Buruaga (PP) asegura que ‘no quiere un pacto con Vox’, pero le pide que sea ‘constructivo’ para alcanzar acuerdos

La líder del PP y próxima presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, ha asegurado que «no quiere un pacto con Vox», si bien ha pedido al partido que sea «constructivo» para poder alcanzar acuerdos en esta legislatura en la que gobernará en minoría y, por tanto, tendrá que basarse en el diálogo y lo hará «con todos» los grupos con representación en la Cámara.

«No quiero un pacto con Vox, porque no me gusta», ha sentenciado en su réplica a las intervenciones de todos los grupos con representación en el Parlamento (PP, PRC, PSOE y Vox) en la segunda sesión del debate para su investidura, antes de procederse a la primera votación.

Según ha dicho, «todos pueden sumarse» al diálogo con el nuevo Ejecutivo, y se ha comprometido a estudiar las propuestas de todos los partidos, porque un Gobierno «no es para un partido, es para todos los cántabros». Y aunque «no le gusta» la gestión ni el «populismo» de Vox, tiene «muchísimo respeto» hacia el partido y comparte «muchas cosas» con él. De hecho, ha trasladado a sus cuatro diputados que, «si se muestran constructivos, será una legislatura de importantes realizaciones» porque al PP «no le asusta hablar».

Además, les ha pedido que apoyen su investidura en primera votación para «no hacer esperar más días» a la comunidad para tener una presidenta, porque es ahora cuando tienen «capacidad decisoria» y no el próximo lunes, día en el que se celebrará la segunda votación y Buruaga ya solo necesitará la mayoría simple que tienen los 15 diputados del PP para acceder al cargo. «Hoy si tiene la capacidad de ser determinante, hoy sí sería importante», ha incidido.

A su juicio, «lo mejor para Cantabria es un Gobierno en exclusiva del PP» y por ello no ha querido formar una coalición con Vox, por lo que este partido ya había anunciado que no votaría a favor de la investidura.

No obstante, a Buruaga le basta con la abstención del PRC para llegar a la Presidencia en la segunda votación, lograda tras un acuerdo de investidura que, como ha reiterado este viernes, «no supone ninguna renuncia ni condicionante», y se basa en una «coincidencia de voluntades» ya que los dos partidos querían lo mismo, un Gobierno de PP en solitario, sin Vox.

Ese pacto «no ampara silencios, no protege conductas sospechosas como se ha intentado trasladar a los ciudadanos», ha aclarado después de que Vox haya señalado en su intervención que el acuerdo esconde la premisa de no investigar la gestión del anterior Gobierno (PRC-PSOE), aludiendo a las declaraciones del líder del PRC, Miguel Ángel Revilla, que apuntó que se abstendría en la investidura a cambio de que el PP no les sometería a la «tortura» de la cantidad de comisiones de investigación que desarrolló en su anterior mandato.

La ‘popular’ ha negado esta acusación y ha advertido que, si bien apostará por la transparencia, no se trata de «convertir al Gobierno en la Fiscalía». «Las responsabilidades penales las depuran los tribunales», ha zanjado.

Así, ha agradecido al PRC su ejercicio de «coherencia» al abstenerse para que pueda ser presidenta sin formar coalición y ha señalado que eso «no significa que excluya a Vox», porque su Gobierno estará obligado a dialogar para sacar adelante acuerdos.

Por ello, ha pedido a Vox que no hable de «cordones sanitarios» hacia su partido. «Les hemos ofrecido y pedido lo mismo que al PRC», pero «su objetivo de entrar al Gobierno era inamovible», ha sentenciado.

Y respondiendo al tiempo a Vox y al PSOE, ha dicho al primero que «no le va a imponer [al PP] su agenda ideológica» y al segundo que «nadie le va a limitar su capacidad de llegar a acuerdos». Además, ha opinado que, cuando uno les critica ser «continuistas» con las políticas del anterior Gobierno PRC-PSOE y otro por estar «entregados a la extrema derecha –como han manifestado en sus respectivas intervenciones este viernes en el Parlamento– «igual es porque estamos en el punto justo o en el centro, que es donde queremos estar».

BAJADA DE IMPUESTOS

La candidata para la investidura también se ha referido a la intención anunciada ayer en su discurso de aplicar una bajada generalizada de impuestos a los cántabros, ya que todos los grupos le han trasmitido que «no salen las cuentas» si se pretende reducir ingresos y al tiempo mantener los servicios públicos y emprender nuevos proyectos. En contraposición, la ‘popular’ ha rebatido que «menos impuestos no significa menos ingresos».

En este sentido, ha pedido a los socialistas que «dejen la demagogia» cuando ellos «no han sido capaces de terminar ni lo que dejó en marcha Mariano Rajoy» cuando salió del Gobierno tras la moción de censura.

Además, tras las críticas del PSOE al PP por dar un discurso de investidura «entregado a la extrema derecha», ha trasladado a su líder, Pablo Zuloaga, que «no lea tantos cuentos de terror», porque «aquí el único lobo que hay es el que ustedes han protegido y se está cargando la ganadería de Cantabria».

Así, Buruaga ha esperado que la victoria generalizada del PP en las autonómicas del 28 de mayo se repita en las generales del 23 de julio y Alberto Núñez Feijóo se convierta en presidente para poder trabajar «en sintonía» entre el Gobierno central y regional.

DIÁLOGO CON TODOS LOS GRUPOS

Finalmente, la futura presidenta ha avanzado que liderará un Gobierno centrado en «el acuerdo y dialogo» con todas las fuerzas políticas para sacar adelante sus proyectos, por lo que se «a nadie le interesa ser destructivo ni ir en contra de la voluntad» que han expresado los cántabros en las urnas.

En la misma línea se ha expresado el portavoz parlamentario popular, Iñigo Fernández, que ha intervenido justo antes de Buruaga señalando igualmente que su formación quiere «hablar con todos» y que el PSOE, «si quiere, puede incorporarse en este clima de diálogo», pero, en alusión a sus críticas hacia los pactos del PP con Vox, cree que es «el menos indicado» para decir al PP «con quién puede hablar y con quien no», después de que «gobierna con Bildu y con Otegui».

Su objetivo, ha dicho, es sacar a la región de un «declive» en el que se encuentra tras el Gobierno de PRC-PSOE, ya que «la realidad de Cantabria no es tan buena como la han pintado Revilla y Zuloaga».

En este sentido, se ha preguntado qué opinarán del balance que han hecho el regionalista y el socialista los afectados por los okupas, los usuarios de las Cercanías tras la polémica de los trenes «que no cabían por los túneles» o los ganaderos afectados por ataques de lobo.

No obstante, el diputado considera que «no merece la pena seguir hablando del pasado» porque su gestión «ha sido flagrantemente suspendida» por los cántabros en las urnas, y ha abogado por centrarse en el futuro y en los nuevos proyectos, destacando nuevamente que el pacto de investidura con el PRC «no es ningún matrimonio ni atadura para toda la legislatura».

Por ello, ha esperado que Vox apoye al PP cuando tome medidas como la bajada de impuestos, el plan para los autónomos o la «derogación de la Ley de Memoria Histórica» aprobada la legislatura anterior, así como con la tramitación de una nueva Ley de Vivienda que proteja a los propietarios, en muchas ocasiones «gente muy humilde» y no «grandes tenedores» como ha señalado el PSOE, ha manifestado Fernández.

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