Álvaro Longoria (Morena Films): ‘Cantabria es el lugar perfecto para la industria del cine’

El cántabro Álvaro Longoria, fundador de la productora cinematográfica Morena Films junto con Lucrecia Botín, desgranó en el Círculo Empresarial de Cantabria Económica los atractivos de Cantabria para convertirse en el escenario de cada vez más películas, series y documentales. También apuntó fórmulas que podrían ayudar a la región a ser más competitiva en este terreno, como las que emplea País Vasco, cuyos incentivos fiscales han despertado el interés de muchas productoras. Puso como ejemplo su largometraje ‘Altamira’ para destacar el impacto económico y turístico que supone el cine para aquellos lugares donde se rueda y desveló los obstáculos que tuvo que superar otra de sus producciones, la saga ‘Campeones’.


La industria española del cine vive un momento de dispersión geográfica sin precedentes. Hasta hace algunos años, el grueso de las producciones se realizaba, salvo contadas excepciones, en grandes ciudades, principalmente Madrid y Barcelona, pero cada vez son más las películas, series y documentales que se filman en otras regiones. En este sentido, el productor y guionista cántabro Álvaro Longoria destacó en el Círculo Empresarial de Cantabria Económica que «Cantabria es el lugar perfecto para la industria de cine». 

El productor de ‘Campeones’ –Goya a la mejor película española de 2018– y de su secuela Campeonex, la más taquillera de este año, resaltó que la región tiene un poderoso atractivo paisajístico y ofrece a los rodajes multitud de posibles escenarios para grabar. Sin embargo, puso de manifiesto que aún le queda recorrido para atraer un mayor volumen de productoras. 

Longoria, que fundó la compañía Morena Films en 1999 junto a otra cántabra, Lucrecia Botín, hija del banquero recientemente fallecido Jaime Botín, y a otros socios, aseguró que en Cantabria no hay suficiente personal formado en el sector audiovisual, lo que obliga a las productoras a trasladar sus equipos hasta la comunidad, con los costes añadidos que implica, y advirtió que otras regiones del norte están tomando la delantera en la captación de nuevos proyectos cinematográficos. «Tenemos que competir con País Vasco y con otras comunidades que ofrecen más medios, pero también con países como Marruecos o Rumanía, donde la producción resulta más barata», advirtió.

Los asistentes de la primera edición del Círculo Empresarial desde el parón veraniego en el Hotel Real.

En su opinión, es imposible librar la batalla en igualdad de condiciones con País Vasco, al menos en el terreno económico. Sin embargo, consideró que Cantabria podría atraer más rodajes si importase fórmulas como las que utiliza la región vecina. «Hemos rodado una película en Vizcaya y el gobierno vasco nos ha devuelto el 60% del coste de la producción a través de incentivos fiscales. Todo el mundo está rodando ahí porque tiene unos incentivos brutales», constató. 

Según Álvaro Longoria, esta inversión tiene un gran retorno para la comunidad que proporciona esas facilidades, puesto que al atraer nuevos proyectos, se crea una industria que no existía y nuevos puestos de trabajo. «El cine no es una chorrada, genera mucha riqueza donde va porque te gastas mucho dinero en muy poco tiempo en ese sitio, además de darlo a conocer», argumentó.

‘El cine genera mucha riqueza donde va porque gastas mucho dinero en muy poco tiempo’

A lo largo de su intervención en el Círculo Empresarial, comentó que allá donde se establecen los sets de grabación, se produce un efecto reclamo sin parangón, y prueba de ello es una de sus películas, ‘Altamira’, dirigida por Hugh Hudson (‘Carros de Fuego’), y protagonizada por Antonio Banderas.

La cinta retrotrajo a los espectadores a la Cantabria de finales del siglo XIX y ensalzó la figura de Marcelino Sanz de Sanz de Sautuola y su hija María, de ocho años, que descubrieron las pinturas de Altamira, una de las obras prehistóricas más importantes del planeta. «Era una historia que teníamos que contar y  te das cuenta de la importancia de una película como reclamo turístico y promocional. Ha provocado que no solo haya venido mucha gente, sino que también hayan llegado otras productoras a rodar. Por eso, creo que hay que reivindicar la labor del cine y la importancia que puede tener en una región como esta.

