Crece la emancipación juvenil en Cantabria al 13,5% pero sigue por debajo de la media
La proporción de jóvenes de entre 16 y 29 años emancipados en Cantabria ha aumentado alrededor de 1,3 puntos porcentuales en el primer semestre del año en relación al anterior, hasta situarse en el 13,5%, casi un punto y medio por debajo del conjunto nacional (14,9%), donde 1,5 de cada 10 jóvenes están emancipados, según el Observatorio de Emancipación correspondiente al primer semestre de 2021, elaborado por el Consejo de la Juventud de España (CJE).
A nivel nacional, este porcentaje es 2,4 puntos inferior al del mismo semestre de 2020, la cifra más baja de este siglo (desde 1998).
El informe, presentado este jueves, señala que este dato es «un marcador unívoco de la precariedad que la juventud española arrastra de forma endémica» y «refuerza la tesis del CJE en relación con el empeoramiento progresivo de las condiciones de vida de las personas jóvenes».
«Si la gran crisis económica que comenzó en 2008 ya lastró de forma permanente las trayectorias vitales de toda una generación, la crisis de 2020, agravada por la pandemia de la COVID-19, está teniendo unos efectos incluso peores, dado que las personas jóvenes que los sufren se encuentran en una situación de partida más precaria que la de la generación que las precedió», se lee en el estudio.
En el caso de Cantabria, el informe señala que en el primer semestre de 2021 había una mayor proporción de personas jóvenes emancipadas que en el semestre anterior (13,5% en contraposición al 12,2%), pero seguía muy por debajo de la media estatal.
Sin embargo, advierte que el incremento «podría no ser exactamente de esta envergadura», puesto que el tamaño muestral de la Encuesta de Población Activa (EPA), la fuente utilizada para estimar la emancipación residencial de la población joven, es muy escasa para esta comunidad autónoma, de modo que ha de ser interpretado «con cautela».
Una de las explicaciones de la baja emancipación residencial de la población joven cántabra podría encontrarse en la escasa participación del colectivo en el mercado de trabajo, según indica el Observatorio, que apunta que, a mitad de 2021, su tasa de actividad figuraba entre las más reducidas del país con un 44,7%.
La tasa de empleo aumentó desde finales de 2020, registrando un 35,1% a mediados de 2021, todavía por debajo de la mayoría de comunidades autónomas, mientras la tasa de actividad fue la segunda más baja de las regiones.
Además, el informe indica que las condiciones laborales de los jóvenes en Cantabria reflejaban «cierta precarización» pues un 59,8% de quienes trabajaban lo hacía en un puesto para el que estaban sobrecualificados. De hecho, la comunidad lidera la sobrecualificación juvenil en España.
Además, más de la mitad contaba con un contrato de trabajo temporal (53,3%).
El coste de acceso a la vivienda tanto mediante la fórmula de alquiler como la de compra no era tan elevado como en la media de comunidades autónomas, aunque estaba lejos de ser viable con el salario de una persona joven trabajadora.
DATOS NACIONALES
En España, por tramos de edad, la tasa de emancipación más baja se observa en los jóvenes de 16 a 24 años (solo un 4% de ellos está emancipado) y sube hasta el 33,9% entre los jóvenes de 25 a 29 años, es decir, algo más de 3 de cada 10 de ellos vivían ya fuera del hogar familiar.
El informe también revela «un paulatino incremento» del porcentaje de jóvenes de 30 a 34 años que viven con sus padres, es decir, no emancipados, que aumentó hasta un 32,9% en el primer semestre de 2021, 1,8 puntos más que en el semestre anterior.
Atendiendo a la distribución por sexos, en la primera mitad de 2021 la tasa de emancipación de las mujeres jóvenes se redujo en 2 puntos, situándose en el 17,8%, y se mantuvo más estable entre los hombres, situándose en un 12,2%.
Uno de los datos que destaca el CJE es la tasa de temporalidad juvenil, que aumentó para este período 5,8 puntos.
Además, aunque se está produciendo una recuperación del empleo, cuya tasa ha subido hasta el 38,4%, el Consejo de la Juventud advierte de que las condiciones en las que se está dando no contribuyen a mejorar la calidad del empleo joven.
De los datos se desprende que el salario medio percibido por una persona menor de 30 años en España es de 12.536,66 euros netos anuales, con una disminución interanual del 1,09%.
Sin embargo, el 61,6% del total de personas jóvenes no tenía salario y en un 15,4% de los hogares jóvenes ninguno de sus integrantes tenía trabajo.
Además, señala que las malas condiciones laborales de la juventud se trasladaron en el primer semestre de 2021 al acceso a la vivienda: una persona joven que quisiera emanciparse en solitario dedicaría, de media, el 81,9% de su sueldo al alquiler o debería ajustarse a una superficie máxima tolerable de 29,3 metros cuadrados.
Según precisa el informe, una de las «pocas» vías para efectuar la salida del hogar familiar que podrían permitirse las personas jóvenes en España sería la posibilidad de compartir una vivienda en alquiler con otras personas.
El coste de acceso de alquiler a un piso compartido para una persona joven asalariada supondría destinar el 25,6% de sus ingresos.
«Se está celebrando una recuperación económica que no está siendo justa con la juventud; por ello, la recuperación del empleo joven se está produciendo debido al aumento de la precariedad del colectivo.
Desde el CJE insistimos en la necesidad de alcanzar un pacto entre todas las fuerzas políticas y la sociedad civil, una Alianza por la Juventud aprovechando, además, que el año 2022 será el año europeo de la juventud», ha subrayado la presidenta del Consejo de la Juventud de España, Elena Ruiz Cebrián.