El proyecto cántabro MIES desarrollará una plataforma para la gestión del envejecimiento saludable
El proyecto MIES, impulsado por la Universidad de Cantabria (UC), el Instituto de Investigación Marqués de Valdecilla (IDIVAL) y el Grupo Ámbar, desarrollará una plataforma para la gestión del envejecimiento saludable.
Se trata de una plataforma no invasiva y tecnológicamente avanzada que medirá de forma objetiva las funciones ejecutivas de las personas mayores alojadas en residencias geriátricas.
El sistema que impulsa el citado consorcio, que ha dotado al proyecto de 1,94 millones de euros, validará un nuevo enfoque clínico impulsado por la tecnología e impulsará la medicina personalizada.
Cantabria tiene 178 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Además, prácticamente el 8% de la población cántabra tiene 80 años o más.
Ante el reto social y económico que supone el envejecimiento de la población, el proyecto MIES se presenta como una herramienta estratégica para gestionar eficientemente este fenómeno.
Así, la aplicación de tecnologías durante las pruebas clínicas permitirá disponer de medidas objetivas para evaluar la capacidad física y cognitiva de los pacientes. Una información de gran valor para establecer medidas que prologuen la autonomía de los mayores y faciliten un envejecimiento lo más saludable posible.
Esta colaboración público privada tiene un plazo de ejecución de 36 meses y supondrá la contratación de 26 profesionales.
A pesar de estar en una fase inicial, MIES tiene el propósito de transformar los actuales modelos para el seguimiento y atención de las personas mayores. Si el proyecto consigue validarse con éxito en la Residencia San Cándido de Santander, se espera generar un triple impacto.
En el ámbito sanitario y económico, contribuirá de manera notable a mejorar la calidad de vida de los pacientes y a aliviar el estrés del sistema sanitario. La posibilidad de supervisar la rutina diaria de ancianos que viven en entornos controlados reducirá la necesidad de pruebas presenciales y permitirá ofrecer un servicio de más calidad con el mismo volumen de recursos.
Según las estimaciones de MIES, cuya presentación oficial ha tenido lugar este miércoles, los costes de seguimiento actuales se podrían reducir en más de un 50%.
Además, desde una perspectiva social, las herramientas propuestas para la detección precoz y la mitigación de deficiencias físicas o cognitivas generarán bienestar en los pacientes y prolongarán su autonomía. Una afirmación que se sustenta sobre la previsión de una notable reducción del riesgo de caídas, la preservación durante más tiempo de funciones cognitivas y la contribución a mejorar tanto su salud ósea como sus funciones musculares.
Finalmente, desde el punto de vista científico, demostrará que es posible utilizar herramientas tecnológicas para proporcionar información objetiva para la evaluación y estimulación de las funciones físicas y cognitivas utilizando actividades gamificadas.
Así, se contribuirá al estado del arte del conocimiento, aportando un conjunto de herramientas que, una vez validadas por la comunidad científica internacional, podrían convertirse en estándar para la detección temprana de la fragilidad en diferentes niveles, así como del deterioro cognitivo.
Uno de los puntos de innovación más importantes del proyecto MIES es el uso de técnicas de gamificación durante las actividades para facilitar una evaluación no invasiva. La implementación de sensores en elementos como pulsadores, piezas para ensamblar o tarjetas de juego permite controlar al paciente en segundo plano y elimina el sesgo introducido en escenarios clínicos. De esta manera se podrán obtener mediciones objetivas sobre aspectos como la atención, la velocidad motora, la memoria visual o la fuerza.
La capa tecnológica que complementa estas pruebas resulta fundamental en el carácter disruptivo del proyecto. Aunque el primer paso es poder medir diferentes aspectos relacionados con la salud de cada persona, la capacidad tanto de comunicar, como de gestionar, almacenar e interpretar dichos datos es básica. Así, se crearán interfaces que faciliten la integración de datos de distinta naturaleza y sean amigables para el personal sanitario.
La información se presentará al personal sanitario de manera cómoda y dentro de un sistema interoperable que ofrece los datos requeridos para la atención del paciente. En ese sentido, al reconocer los patrones que rigen en estos procesos asistenciales, se puede realizar una gestión más eficiente de los recursos.