MALOS TIEMPOS PARA LAS CLÍNICAS Y LOS MÉDICOS AUTÓNOMOS
La pandemia ha provocado el cierre de incontables clínicas privadas cuya actividad no se consideraba esencial durante la emergencia sanitaria. Las consecuencias para los profesionales que trabajan en estos centros son nefastas. Ocho de cada diez afirman que sus ingresos se han reducido en más de un 80% al ser incluidos en ERTEs o no haber podido prestar su servicio con normalidad. Entre los más perjudicados están quienes no podían atender a sus pacientes mediante la telemedicina, como los fisioterapeutas. Los médicos autónomos son muy críticos con las aseguradoras que han seguido cobrando a sus pacientes mientras ellos iban a la ruina