Nueve detenidos en una operación que clausura una asociación cannábica de Santander

La Policía Nacional ha detenido a nueve personas en el marco de una operación que se ha saldado con la clausura una asociación cannábica situada en la zona de Floranes de Santander y la incautación de 3.900 gramos de marihuana y 1.200 gramos de hachís, entre otras drogas y efectos relacionados.

Se trata de cinco hombres de entre 21 y 66 años, como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas; y de tres hombres y una mujer, de entre 27 y los 43 años, como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas y de defraudación de fluido eléctrico.

En la denominada ‘Operación Racimo’ llevada a cabo por el Grupo de Estupefacientes de Santander ha colaborado el Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOEs) con sede en Bilbao; la Unidad de Prevención y Reacción (U.P.R) y la Unidad de Guías Caninos, ambas de Cantabria.

La Policía Judicial de Santander sabía de la existencia de un grupo de personas dedicadas a la venta y distribución de marihuana y hachís, amparándose en dos asociaciones cannábicas situadas en el centro de Santander, una en la zona de Floranes y otra de Castilla-Hermida.

Durante los últimos meses, llamadas de residentes en las inmediaciones, especialmente de una de las asociaciones cannábicas, trasladaron su gran malestar por la existencia de la asociación, que interpretaban como un foco o punto de venta indiscriminada de sustancias estupefacientes.

La investigación policial constató que el principal responsable de la asociación contaba con una segunda de la misma tipología, ubicada en otro local muy céntrico de la ciudad.

Dichas asociaciones, según sus estatutos fundacionales, decían tener fines terapéuticos, con un consumo compartido siempre en el interior de su propio local, y un estricto control sobre las cantidades y socios, que debían de llevar un respaldo facultativo, sin facilitar o favorecer el consumo a personas ajenas o que no atendieran al citado perfil.

Sin embargo, los agentes pudieron constatar la actividad ilícita de las asociaciones cannábicas, que en realidad constituían puntos de venta indiscriminados de sustancias estupefacientes, con nulo control sobre los destinatarios de las mismas, y que en absoluto la consumían de manera privativa en las asociaciones, respondiendo sus actividades única y exclusivamente a un ánimo de lucro.

En una primera fase de la operación, el 16 de mayo, el Grupo de Estupefacientes registró dos viviendas, una en la zona de Monte y la otra en el centro de la ciudad, y seguidamente, los dos locales de las asociaciones cannábicas.

También detuvieron a seis personas, cuatro de las cuales participaban de forma activa en la actividad ilícita, mientras que las otras dos hacían de testaferros: a cambio de una prestación económica figuraban en la Junta Directiva como secretario y tesorero de una de las asociaciones.

Los cuatro primeros fueron detenidos como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas y defraudación de fluido eléctrico, y los otros dos, como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas.

Los policías contaron con el apoyo de técnicos de Viesgo en una de las asociaciones cannábicas, en la que había una conexión fraudulenta a la red eléctrica.

La segunda fase de la operación fue el 2 de julio y se saldó con cuatro detenciones y un registro.

Así, pocos días después del desmantelamiento de las dos asociaciones, el Grupo de Estupefacientes constató que estas personas volvían a retomar la actividad ilícita en el local de la zona de Floranes al abrigo de esta asociación cannábica, continuando con la venta y distribución de marihuana y hachís.

Finalmente, el 2 de julio los agentes procedieron a la entrada y registro del local y a la detención de cuatro hombres como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas.

Uno de los sospechosos resultó ser uno de los principales responsables de la asociación, concretamente el que hacía funciones de secretario y tesorero, que fue detenido nuevamente en esta segunda fase de la operación como presunto autor también de un delito de tráfico de drogas.

Asimismo, se clausuró el local y se suspendieron las actividades.

El principal investigado llevaba tiempo evadido de la justicia y le constaba una orden de detención por un Juzgado de Santander. De los nueve detenidos, únicamente la mujer carecía de antecedentes.

Dos detenidos, que figuraban como Junta Directiva en la asociación, prestaron declaración en dependencias policiales y fueron puestos en libertad con cargos con la obligación de comparecer ante la autoridad judicial. Los otros siete detenidos, seis varones y una mujer, fueron puestos a disposición judicial.

DROGA INCAUTADA

En los cinco registros efectuados durante toda la ‘Operación Racimo’ los agentes se incautaron de 3.900 gramos de marihuana; 1.200 gramos de hachís; un gramo de cocaína rosa; numerosos botes conteniendo marihuana prensada; 58 cigarros porros; siete balanzas de precisión; una prensa para confeccionar aceite de hachís; dos máquinas de hacer porros; numerosos aparatajes para la instalación de plantaciones «indoor» de marihuana (balastros, extractores, ventiladores, etcétera); un puñal, cuatro cuchillos, 1.995 euros en efectivo y diversos útiles destinados a la actividad ilícita.

Con esta operación policial ya son dos las asociaciones cannábicas que han sido clausuradas en todo Cantabria, y en ambas ocasiones por operativos llevados a cabo por Policía Nacional.

Anteriormente se clausuró otra asociación de este tipo en el barrio de Corbanera (Monte), en diciembre del año 2020.

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