ACEFAM, un cuarto de siglo impulsando la empresa familiar en Cantabria

Con 70 empresas agrupadas, la Asociación refuerza su compromiso con la profesionalización, el relevo generacional y el crecimiento sostenible

Las empresas familiares representan la mayor parte del tejido empresarial español. En Cantabria suponen el 92% del censo total, generan el 82,5% del empleo privado y el 61,8% del PIB. La asociación ACEFAM, que aglutina a 70 de las mayores empresas familiares de la región, cumple ahora un cuarto de siglo dedicado a fortalecer y representar los intereses de este tipo de compañías, impulsando la profesionalización de la gestión y facilitando el relevo generacional.


A las puertas del siglo XXI, España y Cantabria estaban viviendo un buen momento. Aunque el temido efecto 2000 amenazaba con bloquear los ordenadores de todo el planeta, nada podría representar mejor ese éxito colectivo que la entrada en el euro, que estaría en circulación tres años más tarde. Una muestra de que el país tenía acceso al selecto club al que tanto deseaba pertenecer, el de las economías más sólidas y estables. 

En una Cantabria gobernada por Joaquín Martínez Sieso (PP) con el apoyo de los regionalistas, 18 empresarios crearon la Asociación Cántabra de la Empresa Familiar (ACEFAM) para apoyar y defender las empresas de este tipo que había en la región. Una asociación que ha ido creciendo en importancia y número de socios hasta llegar a los 70 de la actualidad.

Parte de los miembros de la junta directiva de ACEFAM. Arriba: Carlos Tejedor, Javier Polidura, Julio Cabrero, Almudena García Varona y Ana Sastre. Abajo: José Luis González Pescador, Sylvia de Miguel, Vicente Alciturri, Gema Coria y Álvaro Herrero.

“Los líderes empresariales familiares de nuestra región rápidamente entendieron que en Cantabria no podíamos quedar al margen de este movimiento, que se ha convertido en un gran movimiento de asociacionismo empresarial de éxito”, recuerda David González Pescador, director de ACEFAM.

Seis presidentes

Hasta la llegada de Vicente Alciturri, en el año 2021, hubo otros cinco presidentes. Todos ellos han caminado en la misma dirección, con directivas encadenadas unas a otras para dar continuidad a la gestión, aunque a cada uno lo ha tocado vivir tiempos distintos. 

El primer presidente fue Jesús García Lostal, que ostentó el cargo desde la fundación de la Asociación hasta el año 2006. “Mi recuerdo es de trabajar con un pequeño equipo, muchísima ilusión y muy pocos medios”, subraya.

“Las empresas familiares estaban muy aisladas y había poca comunicación entre ellas sobre los temas específicos que les afectaban, cuestiones como la gobernanza o el relevo generacional”, recuerda el empresario, que agradece la ayuda del Instituto de Empresa Familiar en esos comienzos para poner en marcha las primeras acciones formativas. 

García Lostal destaca el magnífico clima que se creó entre los asociados desde un principio y asegura que “comprobar que los problemas que nos preocupaban ya habían aparecido en otras empresas y conocer cómo los habían resuelto nos quitó la sensación de soledad que teníamos ante ese tipo de dificultades”.

Entre los logros de ACEFAM durante su mandato se encuentra la mejora en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones. “En aquel momento, la sucesión obligaba a desembolsar unas cantidades que ponían en grave riesgo la continuidad de las empresas. Afortunadamente, la Administración fue sensible a nuestros argumentos y en nuestra Comunidad Autónoma ese aspecto fue modificado favorablemente”, comenta orgulloso.

Foto de familia de gran parte de los miembros de ACEFAM en un evento celebrado el año pasado.

Al finalizar su mandato, llegó el turno de Miguel Ángel Casanueva, que fue presidente entre 2006 y 2009. Con él, la Asociación implantó varias medidas para reactivar la economía cántabra, varias de ellas en el ámbito de la formación. De hecho, uno de los grandes hitos de este periodo fue la creación de la Cátedra de la Empresa Familiar de la Universidad de Cantabria, patrocinada por el Banco de Santander. 

Tras Casanueva, Mar Gómez-Casuso estuvo al frente de ACEFAM durante dos legislaturas, que abarcaron desde 2009 hasta 2015. 

