El comité de Aspla se reúne esta tarde para fijar nuevas líneas de acción: ‘No se ríen de nosotros’
El comité de empresa de Aspla tiene previsto reunirse esta tarde para marcar nuevas líneas de acción tras no haber sido convocado por la dirección para negociar el convenio colectivo a pesar de encontrarse este miércoles en su cuarto día de huelga, que tiene parada toda la producción.
Los representantes de los trabajadores –el comité está compuesto por los sindicados SITA-USO, Sindicato Unitario de Cantabria (SUC), CCOO y UGT– deliberarán a partir de las 19.00 horas si convocan algunas acciones complementarias a la huelga, como concentraciones o protestas, para forzar que se dé algún paso que desbloquee la situación, puesto que aún «no hay acercamiento por ningún lado».
Y es que los trabajadores llevan concentrados en todos los accesos de las plantas de Aspla de Torrelavega y Reocín desde que se inició el paro el domingo a las 14.00 horas, con un seguimiento que desde el principio ha sido del 100%, pero eso no ha sido suficiente para que la empresa ceda a negociar las peticiones de la plantilla, que reclama actualizar un convenio que expiró hace un año y que se le garantice la revisión del IPC real, se actualicen los salarios y se le den los atrasos correspondientes desde el 1 de marzo.
Sin embargo, la falta de resultados hasta ahora no desmotiva a los empleados, que siguen «fuertes y unidos» y dispuestos a seguir en huelga hasta lograr que mejoren sus condiciones laborales. «O nos llama la empresa o seguimos allí», han señalado a Europa Press fuentes del comité tras comprobar el ánimo de los trabajadores en la cuarta jornada de huelga.
«No se ríen de nosotros», es lo que han trasladado los trabajadores, quienes bajo ningún concepto se plantean rendirse y siguen concentrados a las puertas de Aspla con tranquilidad y sin generar ningún incidente.
Así, el cuarto día de paro está siendo similar al tercero e incluso más tranquilo, ya que hoy solo han entrado a la fábrica los directivos –a los que los trabajadores dejan pasar pero reciben entre pitos, gritos e insultos– y los designados para servicios mínimos, que son solo operarios de vigilancia, no de producción.
Además, hoy solo ha sido un trabajador de oficinas el que ha intentado entrar a su puesto –ayer fueron unos cinco los que entraron– y finalmente no lo ha hecho por recomendación de la Policía.
Y es que en el exterior de la planta varios furgones policiales siguen velando por que no haya disturbios, pero para los huelguistas los agentes son ya «uno más», pues al pasar los días de paro con tranquilidad han tenido tiempo para intercambiar conversaciones con ellos.