‘Podemos bajar rápido las emisiones, pero si nos obcecamos en el 100% nos vamos a bloquear’

Javier Cavada, CEO de Mitsubishi Power en la zona EMA, Premio Industria Azul: 

En un campo que evoluciona tan rápido como el de las tecnologías energéticas, no es fácil hacer predicciones pero si alguien está autorizado es quien dirige la empresa que se encuentra al frente de muchos de los avances, Mitsubishi Power. Su presidente para Europa, Oriente Medio y África es el cántabro Javier Cavada, que acaba de obtener el Premio Industria Azul, quien insiste en dar prioridad a las plantas energéticas actuales, donde se pueden reducir sensiblemente las emisiones: “Descarbonizar de 100 a cero puede llevar décadas. Movernos del 100 al 20 puede llevar menos de diez años, pero si nos obcecamos en el 100 nos vamos a bloquear”, opina.


La transición energética y la innovación industrial en el ámbito marítimo son ejes estratégicos para el Clúster Marítimo de Cantabria – MarCA, que este año ha entregado el VI Premio Industria Azul a Javier Cavada, presidente y CEO de Mitsubishi Power para Europa, Oriente Medio y África. El ingeniero cántabro, que desde hace más de dos décadas desempeña un papel fundamental en el desarrollo tecnológico de las energías renovables en todo el mundo, recogió el galardón en un acto celebrado en el Casino del Sardinero.

Javier Cavada, doctor en ingeniería industrial, comenzó su vida laboral en la planta de Bosch Treto; pasó como ingeniero a la planta de hélices marinas Navalips, propiedad del grupo finlandés Wärtsilä, donde llegó a ser vicepresidente mundial y responsable de toda la división global de Energía, con actividades en más de 170 países.

Actualmente, está al frente de otro gigante aún mayor, Mitsubishi Power para todo el ámbito de Europa, Oriente Medio y África, y es propietario de la cántabra JC Navalips, donde comenzó su trayectoria en Wärtsilä. También es miembro del Consejo de la multinacional portuguesa Galp y preside Gazelle Wind, la empresa irlandesa líder en eólica flotante.

El presidente del clúster MarCA, Juan Luis Sánchez, destacó su posición de referencia en el ámbito de la propulsión y los nuevos combustibles, “además de su optimismo y empuje para empezar nuevos proyectos y, por supuesto, su pasión por Cantabria”.

Al agradecer el premio, Cavada enfatizó sobre el potencial que tiene la industria marítima de Cantabria y recordó que la descarbonización es “el mayor desafío” pero también “el mayor mercado y la mayor oportunidad de posicionar Cantabria y el Cantábrico”.


El Premio Industria Azul

El Premio Industria Azul nació en 2019 con el objetivo de reconocer la contribución de una persona física al desarrollo de la industria marítima de Cantabria y ha alcanzado un amplio reconocimiento.

En los años anteriores fueron premiados Iñigo Losada, director de Investigación del Instituto de Hidráulica Ambiental – IH Cantabria; Christophe Mathieu, CEO de Brittany Ferries; Manuel Antonio Martínez, vicealmirante y director de Ingeniería y Construcciones Navales de la Armada Española; Vicente Boluda, presidente de Boluda Corporación Marítima; y Pedro García, CEO de Obsession Surf Santander y promotor de La Vaca Gigante.


El sector marítimo de Cantabria representa el 11% del PIB de la región y un 10% del empleo, lo que se traduce en 15.000 puestos directos y 9.000 indirectos. También aglutina más de un 20% del gasto que la comunidad hace en innovación. Con estos datos, el presidente de MarCA y director de Astander, insistió en la necesidad de que la región cuente con una estrategia en el campo de la ‘economía azul’, una hoja de ruta para impulsar el sector marítimo que “prácticamente todas las regiones tienen o están desarrollando”.

Al hacer un repaso de su trayectoria profesional, Javier Cavada se consideró un mero “motivador de grupos”. “No busquéis capitanes, buscad tripulación”, añadió.

Recordó algunos hitos de su trayectoria, como cuando el máximo responsablede la finlandesa Wärtsilä, líder mundial de equipos para buques, le anunció que pensaban en él para hacerse cargo e impulsar  toda la división de plantas energéticas y él respondió asombrado: “Sabes que no tengo ni idea de eso. Toda mi carrera he estado en la división marítima”. –Pues por eso, porque no estás contaminado”, le respondió. 

Con media vida profesional por delante, Cavada ya acumula una deslumbrante trayectoria profesional al frente de multinacionales finlandesas, británicas y japonesas de primer nivel.

Lo cierto es que bajo su mandato, Wärtsilä se convirtió pronto en la tercera compañía mundial de centrales energéticas, a muy corta distancia de los líderes. 

En ese paso de una responsabilidad a otra, el ingeniero santanderino acabó encontrando semejanzas: “al final, un barco es una planta energética flotante fuera de red, con toda la complejidad de la energía y de estar en el mar. Es el laboratorio perfecto”.

Su fichaje por Mitsubishi, un conglomerado japonés gigantesco, ha sido otro hito de su carrera. Una compañía de 100.000 trabajadores y con 250 filiales en todo el mundo, que tras la guerra mundial separó sus divisiones de banca, automóviles e industria, y donde el ámbito de la energía es una parte sustancial, aunque también produce maquinaria, aviones y hasta equipamientos aeroespaciales.

