El verdadero reto de la Universidad
Hace solo unos años, que el rector de una universidad de prestigio sostuviese públicamente que el futuro está en impartir la docencia por Internet hubiese supuesto un anatema. La Universidad española, una de las primeras del mundo, lleva diez siglos largos impartiendo clases presenciales, con unos procedimientos muy parecidos, incluso, a cuando los libros eran tan escasos que solo estaban al alcance del profesor y por ese motivo se veía obligado a dictar a sus alumnos. Y probablemente seguirá así durante un tiempo, pero será breve. Ángel Pazos, rector de la Universidad de Cantabria es de los convencidos de que ya no cabe la alternativa de meter la cabeza debajo del ala. O se inicia una nueva etapa o se queda el riesgo de quedar descolgados para siempre.
Internet va a cambiar radicalmente la forma de impartir las clases
El problema no es el coste ni los medios técnicos, que no son tantos. El auténtico problema es remover en muy poco tiempo un sistema de enseñanza muy tradicional y cargado de inercias (basta ver lo poco que han cambiado las cosas con el sistema Bolonia) y competir en el incierto terreno de una universidad sin aulas, en la que cualquier alumno podrá seleccionar desde su ordenador al mejor docente, esté donde esté.
Si, como augura Ángel Pazos y todos los estudios, este sistema ha llegado para quedarse, a la Universidad de Cantabria, y a todas las que quieran sobrevivir solo les cabe la posibilidad de estar entre los mejores y eso nunca es fácil, pero es más difícil aún en este terreno.
La enseñanza a distancia que se ha impartido hasta el momento tiene muchas deficiencias pero ese modelo será superado en cuanto desembarquen todas las universidades de prestigio y se vean obligadas a competir por atraer a unos estudiantes que van a tener una oferta mundial casi infinita. El reto va a ser muy grande para todas ellas, pero va a ser descomunal para las de carácter público, porque la estabilidad de sus plantillas, hagan lo que hagan, choca abiertamente con este sistema en el que los estudiantes serán soberanos y van a optar exclusivamente por los mejores.