UGT y CCOO insisten en subir el SMI para lograr ‘una reactivación económica plena’
UGT y CCOO han vuelto a trasladar este miércoles a la delegada del Gobierno en Cantabria, Ainhoa Quiñones, su reivindicación de reactivar las mesas de negociación sobre la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), para lograr una «reactivación económica plena», y la derogación de las dos últimas reformas laborales, en especial la de 2012.
La reunión con Quiñones, celebrada en la Delegación del Gobierno, se incluye en la campaña de movilizaciones emprendida por CCOO y UGT en toda España el pasado mes de febrero para «retomar cuanto antes la negociación de estas grandes cuestiones pendientes que quedó paralizada por la irrupción de la pandemia de la Covid-19».
«Seguimos planteando que se reactive la negociación para que se incremente el SMI porque es fundamental para millones de personas y para la propia reactivación de la economía», ha señalado el secretario de Empleo de UGT en Cantabria, Julio Ibáñez, para quien «si no se sube, no habrá una reactivación económica plena».
Por su parte, la secretaria general de CCOO, Rosa Mantecón, ha insistido en que «ahora sí toca», lema utilizado por los dos sindicatos en su campaña de movilizaciones, tras reiterar que «el aumento del SMI no puede quedar bloqueado ahora que la economía va a mejorar en esta segunda parte del año».
Para el responsable regional de Empleo de UGT, «si el SMI no sube para mejorar la situación económica de millones de personas, se perderá esa parte del consumo que corresponde a los que menos ganan, que además destinan todos sus ingresos al consumo y por tanto a la propia reactivación económica».
«Generaría mejores circunstancias de vida para las personas trabajadoras y las familias, reactivaría la economía y, además, redundaría en la brecha salarial, que es muy en Cantabria, y que sufren muchas mujeres trabajadoras», ha recalcado la secretaria general de CCOO.
Los dos sindicalistas también han apelado a que se deroguen las últimas reformas laborales, sobre todo la de 2012, porque, según matizó Ibáñez, «han debilitado la negociación colectiva y han devaluado los salarios y las condiciones laborales, por lo que no han servido ni para reactivar la economía ni para mejorar las condiciones de las personas como se vendieron en su momento».