El sector de la construcción tiene dificultades para encontrar mano de obra
El sector de la construcción en Cantabria tiene «serias dificultades» para encontrar mano de obra, tanto profesionales con experiencia como personas que quieran formarse en sus distintos gremios, por lo que ha llamado a pensar en él como una oportunidad laboral «de presente y de futuro», ya que está «creando empleo» y tiene «perspectivas positivas» a medio y largo plazo.
Y es que actualmente hay demanda para cubrir tanto los oficios más tradicionales como nuevos perfiles adaptados a técnicas relacionadas con la innovación, la construcción sostenible o la rehabilitación eficiente, que va a tener en los próximos años un crecimiento «relevante» en parte gracias a los fondos europeos, que contemplan la construcción como uno de los sectores protagonistas y uno de los «agentes tractores» de la economía Europea.
Así, se ha hecho un llamamiento a «poner la mirada» sobre un sector que ocupa en Cantabria a 16.000 personas y redujo su desempleo un 19% en el último año. Especialmente se ha llamado a personas desempleadas, jóvenes y mujeres, ya que estas últimas suponen solo el 9% de los empleos en la construcción.
Así lo han dicho este viernes la consejera de Empleo, Ana Belén Álvarez; el presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Cantabria, Javier Palomera; y el gerente de la Fundación Laboral de la Construcción, José Antonio Valcárcel; en una rueda de prensa que han ofrecido para informar sobre la empleabilidad en este sector que intentan «hacer atractivo».
«Queremos hacer ver que el sector de la construcción es generador de empleo, que demanda mano de obra y que ofrece oportunidades laborales. Es un sector en crecimiento con presente y con futuro», han sentenciado la titular de Empleo, que ha trasladado la preocupación de su Consejería porque «son oportunidades laborales que se están perdiendo y que lastran la actividad económica».
De hecho, ha detallado que en la última programación del Servicio Cántabro de Empleo (Emcan) se ofrecían 32 acciones formativas vinculadas al sector y nueve, el 30%, «no pudieron llevarse a cabo por falta de alumnado».
Además, ha remarcado que en la actualidad se tiende a poner en valor sectores innovadores vinculados a la tecnología y la digitalización, porque «es la hoja de ruta hacia la que tenemos que caminar», pero hay nichos de trabajo tradicionales que «al mismo tiempo están avanzando tecnológicamente» y que «no podemos perder, porque los necesitamos»: encofrado, pintura, carpintería, albañilería, fontanería o electricidad, ha enumerado.
Tanto la consejera como el presidente de los constructores cántabros han apostado por cambiar la imagen del sector, que «se denostó» con la anterior crisis económica, y que se suma a un problema de relevo generacional.
Según Palomera, es un problema «histórico» de los últimos años que afecta a todas las comunidades. «Se nos está haciendo muy difícil ya no encontrar perfiles formados, sino gente que se quiera formar». «Nos está costando ser atractivos y quitarnos ese estigma que nos está lastrando», ha lamentado, incidiendo en que se necesitan «todo tipo de perfiles».
MUJERES EN LA CONSTRUCCIÓN
Además, ha dicho que hay «otros muchísimos gremios» que no están relacionados con trabajos de fuerza física y están «completamente abiertos a poder contar con las mujeres», pues la representación femenina es «muy pequeña». «Que el 50% de la población no tenga representación en el sector nos limita mucho más».
Y desde la Fundación Laboral de la Construcción, que sirve como herramienta para la cualificación de profesionales que ya forman parte del sector y para dar oportunidades a quienes buscan empleo, Valcárcel ha instado a éstos a «que se animen y se formen», porque van a descubrir un sector «muy atractivo, muy moderno, muy técnico y con gran salida laboral».
Y es que esta entidad imparte formación propia del gremio tradicional pero también en otros sectores afines que requieren de una titulación que a veces es «una gran desconocida», como el campo de la eficiencia energética, energías renovables, electricidad y electrónica, climatización, calefacción o mantenimiento de ascensores.
Estos cursos cuentan con una parte teórica y otra práctica que hace que, según Valcárcel, la «gran mayoría» de quienes los cursan, «trabajan».