La fábrica de conservas Atunlo echa el cierre con el ERE de sus 83 empleados
La dirección y el comité de empresa de la fábrica de conservas Atunlo de Santoña alcanzaron ayer un acuerdo para aplicar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) a sus 83 trabajadores y cerrar la planta.
Según Comisiones Obreras (CCOO), tras las negociaciones se han incluido «algunas mejoras» pactadas para el despido de la plantilla, que las ha aceptado por unanimidad en asamblea.
Entre ellas, el incremento de la antigüedad en dos meses más para subir la cuantía a percibir y que, además, se garantiza el cobro de los salarios y la indemnización correspondiente. Asimismo, se va a suscribir un convenio especial con la Seguridad Social para el personal mayor de 55 años y se va a crear una bolsa de empleo para que pueda optar a vacantes en otras empresas del grupo.
Por su parte, el sindicato USO, pese a que ha suscrito el acuerdo, ha presentado alegaciones ya que considera que el despido colectivo «no está debidamente acreditado» por la documentación aportada por la empresa y que la medida es «totalmente desproporcionada», así como que la dirección ha actuado de «mala fe».
También CCOO ha denunciado que detrás de este cierre «en realidad se esconde una reconversión que cada vez es más común en el sector conservero, que opta por comprar productos fabricados en otros países que después comercializan aquí».
«Se están cargando la industria conservera y destruyendo miles de empleos de un trabajo que es muy artesanal y sinónimo de calidad. Seguro que esta empresa vuelve a surgir dentro de un tiempo, pero claro, los y las trabajadoras ya están en la calle», ha criticado Alejandro Lirón, negociador del acuerdo por parte de la Federación de Industria de CCOO en Cantabria.
Sin embargo, la Federación ha trasladado que el acuerdo alcanzado para el ERE «ha recogido la voluntad de los trabajadores» y ha subrayado que la otra opción que se ponía sobre la mesa era el concurso de acreedores, lo que supone «exponerte a estar atado a la empresa durante varios meses hasta que se resuelva, sin ninguna garantía de futuro y sufriendo porque vas a estar todo ese tiempo sin cobrar».
«Las 83 personas que trabajan en Atunlo no se pueden permitir esta situación porque hablamos de una plantilla muy feminizada, con muchas mujeres que, además, tienen unos salarios muy bajos, con categorías al límite del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que no pueden permitirse el lujo de pasar a un concurso de acreedores que no sabes cómo acabará pero que sí sabes que va a provocar que estés unos cuantos meses sin cobrar», ha apuntado Lirón.
Para la Federación, lo importante después de que la empresa anunciara a finales del año su intención de cerrar –en noviembre entró en preconcurso de acreedores y después inició el procedimiento de despido colectivo– era «garantizar el bienestar de la gente», vinculado al convenio de elaborados del mar.
Al hilo, ha destacado que «no les ha gustado nada el chantaje al que les ha sometido la empresa amenazando con el concurso de acreedores», pero han valorado las mejoras pactadas que incluye el acuerdo.