Cantabria deja de exigir el certificado Covid a partir de este miércoles
El pasaporte Covid deja de estar en vigor en Cantabria este martes porque ya «no cumple el objetivo» de cortar la transmisión del virus en espacios interiores ahora que domina la variante ómicron, más contagiosa y que esquiva mejor el sistema inmunitario.
La Consejería de Sanidad publicó el 3 de diciembre la resolución para poner en funcionamiento el certificado Covid y el día 9 fue autorizado por el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria con una vigencia de 40 días, que termina hoy y que no se ha renovado al considerar que ya no está surtiendo efecto.
Así lo ha anunciado hoy el director general de Salud Pública, Reinhard Wallmann, en una rueda de prensa que ha ofrecido junto al consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez.
Según ha detallado, desde que entró en vigor este pasaporte el Servicio Cántabro de Salud (SCS) ha registrado 5.700 primovacunaciones, excluyendo las de los niños, por lo que podrían haber surgido por la necesidad de tener el certificado de vacunación para acceder a los interiores de espacios de ocio o por «miedo» a la sexta ola.
No obstante, Sanidad cree que el «efecto motivador» que tenía el pasaporte para hacer que la población se vacunara ya está cumplido, pues en las últimas semanas ese número de primeras vacunaciones «ha ido disminuyendo». Además, no ve «suficientemente justificado» mantener su aplicación únicamente para incentivar la vacuna.
Cantabria entra en una «fase de estabilización» de los contagios, dominados ya al 99% por ómicron
La Consejería de Sanidad de Cantabria empieza a ver las «primeras señales» de que la comunidad estaría entrando en una «fase de estabilización» de los contagios de coronavirus, que ya corresponden casi totalmente a la variante ómicron, pues la semana pasada se cerró con el 96% pertenecientes a esta cepa y en lo que va de ésta ya son el 99%.
Así, se espera que esta semana empiece a ver una «meseta» y a continuación descienda la tendencia del virus, aunque al alcanzarse el punto álgido de los casos «estamos en la situación más complicada de esta ola», con una incidencia acumulada «por las nubes» -de casi 4.300 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días- y una ocupación hospitalaria «muy elevada».
De hecho, a pesar de ser una variante de menor gravedad, ómicron también «predomina claramente» ya en los hospitales, pues de las muestras aleatorias que se realizan -no se comprueba a qué variante corresponden todos los casos- 83 de los hospitalizados por Covid están infectados de esta cepa y 18 de delta, mientras que en la Unidad de Cuidados Intensivos la relación es de nueve de ómicron frente a seis de delta.
Asimismo, en la UCI hay «un 50% de pacientes no vacunados» y se ha confirmado que su evolución es «mucho peor», pues se les da el alta «mucho más tarde» y tienen «mayor riesgo de fatalidad».
Así lo ha detallado este martes el director general de Salud Pública, Reinhard Wallmann, en una rueda de prensa que ha ofrecido junto al consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, y en la que ha explicado que en total hay a día de hoy 232 pacientes con el virus que están en los hospitales «por Covid y con Covid», una precisión que quiere decir que no todos han ingresado por los síntomas que les provoca el virus, sino que el 31% han acudido a los centros por otras causas siendo asintomáticos, y al hacerse una prueba de detección han dado positivo «incidentalmente».
Esto es el reflejo de que hay una «elevada» transmisión en la comunidad y de que «muchas personas son positivas y no lo saben», pudiendo ser asintomáticos el 50 de los contagiados o más, según Wallmann.
Y es que se da por confirmado que ómicron es «muy contagiosa» por su capacidad de evadir el sistema inmunológico -lo que también está dando lugar a reinfecciones dentro una misma ola de personas que han pasado delta y luego ómicron- pero «más leve», por lo que su gravedad se centra «sobre todo en mayores de 80 años», la franja etaria en la que «más ingresados se producen con diferencia», ha indicado Wallmann, destacando que en esta sexta ola ha habido un total de 44 fallecidos con una edad media de 83 años y una letalidad del 0,1%, «bastante menos» que en la quinta ola.
De hecho, la mayor transmisión y menor gravedad han dado lugar a cambios «muy radicales» en la estrategia de Sanidad, que, por ejemplo, en las últimas tres semanas ha «reorganizado» el rastreo dejando de buscar contactos estrechos y haciendo solo detección de casos sintomáticos «puros y duros», además de que solo hace pruebas a los contactos que son personas vulnerables. «Ya no llamamos nosotros a los casos, sino que dejamos que quienes tienen síntomas nos llamen a nosotros», ha resumido el director general.
Con estos «cambios de testing» se contabilizan en el sistema de Sanidad tanto las pruebas positivas detectadas por el SCS, que en la última semana ha hecho 32.000 -la mitad PCR y la otra mitad de antígenos- a personas que llaman manifestando tener síntomas, como las realizadas en las oficinas de farmacia, que según Salud Pública están funcionando «muy bien» y han realizado desde que iniciaron esta labor hace alrededor de una semana 2.400 tests, de los que casi la mitad han sido positivos, 1.020.