Rato no declaró lo que cobró de la CEOE cántabra

Después de dejar sorpresivamente la dirección general del Fondo Monetario Internacional, Rato decidió dedicarse a los negocios y a las conferencias, para lo cual se puso en manos de una empresa que se encarga de representar a personalidades con este fin, Bureau Consulting de Conferenciantes (BCC), donde su tarifa era de 50.000 euros por charla. Una de las que consiguió por esta vía fue la ofrecida por la CEOE-Cepyme de Cantabria en 2008, una época en que la patronal conseguía grandes subvenciones públicas, tenía las arcas muy saneadas y no dudaba en pagar lo que hiciese falta para traerse a conferenciantes de postín: Rato, Aznar, Solchaga…
Con estas conferencias, entre 2007 y 2009, el año en que fue nombrado presidente de Caja Madrid, Rato obtuvo unos jugosos 1,6 millones de euros, pero nunca los declaró como un ingreso personal, sino que los imputó a una empresa de su propiedad, Arada SL, que explotaba un pequeño salto de agua en el pueblo de Carabaña (Madrid). Tan pequeño que sus ingresos por esta actividad no alcanzaban los 5.000 euros al año.
Los inspectores fiscales no tienen ninguna duda de que las conferencias no tienen nada que ver con la actividad de esta empresa y estiman que en la actitud de Rato hay un delito fiscal continuado.

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