Comité y dirección de Ferroatlántica volverán a reunirse el día 14 para negociar el ERTE
El comité de empresa y la dirección de Ferroatlántica han ampliado el proceso de negociación sobre el Expediente de Regulación de Empleo (ERTE), cuya última reunión estaba prevista este lunes, y volverán a reunirse el próximo día 14.
Así han informado fuentes del comité, después de que ambas partes hayan mantenido su cuarta reunión, tras las celebradas el 24 y 27 de octubre y el 3 de noviembre.
Según trasladó Ferroatlántica al comité en uno de los encuentros, plantea que la planta de Boo de Guanizo (Astillero) esté parada en 2022 y 2023, con una afectación del 90 por ciento, y poner un solo horno en funcionamiento en 2024, con una afectación del 60 por ciento.
En una reunión anterior se expuso el Expediente de Regulación de Empleo (ERTE) «por causas técnicas y organizativas», aunque sin entrar en lo relacionado con complementos ni medidas de acompañamiento.
La empresa confirmó a los sindicatos que el ERTE, que se aplicará también a las fábricas de Sabón (La Coruña) y Monzón (Huesca), se aplicará a partir del próximo mes de noviembre y hasta finales de 2024 y afectará a la totalidad de la plantilla.
Con esta medida, según Ferroglobe, grupo al que pertenece la fábrica de Ferroatlántica de Boo, se pretende reducir los efectos de los precios energéticos y las razones que la justifican son de carácter «productivo y organizativo».
Así, explicó que «la grave situación del mercado energético, con altos precios de energía impactando especialmente a la industria electro-intensiva en España, ha venido afectando a las producciones de las tres fábricas desde el pasado mes de agosto».
Estas circunstancias ya obligaron a reducir su actividad «al mínimo» a la espera de una mejora en los precios de energía que devolviera la competitividad a sus fábricas.
«La situación existente y la falta de perspectivas de mejora de la problemática energética han obligado a la empresa a adoptar esta decisión, que estima que puede durar hasta finales de 2024 y que afectará a unas 400 personas», preciso la empresa.
La planta cántabra tiene parados desde agosto todos sus hornos por el alto precio de la energía.