Ferroatlántica plantea parar la planta de Guarnizo en 2023 y arrancar con un solo horno en 2024
Ferroatlántica plantea que la planta de Boo de Guanizo (Astillero) esté parada en 2022 y 2023, con una afectación del 90%, y poner un solo horno en funcionamiento en 2024, con una afectación del 60%.
Así lo han informado a Europa Press fuentes del comité de empresa, que ha vuelto a reunirse con la dirección de Ferroatlántica, y al que ha informado de esta medida en la exposición del Expediente de Regulación de Empleo (ERTE) «por causas técnicas y organizativas.
Según el comité, en bases a las previsiones actuales, están «debatiendo y aclarando dudas» sobre el informe y las causas que motivan el ERTE, y aún no se ha «hablado nada» de lo relacionado con complementos ni medidas de acompañamiento.
La de este jueves es la segunda reunión que mantienen la dirección y el comité de empresa de Ferroatlántica, tras la que celebraron el pasado 24 de octubre. Esta previsto que la negociación continúe los días 3 y 7 de noviembre.
En el encuentro anterior, la empresa confirmó a los sindicatos que el ERTE, que se aplicará también a las fábricas de Sabón (La Coruña) y Monzón (Huesca), se aplicará a partir del próximo mes de noviembre y hasta finales de 2024 y afectará a la totalidad de la plantilla.
Con esta medida, según indicó Ferroglobe, grupo al que pertenece la fábrica de Ferroatlántica de Boo, se pretende reducir los efectos de los precios energéticos y las razones que la justifican son de carácter «productivo y organizativo».
Así, explicó que «la grave situación del mercado energético, con altos precios de energía impactando especialmente a la industria electro-intensiva en España, ha venido afectando a las producciones de las tres fábricas desde el pasado mes de agosto».
Estas circunstancias ya obligaron a reducir su actividad «al mínimo» a la espera de una mejora en los precios de energía que devolviera la competitividad a sus fábricas.
«La situación existente y la falta de perspectivas de mejora de la problemática energética han obligado a la empresa a adoptar esta decisión, que estima que puede durar hasta finales de 2024 y que afectará a unas 400 personas», preciso la empresa.
La planta cántabra tiene parados desde agosto todos sus hornos por el alto precio de la energía.