El tren del 10-N a Madrid
En el tran-tran del tren a Bilbao, el PRC remiraba sus encuestas, “las buenas”, según ellos, que desprecian –y con motivos– todas las demás. Habían realizado una consulta a más de 900 personas, lo que en el ámbito de Cantabria es muy representativo, y no las que se hacen desde Madrid, con 40 u 80 encuestados, y clavaron el resultado: el PP, dos diputados; el PSOE, uno; ellos, uno; y Vox el restante. Incluso acertaron en los porcentajes, solo con un punto de diferencia en el PP y dos puntos y medio en Vox, en ambos casos por debajo del que realmente obtuvieron y que probablemente fueron consecuencia de la evolución del voto en la última semana. Los regionalistas sabían que crecían mucho y que tentarían con la punta de los dedos el segundo escaño pero que no lo conseguirían.
En Cantabria, las elecciones no solo han cambiado el orden de las dos primeras fuerzas políticas en ese tren figurado a Madrid (PP y PSOE) y han consolidado a los regionalistas como una fuerza parlamentaria nacional. También han puesto de manifiesto algunas otras cosas:
LA GENTE PUEDE ESTAR CANSADA DE LA POLÍTICA, PERO VOTA.– El que acuda a las urnas más del 70% del censo, en un día desapacible que multiplica los problemas de desplazamiento y después de votar tres veces en siete meses (con las locales) es un porcentaje sorprendentemente alto. No se ha quedado en casa ni la derecha ni la izquierda, quizá porque todos calculaban que se jugaban mucho.
LA DERECHA SUMA SIEMPRE 150.000 VOTOS.– Si damos por bueno que los apoyos que mantiene Ciudadanos son los más proclives a la derecha, la suma del voto de derecha permanece inalterable y sólida desde hace tres décadas, aunque ahora esté fraccionada.
PSOE+PRC SUBEN EN VOTOS Y BAJAN EN ESCAÑOS.– El espectacular crecimiento en votos del PRC en estas elecciones equilibra la pérdida de sufragios de los socialistas y, al final, entre ambos han acabado sumando más votos que en abril. Sin embargo, la Ley D’Hont impide que lo capitalicen. Al PRC no le da, por poco, para el segundo escaño, y el PSOE lo pierde también por unos miles de votos. En abril sumaban tres escaños y ahora dos. El PSOE, con 75.430 votos y Vox, con 48.600, tienen los mismos diputados: uno.
LOS LÍDERES LOCALES NO APORTAN VALOR A LA MARCA.– Es una evidencia que los dirigentes regionales no consiguen más votos de los que consiguen sus respectivos partidos (solo el PP tiene más), en parte por ese culto al líder que se está instalando en todos ellos y en otra parte porque no acaban de consolidarse. Los nuevos consejeros y dirigentes parlamentarios siguen siendo unos desconocidos para la población. Este problema llega al paroxismo en Podemos, donde en cuatro años han desfilado tantos dirigentes que incluso ellos han perdido la cuenta.
EL PP NECESITA UN LÍDER LOCAL.– El partido se puede sentir razonablemente satisfecho por el hecho de que el resultado en Cantabria es cinco puntos superior a la media nacional pero es consciente de que sigue sin darle oportunidad de gobernar la región mientras se mantenga el tándem PSOE-Revilla. Solo la salida del presidente regionalista por jubilación le puede dar alguna oportunidad.
EL PSOE SE ENCUENTRA CON UN PROBLEMA DE CREDIBILIDAD INTERNA.– La nueva dirección de los socialistas cántabros partía de la hipótesis de que eran los dirigentes anteriores los que impedían que el partido tuviese en Cantabria los mismos resultados que en resto del país, sin tener en cuenta el factor PRC. Ahora son ellos los que lo sufren (han tenido 5 puntos menos que la media nacional, a pesar de que Sánchez y los ministros se volcaron en la región), pero el auténtico problema es que han perdido muchos más votos desde abril que en otras comunidades, a pesar de que entonces presentaron a un absoluto desconocido. Desarmados, no es fácil que los críticos vuelvan de sus cuarteles de invierno, pero el partido se ha quedado sin pulso. También debe preocuparle el hecho de que su voto es ahora menos urbano (Santander, Torrelavega, Laredo, Piélagos y Bezana han quedado por debajo de la media regional), y el del PRC, en cambio, es más urbanita.
CIUDADANOS TENDRÁ PROBLEMAS PARA RETENER A LOS AFILIADOS.– En Ciudadanos casi todos los militantes han pasado antes por otros partidos, algunos de ellos hasta por cuatro o cinco. No son de fácil asiento y con la mala perspectiva para el futuro que han dejado las elecciones del 10 de noviembre, la impresión es que muchos de ellos abandonarán la formación, como pasó con UPyD. En política se necesitan muchos años para conseguir una base de militantes estable.
PODEMOS LLEVA CAMINO DE CONVERTIRSE EN LA IU DE SIEMPRE.– En cada elección, Podemos pierde un importante volumen de electores. Ha pasado de 62.000 votos en 2015, que le dieron un escaño muy holgado, a 28.000, que le dejan demasiado lejos de suponer que volverá a tenerlo.
VOX SE ASIENTA EN LA POLÍTICA REGIONAL.– La familia de Emilio del Valle hace tiempo que le empujaba a trasladar su residencia a Madrid y Sánchez, con la convocatoria de nuevas elecciones, se lo va a permitir. Vox ha ganado 8.600 votos y el PP 6.500 pero no aprovechan como hubiesen querido el granero de votos perdidos por Ciudadanos en la región (casi 39.000). Una parte significativa de ellos, como otra parte de los que tenían Podemos y el PSOE, han pasado al PRC. En cualquier caso, Vox ha llegado para quedarse.