El economista Enrique Campos Pedraja, uno de los fundadores de la Asociación Española de Asesores Fiscales y promotor del Centro Montañés de Investigación y Desarrollo Empresarial (CEMIDE), ha fallecido este domingo a los 90 años.

Campos Pedraja, nacido en Santander en 1932, fue pionero en la gestión empresarial y auditorías, con títulos como el de doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid, intendente mercantil en la Escuela de Altos Estudios Mercantiles de Bilbao, profesor mercantil y perito mercantil en la Escuela de Comercio de Santander.

En los años 50, Campos renunció a un puesto en el staff directivo de los astilleros santanderinos Basse Sambre Corcho para montar su propio despacho de asesoría fiscal y consultoría para empresas (Tecnisa Campos), convirtiéndose en uno de los primeros del país, un camino que recorrerían otros muchos más tarde, pero que en aquel momento parecía plagado de incertidumbres. Eso le dio un reconocimiento nacional en el sector, que siempre mantuvo, y que hizo que su despacho llevase durante muchos años la asesoría fiscal o la auditoría de grandes empresas nacionales e incluso de multinacionales, como Teka.

Su interés por impulsar la economía de la provincial –luego región– le llevó a crear el Centro Montañés de Investigación y Desarrollo, al que acudían periódicamente ponentes de prestigio de todo el país, como el economista Ramón Tamames o el polemista Funes Robert, cuyas conferencias en los primeros años de la Transición de eran seguidas por un público multitudinario, que abarrotaba los locales e incluso los alrededores, donde eran seguidas por megafonía. Cemide también contaba de forma habitual, con altos cargos de los ministerios de Economía y Hacienda, que presentaban cada año las novedades en ambos fiscales más relevantes, lo que le daba a los empresarios de la región un acceso muy directo a los responsables gubernamentales, algo que no ocurría en ninguna otra región, ni cercana ni alejada de Madrid. También tenían la oportunidad de escuchar a los expertos más reconocidos de los despachos más importantes del país, con los que Campos tenía una estrecha colaboración.

Esta iniciativa personal hizo que también fuesen habituales de sus foros personajes de primer nivel del ámbito bursátil, como Blas Calzada, y los sucesivos responsables de la Seguridad Social.

Con todo ello, Enrique Campos consiguió que una pequeña región periférica tuviese un acceso privilegiado a quienes decidían –fuese el gobierno que fuese– en los ámbitos más relevantes para los empresarios.

Campos formaba parte desde el primer día del Consejo Asesor de Cantabria Económica, donde dio muestras permanentes de su colaboración desinteresada y ha recibido diversas distinciones, destacando la Medalla de Plata del Gobierno de Cantabria, Galardón a la Trayectoria Profesional (Gaceta de los Negocios) y Premio a la Trayectoria Profesional (Revista Actualidad Económica).

Retirado de la vida pública desde hace aproximadamente una década, por problemas de salud, CEMIDE ha continuado bajo la tutela de sus hijas, Ana y Belén Campos, y concede cada año un premio que lleva el nombre de Enrique Campos Pedraja a los mejores expedientes académicos de Administración y Dirección de Empresas (ADE) y Economía de la Universidad de Cantabria (UC) y la Universidad Europea del Atlántico (Uneatlántico).

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