Por aquel entonces, el perfil de las empresas integrantes era algo diferente del actual:gran parte estaban en manos de la primera generación (68%) y la mayoría tenían entre dos y cinco accionistas. En más del 90% de los casos, la totalidad de la propiedad pertenecía a la familia. Pocas tenían consejo de administración y, si existía, estaba compuesto por los propios familiares. De hecho, el director solía ser siempre uno de los accionistas. “Sabíamos que teníamos un potencial enorme y queríamos que la Asociación Cántabra de la Empresa Familiar llegase a ser un referente de prestigio a nivel nacional”, explica Gómez-Casuso. 

De hecho, a comienzos de su primer mandato Cantabria acogió el Congreso Nacional del Instituto de la Empresa Familiar, una cita que proporcionó a la asociación cántabra una gran visibilidad y contribuyó a reforzar la imagen de las empresas familiares en la región. El evento también sirvió para tomar conciencia de la necesidad de estrechar lazos entre las distintas agrupaciones del país y ACEFAM comenzó a organizar encuentros con las asociaciones de La Rioja, Castilla y León, Asturias y Galicia que enriquecieron las experiencias de sus asociados.

Reinventarse para sobrevivir

Desde el punto de vista económico, fueron años duros. España estaba sumida en una gran recesión, con el final de la burbuja inmobiliaria, una crisis bancaria sin precedentes y un aumento exponencial del desempleo. El país estaba inmerso en una fuerte restricción de la liquidez y de deterioro de la de la competitividad y eso afectó a las empresas.

“La caída en la demanda, la contracción del crédito y el aumento del desempleo generaron un entorno de incertidumbre que condicionaron mucho nuestra actividad”, recuerda Gómez-Casuso. Las medidas de austeridad y la inestabilidad económica en el mercado europeo afectaron a sectores clave en la región, como el industrial, el turístico y el comercio.

Miembros del Fórum de Jóvenes de ACEFAM.

La empresaria recuerda que en su discurso de apertura del congreso lo dejó bien claro: “Es la época de los valientes”, pero también deja claro que sus empresas tenían una misión colectiva: “Sabíamos que era el momento en el que las empresas familiares teníamos que poner todo nuestro conocimiento y toda nuestra experiencia al servicio de la sociedad para superar la etapa de recesión”

Era un reto pero también era una necesidad ineludible: “Las empresas familiares de Cantabria afrontaron este período tan largo de crisis reinventándose, saliendo a mercados exteriores y diversificando su actividad”. No olvida que fueron momentos “muy duros, en los que las familias empresarias de la región invertimos y apostamos por nuestros negocios para salir de la crisis. Lo hemos hecho siempre y también lo hicimos cuando la escasez de financiación era un denominador común para todos”, subraya.

Uno de los directivos de la época de Gómez-Casuso, Manuel Huerta, tomó el relevo como presidente, entre 2015 y 2018. Durante su mandato, se puso en marcha el Código Ético de la Asociación –fue la primera territorial que lo tuvo– y se empujó para que se cambiasen, por obsoletas, las normas de suspensión de pagos. También se creó, junto a Deloitte, la primera Escuela de Accionistas. “Nos dimos cuenta de que había escuelas de todo tipo, pero apenas había formaciones específicas para las nuevas generaciones de las familias empresarias. Creíamos que había que formar accionistas responsables y el modelo se repitió en varias asociaciones territoriales”, recuerda Huerta con orgullo.

Esos años de recuperación tras la dura crisis financiera fueron un momento expansivo de ACEFAM en el que la comunicación cobró especial relevancia:“Empezamos a hablar con legitimidad y sin complejos de lo que hacíamos”, apostilla Huerta.

Tras nueve años como miembro de la Junta Directiva, Paloma Fernández se convirtió en la nueva presidenta en 2018, cargo que ostentó hasta 2021. El suyo fue un mandato marcado por la pandemia del covid. “Fue un varapalo importante para todas las empresas familiares: unas no podían trabajar y las consideradas de primera necesidad debían adaptarse cada día a una normativa cambiante y a un escenario nuevo”, recuerda. Lamenta que, a su juicio, “percibimos muy poca consideración por parte de la Administración ante los trastornos organizativos y económicos que sufríamos”. Se pudo salir, dice, porque “afortunadamente, las empresas familiares tenemos la mentalidad de resistencia propia de toda organización cuyo sentido vital es perpetuarse y una mirada a largo plazo”. 

