Stephen MacDonald, director general de C. Salvesen Gerposa

Pregunta.– El anuncio del traslado de 50 conductores de la plantilla de Santander a Vitoria se ha interpretado como el primer paso para desmantelar la delegación de Cantabria. ¿Está justificada esa alarma?
S. MacDonald.– No. Históricamente, la gestión del tráfico internacional en Gerposa se hacía en Santander porque aquí nació la empresa, pero la distancia de 250 kilómetros hasta la frontera, unida al hecho de que gran parte del trabajo no esté tampoco en Santander, sino que está en Valladolid, en Madrid y en muchos otros lugares, hace que por razones de eficiencia queramos implementar un gran depot en el norte para gestionar todo ese tráfico internacional. Allí se van a unir la flota que hoy en día tiene su base en Irún y la que está dedicada en Santander a transporte internacional. Este traslado es de sentido común. Nadie monta una fábrica y pone la maquinaria a dos horas de distancia.

P.– ¿Hasta que punto ha perjudicado a Cantabria sus malas comunicaciones con la Meseta en los planes estratégicos de la compañía?
S. MacDonald.– En realidad, Santander tiene muchas ventajas sobre cualquier otro sitio. Hoy en día con las mejoras en la comunicación en la red vial y el acercamiento a Bilbao, es un sitio ideal para tener la casa matriz y para todos los negocios que gestionamos aquí en Cantabria. Yo puedo llegar a un aeropuerto internacional, como Bilbao, más fácilmente que una empresa de Madrid o Barcelona a los suyos. Además, nosotros contamos con 50 años de experiencia en Cantabria y tenemos gente aquí que son segunda y tercera generación en la empresa, y eso tiene un valor intrínseco. No sé como ha surgido el miedo a este cambio porque nunca hemos tenido la intención de trasladarnos; no tendría sentido porque sería una pérdida de todo ese recurso humano que hemos desarrollado durante décadas y no produciría ningún beneficio. Si tuviésemos un negocio con clientes concentrados en Madrid o Cataluña o País Vasco, un cambio quizá tendría sentido pero nuestros clientes están repartidos por la Península Ibérica y sus casas matrices están en lugares como París o Alemania. Para llegar a los clientes y establecer relaciones comerciales no hay ningún inconveniente geográfico en hacerlo desde Cantabria; además, nosotros tenemos clientes muy importantes aquí.

P.– ¿Por qué se abandonó el proyecto de hacer un centro logístico en Entrambasaguas?
S. MacDonald.– Ese proyecto no se va a realizar en Hoznayo, pero ya estamos buscando otro lugar más o menos de las mismas dimensiones para hacerlo. Estamos en conversaciones con el Gobierno regional para buscar alternativas en la zona portuaria o en otros lugares.

P.– ¿Qué condiciones debe reunir el lugar que buscan?
S. MacDonald.– Que esté lo más cerca posible a la capital porque los kilómetros añaden costes. Si podemos encontrar algún lugar céntrico, o entre Santander y Torrelavega sería ideal. Lo que vamos a necesitar es un almacén con muelles de carga de unos dos mil metros cuadrados bajo techo, espacio para las oficinas de la delegación, un parking para los vehículos con taller y depósito de gasoil. Más o menos, los requerimientos básicos que tenemos hoy en día.

P.– ¿Cuál es la importancia económica de la delegación de Santander en relación al conjunto de la compañía?
S. MacDonald.– En Santander está hoy en día aproximadamente el 25% de nuestras ventas, aunque no se generan sólo en Cantabria; son ventas que registramos aquí pero que se producen en otros puntos de Europa. Yo creo que esa cifra va a descender hasta situarse entre el 18 y el 20%, porque aquí nos vamos a quedar con los tráficos especiales, como el negro de humo, explosivos, azúcar, vidrio… más el tráfico generado en Cantabria y una buena parte de lo que hacemos en Asturias. Tenemos estas dos delegaciones cada día más vinculadas, y todo va a quedar controlado en gran parte desde Santander. El hecho es que aún con el traslado de esos cincuenta camiones a San Román (Vitoria), Santander quedará como la segunda delegación en ventas de la compañía.
P.– ¿A qué se debe la bajada en facturación de Santander en los últimos tres años?
S. MacDonald.– Por una parte a que hemos reubicado algunos tráficos; por ejemplo, hacemos un buen negocio para una compañía de automoción ubicada en Inglaterra (Nissan) que por razones de tarifas de ferry ha cambiado desde Santander a Bilbao. Otros clientes, como Vauxhall, se han perdido; el nivel de rentabilidad no era precisamente sobresaliente y al pedir un aumento de precio quedamos fuera del concurso. También ha habido cambios en el nivel de actividad en los tráficos, aunque qzúcar y explosivos han crecido y el negro de humo tiene su ritmo. Hemos tenido picos y bajadas en la industria que manejamos desde aquí, pero la gran diferencia ha sido el cambio de lugar de embarque de Nissan o la pérdida de Vauxhall.

