La trabajadoras cántabras dedican 4 horas semanales menos que los hombres al empleo y 14 más al hogar
Las trabajadoras cántabras dedican una media de cuatro horas semanales menos que los hombres al trabajo remunerado (26,07 por las 30,19 horas de los varones) y, por contra, emplean más de 30 horas semanales en la atención al hogar y la familia (30 horas y 24 minutos), casi 14 más que las computadas en los varones (16 horas y 45 minutos).
Estos datos se desprenden de un estudio elaborado por la Secretaría de Igualdad de UGT con motivo de la conmemoración del 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, basado, entre otras fuentes, en la última publicación Mujeres y Hombres desde la Perspectiva de Género, editada por el Gobierno de Cantabria con estadísticas recopiladas en 2020.
De acuerdo con estos datos, un 31% de las mujeres de 16 y más años de la región participan a diario en un trabajo remunerado al que dedican una media de 6 horas y 31 minutos cada día, mientras que el porcentaje de hombres asciende al 41,8% (casi 11 puntos más), al que destinan una media de 8 horas y 7 minutos, una hora y media más.
Según el informe de UGT, la diferencia entre las horas semanales de un empleo remunerado de las mujeres en comparación al de los hombres es de casi 5 horas en el caso de las asalariadas y supera esta cifra en el de las autónomas, aunque la media regional disminuye por las empresarias u ocupadas por cuenta propia con plantilla a su cargo, que emplean dos horas menos que los varones en el mismo concepto.
Por el contrario, en el tiempo diario o semanal destinado al hogar y la familia la situación varía «drásticamente», ya que en estas actividades no sólo participa un mayor porcentaje de mujeres trabajadoras (un 89,7% por un 67,2% de hombres) sino que además emplean de media dos horas diarias más que los hombres (4 horas y 29 minutos por 2 horas y 27 minutos).
Para la secretaria de Igualdad de UGT en Cantabria, Pilar Santamaría, las tareas relacionadas con el hogar y la familia o el cuidado de mayores o enfermos en el ámbito familiar «lastran el desarrollo profesional y laboral de las mujeres en una medida que ni se puede comparar con la de los hombres» y «es uno de los factores más determinantes en las brechas de género que persisten en el mercado laboral».
Así, según el estudio, el mayor vínculo de las mujeres al hogar, la familia y el cuidado de personas limita su tiempo dedicado al trabajo remunerado, propicia más jornadas laborales parciales o «simplemente impide la búsqueda de un empleo». De hecho, en Cantabria casi un 90% de las excedencias laborales por cuidados familiares son solicitadas por mujeres (302 de 345 en 2020).
Y, pese a haber un número menor de asalariadas que de asalariados, un 75% de todos los empleos a jornada parcial (24.608 de un total 32.787) corresponde a las mujeres y casi una cuarta parte (23%) de todos los empleos femeninos de la región son de esta modalidad con menos tiempo de trabajo contratado, cerca de cuatro veces más que el de los hombres en la misma situación (6,5%).
Según la Encuesta de Población Activa, de las 24.608 asalariadas con un empleo a tiempo parcial, únicamente un 10% (2.532) lo está de manera voluntaria, otro 49% (12.233) no ha podido encontrar uno a tiempo completo y un 23% (5.633) ni siquiera busca una jornada con más horas de trabajo porque se lo impide el cuidado de personas u obligaciones familiares o personales, lo que afecta únicamente a un 3% de los hombres con el mismo tipo de empleo (240 de un total de 8.179).
Al respecto, Santamaría destaca que si se comparan las estadísticas de empleos a tiempo parcial por sexos y los motivos de cada afectado o afectada para no tener más tiempo de trabajo remunerado, se observa «una de las brechas de género más evidentes en el mercado laboral, porque el porcentaje de mujeres que ni siquiera se lo pueden plantear por cuidados u obligaciones familiares es casi 8 veces superior al de los hombres».
El estudio de UGT agrega que, según la última Encuesta Social de Cantabria de 2020, un 37,7% de las trabajadoras que manifestaban su deseo de tener más horas de trabajo remunerado argumentaban que se lo impedían responsabilidades familiares, porcentaje que triplica al de los hombres en el mismo concepto (10,8%).
BARRERA LABORAL PARA DESEMPLEADAS E INACTIVAS
La misma encuesta, editada por el Instituto Cántabro de Estadística (ICANE), precisa que un 31,6% de las mujeres desempleadas o incluidas en la población inactiva de Cantabria (sin contabilizarse las personas pensionistas o jubiladas) no buscaba empleo por el mismo motivo de las cargas o responsabilidades familiares, cuando en los hombres esta situación ni siquiera está registrada con porcentaje alguno.
«Es paradójico que casi un 32% de las mujeres desempleadas o en la población inactiva no pueda buscar empleo por sus responsabilidades familiares cuando en los hombres casi la única causa para ello son los estudios o cursos formación, que es el motivo alegado por el 96,7% de los varones que no buscan empleo y que únicamente afecta a poco más de un 15% de las mujeres», destaca Santamaría.
A su juicio, «si realmente se quieren erradicar las muchas brechas de género del mercado laboral, lo primero es liberar a las mujeres de unas cargas familiares y cuidados de personas que ahora realizan casi en exclusiva y obstaculizan su propia carrera profesional, el acceso a un empleo con la suficientes horas de trabajo, una remuneración adecuada y una cotización suficiente para prestaciones contributivas o una pensión de jubilación».