 Longoria analizó algunas características de su sector, como su flexibilidad para movilizar los equipos de una ubicación a otra en función de las necesidades y su gran capacidad para dar oportunidades laborales, especialmente a los jóvenes. «Generalmente todos los equipos están formados por menores de 30 años».

Recordó que mucha población de Cantabria en esos rangos de edad tiende a irse de la comunidad, de ahí su propuesta de «poner en marcha mecanismos para retenerlos y formarlos». El productor cántabro consideró que solo así se puede sortear los sobrecostes que implica un equipo ‘portátil’. «Cuando los americanos vienen a grabar la serie ‘Juego de Tronos’ se traen hasta las hamburguesas, pero esa no es la idea», matizó.

De la banca al cine

El camino de Álvaro Longoria no ha discurrido por los cauces típicos de un productor o director de cine convencional. Antes de dar el salto al sector audiovisual, se dedicó a la banca de inversión en Londres y Nueva York. En su estancia en la ciudad americana, realizó un trabajo de fin de máster sobre la creación de una productora audiovisual y, con el paso del tiempo, aquello acabó por dar luegar a la creación de Morena Films junto a Juan Gordon y Lucrecia Botín: «Mi trabajo en banca no me gustaba mucho y tuve la suerte de irme a estudiar un máster. Y en Nueva York me enseñaron que cualquier cosa puede ser un negocio», reveló.

Aunque su entorno apoyó la idea, reconoció haber tenido muchas dudas, debido a las dificultades que entrañaba montar una productora en un país como Estados Unidos, donde «la industria cinematográfica es la tercera más importante».

Álvaro Longoria diferenció dos tipos de productores. El «antiguo europeo», ya casi desaparecido, que apostaba decididamente por una película haciendo fuertes desembolsos económicos, y el actual, que busca la mayor eficiencia financiera posible repartiendo los riesgos entre varios proyectos simultáneos: «La clave de un negocio es diversificar el riesgo. Ahora los estudios tienen muchas líneas paralelas, porque nunca sabes por dónde va a salir la idea brillante». Y bromeó, «si el cine fuese tan fácil, lo harían los bancos».

Preventa de las películas antes de estrenarse

Las productoras actuales buscan rentabilizar la película durante el proceso creativo y no en las salas, gestionando las subvenciones, los créditos iniciales y la cofinanciación de cadenas o plataformas de televisión que, de esta forma, tendrán la exclusiva de su explotación en ese formato. Al concluir la película, suelen dar entrada a otros inversores, que a veces están pactados desde un principio (preventa), con lo que cubren los gastos en que han incurrido en todo el proceso y obtienen un rendimiento. A partir de ese momento, son estos inversores los auténticos propietarios y los que tratarán de rentabilizar el film en las salas de cine o en otros países. Para ellos, la película es un producto al que hay que buscar el mayor número posible de compradores. 

«El éxito es muy relativo en el mundo del cine. La mayoría de productores prefinancia sus proyectos y si tienes éxito, tienes beneficios» explicó Longoria.

En su opinión, la clave para impulsar filmaciones como ‘Altamira’ o ‘Campeones’, dotados de presupuestos millonarios, es contar con suficiente colchón financiero con el que asumir el riesgo de un posible fracaso. «Si las prevendes, tienes garantizada la distribución y eso es fundamental. La moraleja es que todo puede ser un negocio. Si lo analizas bien, puede ser rentable».

Morena Films nació con una filosofía muy particular: crear un buen puñado de productoras pequeñas que compartiesen los mismos servicios generales con el fin abaratar los costes en la medida de lo posible. «Desde el principio tuvimos claro que no queríamos ser una empresa de personal. Ahora contamos con cinco productores y varias marcas más. Funcionamos como un pequeño estudio y eso significa que si yo no estoy en un determinado momento, siempre hay alguien ahí».

