Un joven acusado de abusar de una niña en un cumpleaños lo niega y la víctima ratifica la denuncia
Un joven acusado de abusar de una niña en un cumpleaños en una casa rural cerca de Liérganes ha negado los hechos este miércoles en el arranque del juicio contra él, en la Audiencia Provincial de Cantabria, en el que ha indicado que si bien conocía a la víctima -que entonces tenía 13 años- del día anterior, durante la fiesta no tuvo «ningún contacto con ella».
Sin embargo, la menor -que ahora tiene 16 años- se ha ratificado en la denuncia, asegurando que el procesado -que se enfrenta a doce años de cárcel que piden para él la fiscal y la acusación particular- le introdujo dedos en la vagina e intentó penetrarla también.
Ocurrió, según ha testificado ante la Sala de la Sección Primera -por videoconferencia desde la Sala Gesell habilitada hace cuatro meses en los juzgados de Las Salesas en Santander- en un baño de la vivienda donde se desarrollaba la celebración familiar -el cumpleaños de una amiga suya y prima del encausado- tras una comida en un restaurante en la que, de acuerdo con su versión, él la «miraba» y en una ocasión se acercó a ella y le dijo que era «muy guapa».
Por la tarde, ya en la casa rural, la chica ha afirmado que bebió «cuatro vasos» grandes de alcohol que le afectaron «bastante» por lo que por la noche se tuvo que retirar a una de las habitaciones, donde estuvo acompañada primero por la joven del cumpleaños, después por un niño pequeño y finalmente entró el acusado en el dormitorio, tal y como ha enumerado.
El chico se sentó en una silla mientras ella permanecía tumbada sobre la cama, tapada con una sábana, de lado y de espaldas a él, y en un momento dado él empezó a intentar tocar sus partes y meterle los dedos, extremo que no consiguió al mover las piernas la víctima: «Estaba paralizada. Tenía mucho miedo», ha expresado.
Después, ha proseguido, el encausado le dijo que fuera con él al baño, hasta donde se dirigió «mareada». Allí fue donde la «puso contra el lavabo», le «subió el vestido» y «bajó el tanga» para meterle los dedos en la vagina e intentar penetrala, pero no pudo: «Me dolía muchísimo», ha enfatizado, para justificar que no decía «nada» porque tenía «miedo». «Que esto no salga de aquí», ha asegurado que le dijo él.
Tras esto, la víctima llamó a unas amigas a las que contó «por encima» lo que había pasado para que la fueran a buscar (acudieron con la madre de una de ellas). Según su versión, la acercó hasta el punto de encuentro la madre del acusado en coche, apuntando al respecto que iba «sola» con ella en el coche y que conducía la mujer. (Esta testigo también ha declarado en la vista oral y ha negado ese extremo al carecer de carné y por no saber conducir).
VESTIDO O PANTALÓN CORTO Y SUDADERA
A preguntas del abogado defensor, la denunciante ha señalado que el día antes de los hechos había dormido en casa de la madre del acusado y que la jornada del cumpleaños llevaba un vestido de tirantes negro, aunque al volver a ser cuestionada sobre la ropa, ha admitido la posibilidad de que en el restaurante tuviera uno de color amarillo que le habrían prestado y que en la casa llevara un pantalón corto y una sudadera, que también le habrían dejado.
El acusado, que ha respondido solo a la fiscal y a su letrado, también se ha referido a petición de este último a la ropa de la niña. Ha indicado que el vestido negro que no era «acorde» para la fiesta cumpleaños, por lo que su madre le puso uno amarillo para el restaurante. Y después, en la casa rural, todos se cambiaron y su prima dejó a su entonces amiga un pantalón corto y una sudadera.
Por lo demás, en cuanto a los hechos en sí, ha admitido que ese día pudo hablar con ella, pero «en grupo», con más gente «siempre» alrededor, y ha negado que bailaran juntos. También ha reconocido que se dio cuenta de que la chica había bebido alcohol, que estaba afectada y que se tuvo que ir a una cama, en la que «estuvo con mi prima. Yo no entré en esa habitación», ha zanjado.
Así las cosas, ha rechazado que la llevara al baño o los tocamientos y algún beso referidos por la denunciante, que no se produjeron «en ningún momento». «No tuve ningún contacto con ella», ha sentenciado, para confesar que fue «impactante» enterarse por la Guardia Civil de lo que alegaba que había sucedido.
TESTIGOS
En el juicio, que continuará este jueves con las periciales, conclusiones e informes finales de las partes, también ha testificado la madre de la víctima, que ha asegurado que el «plan» de su hija y otras amigas invitadas al cumpleaños era dormir en la vivienda rural.
Pero de madrugada la avisaron -la madre de otra menor- de que volvían a casa porque estaba «mal» y la habían «hecho algo», de modo que una vez de regreso la llevó a Urgencias del Hospital Valdecilla y más tarde interpusieron la denuncia.
De su lado, la madre del procesado ha aseverado que la denunciante durmió la noche previa al cumpleaños en su casa y que el día de la fiesta «jamás» llevó el citado vestido negro, sino uno amarillo y luego shorts y sudadera. Además, cuando se encontró mal, «siempre» estuvo acompañada de un niño pequeño en el dormitorio.
Ha añadido que la niña se fue de la casa rural en coche, pero conducido por otro hijo suyo y hermano del procesado -algo que ha corroborado el joven en cuestión, que también ha ratificado todo lo relacionado con la vestimenta-.
Asimismo, esta mujer ha indicado que en el vehículo la víctima iba «tranquila» y «riéndose», hablando de la fiesta, y que al salir le dio «un abrazo» y «un beso». Y el conductor ha coincidido asimismo en que no estaba «llorosa» por lo que les pareció «increíble» la denuncia.
Finalmente, la prima del procesado que cumplía años ese día y que entonces era amiga de la denunciante ha coincidido con sus familiares en el relato sobre la ropa que vistió en la fiesta, en el que había unos veinte invitados y en el que «en ningún momento» dejó sola a la víctima, por lo que el sospechoso no estuvo «nunca a solas con ella».