P.– El pasado año Salvesen vendió 53 vehículos a empleados que han pasado a trabajar como autónomos para la compañía. ¿Va continuar con esa política ?
S. MacDonald.– La verdad es que Gerposa nunca ha dejado de hacer eso, pero si vendimos más el año pasado fue porque habíamos cometido un error durante la huelga del transporte de hace un par de años. La dirección en Inglaterra decidió que necesitábamos más camiones aquí, para dar más seguridad a los clientes y fue un error que paulatinamente hemos ido corrigiendo hasta recuperar el nivel histórico de nuestra flota.
La razón de ser de una flota propia para una compañía de transporte es asegurar a los clientes que, pase lo que pase, van a tener la posibilidad de mover su mercancía. Por otro lado, hay lugares donde se tiene que usar flota propia por razones de gestión o en trabajos como el transporte de explosivos, que necesita vehículos y conductores muy especializados. Pero la venta de vehículos se ha hecho siempre; cualquier compañía de transporte vende vehículos o remolques cuando quiere renovar o lo cree conveniente.
P.– ¿Cuántos transportistas autónomos trabajan para la compañía?
S. MacDonald.– Nosotros tenemos una flota propia de 170 vehículos pero movemos cerca de 1.300 camiones, incluyendo en esta cifra los que han comprado vehículos.

P.– La carga fraccionada es una modalidad de transporte que era ajena a la tradición de la compañía. ¿Por qué sea ha entrado en ese mercado?
S. MacDonald.– La carga fraccionada se puede definir de muchos modos. Por ejemplo, el groupage, que es un negocio tradicional de Gerposa para la industria de la automoción, básicamente es carga fraccionada. Recogemos partes de diversos proveedores y las llevamos a un centro de consolidación o a una planta. Lo que hemos iniciado hace año y medio es lo que llamamos paletería industrial, que para nosotros es un negocio fascinante y que en Inglaterra y Francia es un segmento de mercado bastante bien definido. Esto ha significado un cambio cultural dentro de la empresa y un cambio radical de control de gestión. No tiene nada que ver con lo que es carga completa, que fue su fortaleza tradicional. Pero está funcionando bien y creo que este año vamos a crecer un 25%. Nuestro enfoque es sólo el movimiento de palets, no queremos tocar el sector de paquetería.

P.– El valor añadido en el sector del transporte se encuentra cada vez más en los aspectos logísticos del negocio y no tanto en el mero traslado físico de la mercancía. ¿Apuesta Salvesen por potenciar este aspecto?
S. MacDonald.– El típico sentido que se da a la logística es almacenaje, pero conceptualmente nosotros no lo compartimos. Para nosotros logística es una mezcla de productos armada de una forma especial para dar valor añadido al cliente, que incluye normalmente almacenaje pero no siempre. Es una respuesta integral a las necesidades del cliente, una mezcla entre carga completa, groupage y paletería. Este es el futuro, porque la tradicional carga completa va a existir siempre, pero los costes tienden a subir, los precios están bajando y es un negocio mucho más estrecho cada día.

P.– ¿Cómo valora la situación de la compañía?
S. MacDonald.– Gerposa después de la compra tuvo sus dificultades, con resultados bajos y con la pérdida de alguna gente. La situación fue difícil, pero en los dos últimos años hemos cambiado muchísimo, hemos multiplicado la oferta de productos y hemos puesto muchísimo más énfasis en almacenaje, hemos lanzado este proyecto de paletería y estamos creciendo también en groupage. El ánimo dentro de la compañía es otro y alguna gente clave que había salido ha regresado. Estamos en la buena dirección. n

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