Una ITV para comprobar el estado los edificios
La entrada en vigor de la nueva Ley del Suelo tendrá también consecuencias indirectas sobre la regulación del estado de conservación del parque de viviendas de Santander. La nueva Ley proporciona soporte legal a la sanción no sólo de infracciones urbanísticas sino también a la falta de cuidado en el mantenimiento de los edificios. El Ayuntamiento de la capital cántabra ha redactado ya el borrador de la ordenanza por la que se podrá multar el abandono en la conservación de las viviendas. Su aprobación será el paso previo a la puesta en marcha de un sistema de inspección –una ITV de los edificios– para cuya aplicación firmará un convenio con el Colegio de Arquitectos.
Ciudades como Madrid o Barcelona han puesto ya en práctica este sistema, contando en ambos casos con la ayuda, en forma de subvenciones, de sus respectivos gobiernos autónomos que sufragan parte del coste de las inspecciones y ayudan a los propietarios de las viviendas afectadas a afrontar los gastos para subsanar los defectos observados en la inspección.
Los deterioros más peligrosos en los edificios antiguos se derivan de la corrosión de las armaduras del hormigón armado. Aunque en Santander no se han utilizado cementos aluminosos, sí que se han empleado en el pasado áridos dolomíticos de la vieja cantera de Peñacastillo, cuyo contenido en carbonato magnésico podría, en opinión de los expertos, dañar a la larga al hormigón fabricado con ellos. Tampoco se pueden obviar los efectos corrosivos de la proximidad del mar sobre las estructuras metálicas.
Sobre la necesidad de llevar a cabo esta tarea de inspección en una ciudad como Santander, con un parque de viviendas notablemente envejecido, caben pocas dudas si nos atenemos a los siniestros producidos en la última década en la capital cántabra –el derrumbamiento del Bahía, la caída de la fachada del Hospital de Valdecilla– o a los numerosos desplomes de cornisas o revestimientos de fachadas. Aunque no se ha realizado ninguna estimación sobre el número de viviendas que podrían precisar reparaciones, sirva como referencia el caso de Barcelona, donde un estudio aleatorio realizado el pasado año, puso de manifiesto la necesidad de corregir deterioros en uno de cada diez inmuebles observados.