastante torpes en sus movimientos, lo que impide que puedan sustituirnos en labores ingratas como la construcción.