El empresario dejó bien sentado que su máxima es conseguir que el cliente quede satisfecho con el producto que ve, una tarea nada sencilla teniendo en cuenta que los guiones originales de las películas acostumbran a ser mejores que los definitivos, por las variaciones que sufren en el proceso, a menudo difíciles de esquivar. En su opinión, el secreto está en mantener intacta la esencia del proyecto. «Nosotros hacemos películas y series con una línea editorial y apostamos por las que creemos de verdad».

Longoria apuntó que algunas productoras optan por lanzar piezas cinematográficas que abordan temas que triunfan en un momento muy específico, para tratar de subirse a esa estela: «Ahora es habitual encontrarse con historias que cuentan los detalles escabrosos de cómo un asesino de niños ha llegado a serlo. Nosotros siempre hemos intentado mantener unos valores. No nos dejamos llevar por la moda, porque es efímera y te cargas tu marca. Es muy fácil que te conviertas en algo que no quieres ser únicamente por querer perseguir el éxito», sentenció.

‘Es fácil que te conviertas en algo que no quieres ser por perseguir el éxito’

Recordó que cada película tarda entre tres y cuatro años desde que nace la idea hasta que llega a los cines, por lo que es imprescindible tener una gran capacidad para anticiparse, además de sacar al mercado un producto que no se haya vendido antes. «Si yo me pongo a producir una película sobre un tema que esté de moda, cuando llegue a terminarla ya habrá 50 como la mía. Si vas a repetir algo que ya está haciendo todo el mundo, vas a llegar tarde», advirtió.

En su exposición, destacó que el algoritmo de plataformas online como Amazon o Netflix acaban determinando cuáles son las películas y series que aparecerán a los usuarios en su catálogo, diseñado en función de sus preferencias. «Cada plataforma tiene el suyo, y es muy peligroso porque se retroalimenta», lamentó.

Por esa razón, desveló que uno de los cometidos de Morena Films es tratar de crear nuevos productos con nuevos productores y vislumbrar con anticipación hacia dónde irá el público dentro de unos  años, pero no es fácil: «De cada diez proyectos que arrancamos, solo sale uno».

Perfil polifacético

La figura del productor de cine es transversal. Se encarga de supervisar todos los aspectos relacionados con la producción de una película, desde el desarrollo del guion, la financiación y la vigilancia del rodaje hasta la edición y montaje del material grabado.

En base a su experiencia, Longoria subrayó que el productor tiene que hacer uso de las habilidades de un perfil profesional u otro en función de la fase en la que se encuentra la película. «Un productor es un psicólogo, un emprendedor y, además, tiene que ser policía, bombero, terapeuta y amigo, ya que es fundamental acompañar a todo el equipo creativo en el proceso». 

Entre sus funciones, también está el marketing. «Cuando dejas el producto terminado, todo el mundo viene a preguntarte qué día quieres estrenar la película, cuánta publicidad necesitas, a qué público va dirigido y en qué festival deseas que te vayan a ver”. “Lo difícil de la producción es que tienes que ir cambiando de trabajo todo el rato”, resumió.

En favor de la diversidad

La trayectoria de Longoria está salpicada de grandes momentos profesionales. Uno de los ellos fue el Goya a la Mejor Película obtenido en 2018 por su producción ‘Campeones’ (dirigida por Javier Fesser), que relata las peripecias de un equipo de baloncesto formado por personas con discapacidad intelectual. 

La película, que ha recibido hasta el momento 54 premios, ha sido un éxito rotundo del cine español, pero sus comienzos no fueron sencillos, porque resultó complicado reunir la financiación necesaria. El productor cántabro desveló en el Círculo Empresarial que no todas las cadenas de televisión (habituales coproductoras) supieron ver su potencial: «La primera contestación que recibimos fue que una película de ‘subnormales’ (dicho así) no iba a verla nadie. Creo que a la persona que lo dijo, esto le perseguirá toda la vida».

El productor cántabro Álvaro Longoria también es impulsor y director del Festival de Cine de Santander.

Más adelante, presentaron la iniciativa a otra televisión, que accedió a financiarla con la condición de que los miembros de ese equipo de baloncesto fueran interpretados por actores reales (y, por supuesto, sin discapacidad) algo que el director y él no consintieron. Al final, la película consiguió la participación de TVE y Movistar Plus+, y el apoyo de Telefónica.

