La industria láctea avisa: ‘Si no se arregla la huelga del transporte los ganaderos tendrán que tirar la leche’
La recogida de la leche se está realizando en Cantabria aunque no «al cien por cien» y algunas industrias, como Andros, ha dejado ya de hacerlo y otras de las grandes podrían seguir el mismo camino si no se pone fin al paro indefinido convocado en el transporte por la escalada de precios de los carburantes.
Así, aunque este servicio se incluyó entre los mínimos a prestar durante el paro y se ha venido realizando, el problema para las industrias lácteas radica en la falta de suministro de material, como envases o tapones, que apenas salen de los almacenes y «se están acabando».
De este modo, «si no se arregla» el problema y en «muy breve plazo» de tiempo además, «tendrán que tirar la leche los ganaderos», que se verían así abocados a una situación «caótica» e incluso «catastrófica» tras la que vienen padeciendo en los últimos años, por los costes de producción y la pandemia del coronavirus.
Lo ha alertado el presidente de la Asociación de Industrias Lácteas en la región, Álvaro Ortiz, para quien la coyuntura será «gravísima» si la actual no se solventa en un par de días, según sus cálculos.
En declaraciones a esta agencia ha explicado que en Cantabria «se mueve algo» el suministro de materiales, gracias a que la Guardia Civil está escoltando a distintos transportistas.
Pero fuera de la comunidad autónoma «es más complicado» y algunos elementos como el ‘tetra brik’ -imprescindible para envasar y comercializar de la leche- solo se fabrica en Madrid, en tanto que otros únicamente se hacen en Barcelona.
Ortiz ha indicado que mientras Andros -que se dedica a la elaboración de postres y yogures- dejó ya de recoger la leche, Lácteos de Santander, con sede en Meruelo, estaría «a punto» también.
Y ambas, junto las otras tres industrias principales de la región -Nestlé, El Buen Pastor e Iparlat de Renedo- están pendientes de la reunión de transporte y de si se desconvoca la huelga.
Así, una vez finalice el paro, las industrias lácteas tardarán al menos una semana en «regularizar» la situación provocada por la falta de suministros, pero podrán por lo menos «empezar a poner la rueda», ha expresado Ortiz.
En caso contrario, si no se solventa el conflicto y no llegan materiales, ha planteado que «nos tendremos que beber la leche o la tendrán que tirar los ganaderos», que se verían así abocados a una coyuntura «caótica y catastrófica».