El protagonismo de Mitsubishi

En un acto anterior del Clúster Marca, Cavada ya puso de relieve el papel protagonista que tiene Mitsubishi en la descarbonización mundial, al estar presente en casi todas las tecnologías, tanto las que pretenden reducir las emisiones de las centrales ya instaladas como en las nuevas renovables.

Recordó que dos tercios de las emisiones de CO2 provienen de la generación de electricidad y advirtió que los proyectos para usar moléculas como el hidrógeno o el amoniaco no se materializarán en el corto o medio plazo, mientras que la necesidad de reducir las emisiones es inmediato. Por eso, propuso una dosis de realismo: “El primer paso no está en centrarnos en lo perfecto, en lo ideal, sino que está en descarbonizar lo que mantiene nuestra manera de vivir. El segundo paso es construir lo que aún no tenemos, y ahí sí entran esas energías renovables”.

El siguiente sería encontrar utilidades que den valor al CO2 emitido o que se pueda producir. “En Europa tenemos un 72% de la captura total de dioxido de carbono directamente en las fuentes, pero eso es porque el mercado aún es muy pequeño”, admitió. El principal inconveniente por el momento es el equipamiento necesario para recuperar el CO2 prácticamente cuesta lo mismo que toda la planta energética, y las salidas de este subproducto son aún escasas, aunque podría utilizarse para fabricar neumáticos y para combustibles.

Cavada prefiere centrarse en el impulso que pueden ofrecer los avances que ya mejoran los sistemas de producción eléctrica convencionales. Puso como ejemplo la turbina de última generación desarrollada por su compañía, la más eficiente que se haya creado nunca, que supera el 65% de eficiencia termoeléctrica y garantizan un 99,5% de continuidad.

Añadió que los ciclos combinados ya pueden funcionar con una mezcla de gas natural y un 30% de moléculas sin carbono, como el hidrógeno o el amoniaco, lo que reduce las emisiones en la misma proporción.

‘Democratización energética’

Cavada advierte que por el momento no se puede prescindir del gas, porque ofrece una cobertura vital para renovables como la solar o la eólica, de las que no se puede disponer en muchos momentos, y porque resulta más barato que las alternativas llamadas a sustituirlo: “El hidrógeno es una molécula controlable y entendida pero es extremadamente cara comparada con las que aspira a sustituir, como el metano o los hidrocarburos”. No obstante, apuntó que Mitsubishi también está haciendo plantas de electrolisis de 200 Mw, destinadas a aprovechar la electricidad que no encuentra demanda (por ejemplo, la de los aerogeneradores o centrales nucleares que siguen produciendo de noche, cuando a veces no hay mercado).


El alcalde de Camargo, Diego Movellán, y el presidente de JC Navalips, Javier Cavada, encabezaron el evento de inauguración del nuevo bosque.

Para celebrar sus 50 años

JC Navalips crea en Maliaño un Bosque Comestible de uso público

JC Navalips, una empresa de hélices de barco ubicada en Maliaño, referente mundial en su sector, ha creado el primer Bosque Municipal Comestible de la región. Un legado de 400 árboles frutales que recupera un área degradada y crea un espacio natural que será clave para el futuro de la comunidad. “En tres años, este espacio permitirá a nuestros jóvenes venir aquí a recoger fruta”, afirmó el alcalde, Diego Movellán, en su presentación pública.

Ubicado en las antiguas Marismas de Cacho, el bosque incluye perales, cerezos, ciruelos, caquis, higueras, avellanos, castaños y nísperos que empezarán a dar frutos en poco más de un año, revalorizando ambientalmente una zona antes degradada.

Javier Cavada, propietario de JC Navalips, destacó el proyecto como parte del compromiso de la empresa con su entorno: “Queremos dejar un legado en Cantabria y compensar nuestra huella de carbono. Este bosque es un símbolo importante que esperamos inspire a la comunidad y a las futuras generaciones, creando un municipio mejor del que encontramos”, señaló antes de agradecer a todos los que han formado parte de JCNavalips en estos 50 años, afirmando que la compañía encara con optimismo su segundo medio siglo.

 

 

Los consumos energéticos crecen extraordinariamente rápido en todos los países como consecuencia de la extensión de los grandes centros de almacenamiento de datos, lo cual exige nuevas fuentes de producción pero Cavada también apuntó razones estratégicas en este esfuerzo por evitar la dependencia de los hidrocarburos y democratizar la energía: “Están concentrados en tres o cuatro geografías del planeta y, en cambio, moléculas como el H2, el nitrógeno o el O2, que se encuentran en el agua y en el aire, están universalmente repartidas y no requieren la captura de carbono”. 

Hay muchos motivos para pensar que esta sustitución es cuestión de tiempo, y recordó que en 2005 la energía solar “era todavía un chiste para la industria, completamente inviable por su baja eficiencia, y en unos pocos años, la economía de escala que produjo la concentración de la producción en China redujo el coste por kilovatio en un 90%. Lo mismo estamos viendo con las baterías. El coste del Mw se ha reducido más de un 60% desde 2015, y algo parecido va a pasar con los electrolizadores”.

A pesar de que su empresa es líder mundial indiscutible en el campo energético, Cavada reconoció que “toda la tecnología que montamos ahora será obsoleta en un año y superobsoleta dentro de dos”. El futuro inmediato pasa, según aventuró, por “soluciones más simples, más ligeras y más eficientes”, en las que también está trabajando Mitsubishi. 

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