Sodercan busca potenciar el emprendimiento femenino en proyectos innovadores
Sodercan ha celebrado una jornada para presentar el Laboratorio Fémina Cantabria, un programa con el que trata de potenciar el emprendimiento femenino en proyectos innovadores, contribuyendo a disminuir la amplia brecha de genéro que existe en el campo de la innovación. La empresa pública ya ha empezado a recibir propuestas para este programa, entre las que elegirá las 30 que considere más innovadoras o de más interés, para ofrecerles un curso de formación. Entre ellas seleccionará diez para una mentorización directa, de la cual saldrá un plan de negocio y, finalmente, concederá premios a los mejores, con cuantías económicas que alcanzan los 15.000 euros.
En la presentación de este programa han participado tres mujeres con cargos relevantes que han expuesto sus experiencias, la presidenta de la Comisión de Igualdad de CEOE, Val Díez; la cántabra Monica San José, vicepresidenta de Ventas de la multinacional Konoor Brands, nominada en el ranking Top 1000 Mujeres Líderes en España, y la presidenta de la Asociación de Mujeres Empresarias de Cantabria, Eva Fernández Cobo.
Val Díez, que tuvo que intervenir por videoconferencia después de que un incidente de tráfico le impidiese coger el avión a Santander, puso de relieve el efecto que empiezan a tener los planes de igualdad en las empresas más grandes y, sobre todo, enfatizó en la importancia que va a tener la nueva ISO de igualdad en empujar a las empresas de todos los países adheridos (y son muchos) a ajustarse a unos estándares de equiparación entre géneros que de otra forma tardarían décadas o incluso centurias en alcanzarse.
No solo van a tener efecto en las empresas locales, sino que forzarán a que empresas de otros continentes con desigualdades mucho más flagrantes se vean forzadas a a avanzar en la equiparación si quieren seguir siendo proveedores de empresas comprometidas con la igualdad.
Mónica San José renoció que quizá no hubiese llegado tan alto en la multinacional en la que trabaja de haber tenido hijos y se mostró firmemente partidaria de una flexibilidad laboral que permita la conciliación, también a los hombres, “porque no somos robots”.
No obstante, advirtió que parte de esa desigualdad entre géneros procede de la diferente actitud, “ya que los hombres son más atrevidos”, dijo, “y las mujeres han sido más educadas en la renuncia”.
Un paso para equiparar a la mujer, según San José sería implantar las direcciones por objetivos, que midan la productividad y no el mero presencialismo en el trabajo.
Eva Fernández Cobo coincidió en este análisis e insistió en que flexibilidad laboral afloraría el valor del trabajo femenino, que ahora queda desdibujado “porque nosotras mismas nos equivocamos, al asumir y resolver todas las situaciones de conciliación”.