Además del éxito económico y artístico para la productora, el film contribuyó a concienciar a la sociedad de que las personas con capacidades diferentes tienen un gran afán de superación y ayudó a visibilizar que ningún límite, por insalvable que parezca, puede amedrentarlos. «Conseguimos que los ‘campeones’ se riesen de sí mismos sin ser ofensivos y eso atrapó al público».


Cuando un algoritmo decide un cambio de la trama o quién tiene que ser el actor

El número de entradas vendidas en los cines es la prueba del algodón. Refleja el interés que ha despertado una película entre los consumidores, pero no es el único parámetro que tienen en cuenta las televisiones o las plataformas de contenidos audiovisuales como Netflix o Amazon, que utilizan algoritmos para decidir el interés que tendrá una película. Unas fórmulas matemáticas que incluso acaban condicionando cambios en la trama. Álvaro Longoria admitió en su ponencia que, a día de hoy, para producir una película se pondera también el número de seguidores en redes sociales de los actores que participan en una grabación cinematográfica, aunque eso no diga demasiado de su calidad interpretativa. 

Puso como ejemplo ‘Relatos con-fin-a-dos’, una obra producida para Amazon en plena cuarentena durante la pandemia del covid. «Nos pedían actores que tuviesen muchos seguidores y nos acordamos de Isco Alarcón, que en ese momento era jugador del Real Madrid y estaba casado con la actriz Sara Salomón. Les dije que tenía un actor con 23 millones de seguidores y nos dieron el visto bueno», recordó y bromeó, «el muchacho es un malísimo actor. Es mejor como jugador de fútbol».


‘Campeones’ triunfó en España, pero también llamó la atención en Hollywood. Un estudio estadounidense adquirió los derechos para replicarla con algunas variaciones y con un presupuesto muy superior al de Morena Films. «Solo para contratar al actor que representaba el papel del entrenador de baloncesto se gastaron entre 10 y 15 millones de euros. Nosotros teníamos un presupuesto de 4,8 millones para toda la película. Por eso, el ‘remake’ está más centrado en el papel que desempeña el actor al que le han pagado esos millones. Tienen que amortizarlo». El resultado, por supuesto, se parece poco al de la película original, y no para mejor, en opinión de la crítica.

El productor remarcó que, si Morena Films goza buena de buena salud financiera después de 25 años de actividad, es por el riguroso control de sus cuentas. No obstante, reconoció que hubo épocas de vacas flacas. «Empezamos con grandes éxitos, pero se nos fue un poco la cabeza y de repente un día no había dinero en la caja». El problema surgió tras la cancelación de una serie en Estados Unidos que estaba proporcionando a la empresa elevados ingresos. «Tuvimos que reducir la plantilla de 100 a 15 empleados y fue un proceso complicado. Ahí aprendimos a gestionar el riesgo», confesó.

Longoria cree que esas crisis profesionales son las que pueden acabar por catapultar a una persona hacia el éxito si tiene la capacidad de canalizar la frustración. «A nivel personal nunca pensé que hubiera podido hacer todo lo que he hecho. Llevamos 50 películas, he dirigido diez (es autor de un puñado de documentales), he ganado dos Premios Goya y he estado nominado nueve veces», recordó.

Parte del equipo que participó en la producción de ‘Campeones’ posan en el photocall de los Premios Goya, junto a su productor, Álvaro Longoria.

Bajo el paraguas de Morena Films han podido realizarse películas como ‘Celda 211’, un  emocionante thriller carcelario con Luis Tosar y Antonio Resines como protagonistas, y documentales de gran repercusión, como ‘Hijos de las nubes’ que dirigió él mismo y obtuvo un premio Goya al mejor documental, además de cortometrajes como ‘Esperanza’ o ‘Santuario’, que recoge una campaña de Greenpeace en el Océano Antártico y es conducido por los hermanos Bardem.

Además, ha producido un documental sobre las políticas migratorias de Fidel Castro y la relación de Cuba con Estados Unidos, dirigido por Oliver Stone, y otro relacionado con el conflicto entre israelíes y palestinos en Oriente Medio. 

David Pérez

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