En este periodo, y ante la imposibilidad de reunirse personalmente, nació La Empresa Familiar Comparte. Todas las organizaciones territoriales montaron webinars conjuntas para informar y ayudar a los empresarios familiares en la gestión de la pandemia. 

A pesar de las dificultades vividas, Fernández conserva un grato recuerdo del tiempo que ostentó el cargo: “Reunirme con el resto de presidentes de las demás asociaciones territoriales, acudir a sus asambleas y compartir los eventos fue una gran experiencia y un gran aprendizaje que ha enriquecido mi trayectoria como empresaria”, subraya.

Un Foro de jóvenes

En Cantabria, la empresa familiar tiene un peso aún mayor que en el resto de España, y es un pilar fundamental de la economía regional, algo que se ve reflejado en los datos. El 92,1% de las empresas cántabras son de carácter familiar, un porcentaje significativamente superior al promedio nacional (88,8%). Además, las empresas familiares generan el 82,5% del empleo, frente al 66,7% a nivel nacional, y aportan el 61,8% del PIB, por encima del 57,1% que generan en el conjunto del país.

Conocedores de esta relevancia, ACEFAM ha trabajado en estos años en proyectos orientados a mejorar la competitividad, promover la profesionalización y asegurar la continuidad generacional en sus empresas, aportando soluciones a los retos que han de enfrentar.

Socios de ACEFAM durante la cena de Navidad del pasado año.

Desde su creación, ha logrado aglutinar a empresas familiares de sectores diversos. A través de programas de formación, foros de encuentro, y asesoramiento, les ha brindado herramientas para afrontar desafíos como la sucesión, la innovación, y la adaptación a un entorno cada vez más competitivo y globalizado.

También ha tratado de trasladar a los jóvenes cántabros la importancia que tiene la empresa familiar como motor económico y generador de empleo a través de varias iniciativas. La más relevante ha sido la que ha llevado a cabo en su propio seno, la creación del Forum de Jóvenes, un espacio de encuentro para los miembros de la siguiente generación de las empresas asociadas. Su misión es complementar la formación empresarial y personal de sus miembros, fomentando también la creación de vínculos entre ellos para afrontar con éxito los retos del futuro.

El Foro se centra, sobre todo, en apoyar la transición generacional en sus empresas, un proceso clave para asegurar su continuidad. 

Además, brinda a las nuevas generaciones un canal para expresar sus necesidades, inquietudes y aspiraciones ante la Junta Directiva de la Asociación, asegurando que sus perspectivas se tengan en cuenta en la planificación de actividades. 

‘Que la sociedad nos entienda’

 Más reciente es la iniciativa Empresa Familiar en las Aulas que, siguiendo la estela de Castilla y León, se puso en marcha en el curso académico 2018-2019 y ya va por su tercera edición. Este programa tiene como objetivo trasladar a los estudiantes de Primaria, Secundaria y Bachillerato los valores de la empresa familiar y su importancia en el desarrollo económico de Cantabria, fomentando la cultura del emprendimiento entre las nuevas generaciones. 

“Estamos preocupados porque la sociedad entienda lo que hacemos”, explica el actual presidente de ACEFAM, Vicente Alciturri, que añade que este tipo de iniciativas “tratan de hacer llegar cuáles son los valores que tienen las empresas familiares para persistir en el tiempo, qué es lo que nos mueve, cómo eres capaz de tener esta permanencia en un mundo tan competitivo y cambiante”.

Mirada hacia el futuro

A lo largo de sus 25 años, ACEFAM se ha convertido en un referente del tejido socioeconómico regional y en un modelo dentro del movimiento asociativo en España.

Entre sus objetivos a corto plazo está la apertura a más socios que aporten valor añadido y la creación de un foro abierto a todo tipo de empresas familiares de Cantabria, similar al Foro Avanza, de Murcia, que sirva como espacio de reflexión, intercambio y aprendizaje sobre los desafíos y oportunidades de las empresas familiares, así como un lugar de inspiración para los empresarios sobre temas de liderazgo familiar, sostenibilidad o transformación empresarial.

En un mundo en constante cambio, la Asociación también pretende seguir acompañando a las empresas familiares en sus desafíos de crecimiento, innovación y relevo generacional. Esta labor permite a ACEFAM encarar el futuro con la misma vocación con la que inició su andadura hace 25 años, reafirmando su papel como pilar fundamental del desarrollo económico y social de Cantabria.

María Quintana

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