Los metalúrgicos buscan mercado en el ahorro energético
Después de dos años de crisis, a las empresas no les queda mucho margen para el ahorro de costes, pero pueden hacer algunos más de los que creen. Uno de ellos es disminuir el gasto en energía y la Federación Cántabra de Empresarios del Metal (Cantabria Metal) ha pensado que en ese terreno pueden prestar un servicio muy eficaz: contribuir a reducir la factura energética de otras empresas y eso abre unas importantes posibilidades de negocio para sus asociados.
Los metalúrgicos sostienen que cualquier empresa podría ahorrarse entre un 15% y un 30% si realizase una auditoría energética y tomase las medidas correctoras propuestas. Casi siempre recomiendan mejoras en las ventanas y carpinterías exteriores; en los sistemas de iluminación y en los de calefacción. En otros casos, advierte que la empresa no está encuadrada en el contrato eléctrico más adecuado o de sus posibilidades de aprovechar las energías alternativas.
La Federación que preside José Ramón Pérez Gañán ha llegado a un acuerdo con el Instituto de Ingeniería y Tecnología de Cantabria (ITEC) para que sus clientes puedan acceder a las auditorías energéticas de esta entidad a un precio muy reducido, ya que, además de las condiciones del convenio, el Gobierno de Cantabria subvenciona el 75% del coste dentro de su política de incentivación de la mejora energética. Posteriormente, la empresa beneficiaria también puede obtener subvenciones públicas para hacer las reformas sugeridas en la auditoría y la propia Federación ha decidido asumir una parte del coste final del estudio cuando se contrate a uno de sus asociados para hacer las mejoras.
Tantas ventajas (incluso buscan una entidad que financie la obra a un tipo de interés muy bajo) tienen un fin obvio: poner las auditorías y las mejoras energéticas al alcance de cualquiera y crear un mercado nuevo de miles de clientes, ya que todo el mundo tiene algún potencial de mejora: las industrias, las instalaciones hoteleras, las residencias y hospitales, los comercios, las oficinas, las centros deportivos y hasta las viviendas particulares.
Pérez Gañán, empresario del grupo Lican Comunicaciones, pone un ejemplo muy claro para demostrar que cualquiera puede conseguir ahorros: “Basta con que se plantee que una bombilla corriente sólo convierte el 30% de la energía en luz, que es lo que se busca. El resto se va en calor”.
Mejoras de productividad
La Administración piensa, sobre todo, en las empresas, porque cree que la reducción de los costes energéticos es una de las vías más rápidas para la mejora de la productividad en España, sobre todo ante una expectativa de fuertes subidas en el precio de la energía eléctrica. José Tresgallo, presidente de la patronal de los instaladores (Asiecan), augura que pueda llegar a elevarse en un 60% en los próximos años, como consecuencia de la obligación estatal de pagar las desviaciones de los costes de las eléctricas que durante años no se han recogido en el sistema tarifario y por las primas a las energías renovables.
En muchos casos, las empresas no son conscientes del uso ineficiente que hacen de la energía. Tampoco de que, si son importantes consumidoras, podrían adecuar los turnos de trabajo a las horas en que las tarifas son más bajas, o del coste que tiene el no evitar las corrientes reactivas (las que generan algunos de los aparatos del abonado y retornan a la red creando perturbaciones en las líneas).
Menos probable, aún, es que sean conocedoras de las ventajas de las calderas de biomasa o del aprovechamiento de la geotermia, aunque el nuevo Código Técnico de la Edificación ha comenzado a introducir la racionalidad energética en las construcciones y a divulgar algunas de estas energías alternativas.
El objetivo final de la Federación Cantabria Metal es conseguir un triple resultado: dinamizar su sector, que está sufriendo duramente los avatares de la crisis; ahorrar costes a las empresas que contraten las auditorías energéticas; y contribuir a la mejora ambiental.
Como es evidente que en estos momentos las empresas no están para muchas inversiones, su empeño está en convencerlas de que el gasto será amortizable en pocos años y será fácil de pagar: “Prácticamente, con los ahorros que produzcan las mejoras y con las subvenciones se cubrirá la cuota anual de la financiación”, asegura el presidente de Cantabria Metal. Más fácil no se puede poner.