Alberto Quijano (DG Medio Ambiente): ‘Cantabria llega tarde a la energía eólica. Hay que ser autosuficientes’
Alberto Quijano (Santander, 1975) es el director general de Medio Ambiente y Cambio Climático. Licenciado en Derecho por la Universidad de Cantabria, desde sus inicios profesionales ha compaginado el ejercicio de la abogacía con el trabajo para las administraciones públicas. Ha ejercido de asesor jurídico de la Demarcación de Carreteras en Cantabria, en El Soplao y en la Fundación Año Jubilar Lebaniego. Tiene claro que la energía eólica es esencial para el desarrollo económico regional y espera que los cántabros mejoren en reciclaje, apostando por la economía circular, especialmente tras la implantación del quinto contenedor.
Pregunta.- Llevamos años hablando de la implantación del quinto contenedor en Cantabria, el destinado a residuos orgánicos. Europa había fijado como límite máximo el 1 de enero de 2024 y, puesto que no ha sido así, parece que el Ministerio para la Transición Ecológica dejará de enviar fondos europeos destinados a la gestión de basura. ¿Por qué no se han cumplido estos plazos?
Alberto Quijano.- Efectivamente, había dos plazos: el primero, en junio del 2022, para aquellos municipios con una población superior a 5.000 habitantes, y el 1 de enero del 2024 para el resto. Cuando nosotros hemos llegado nos hemos encontrado con que las instalaciones básicas y necesarias para la total implantación del quinto contenedor no estaban desarrolladas. El centro de tratamiento para tratar los biorresiduos tenía que haber estado en funcionamiento en 2022, pero nos lo hemos encontrado en proyecto y sin esa instalación no es posible una implantación.
P.- ¿Se refiere al área especial que se creará en el complejo de residuos de Meruelo? ¿Cuándo se acometerá y en que fecha prevé que entre en funcionamiento?
AQ.- Efectivamente. La planta de tratamiento para el quinto contenedor estará en Meruelo y conlleva una inversión que superará los 50 millones de euros. Tiene un proyecto de ejecución de entre 18 y 24 meses y el proyecto final se presentará en las próximas semanas.
P.- Entonces, ¿no se implementará el quinto contenedor hasta que esté en funcionamiento?
AQ.- Evidentemente no nos vamos a quedar parados a esperar a esa planta de tratamiento. Desde nuestra llegada, al ver que era absolutamente inviable alcanzar el objetivo del 1 de enero de 2024, hemos estado buscando soluciones alternativas para tratar estos residuos orgánicos y hemos dado con unas soluciones modulares. En tres o cuatro meses se pueden implantar en Meruelo y nos permitirían el tratamiento progresivo de lo que se vaya recogiendo con la implantación progresiva del contenedor marrón.
P.- En 2022 hubo un programa piloto para instalar estos contenedores en parte de la cuenca del Besaya. ¿Cómo va a seguir por el resto de la región?
AQ.- En estos cinco meses que llevamos hemos sacado dos ayudas. Por un lado, 2,9 millones de euros procedentes de fondos europeos destinadas a la compra de contenedores en aquellos municipios en los que MARE no hace la recogida. Por otro, otra licitación por valor de otros dos millones para la compra de contenedores en los municipios en los que la hace MARE.
Una vez los ayuntamientos beneficiarios los compren y los coloquen, se unirán a los 400 existentes en la zona del Besaya. Esperemos que para 2024 el quinto contenedor esté en funcionamiento en gran parte de la región.
P.- ¿Cómo espera que acepten los cántabros un nuevo contenedor cuando parece que cada vez se recicla peor?
AQ.- La verdad es que es una situación llamativa. Es cierto que los cántabros nos hemos relajado en el tratamiento de los residuos, y por eso nuestra labor es continuar haciendo campañas de sensibilización social y sobre el funcionamiento de los diferentes contenedores, ya que muchas veces tenemos dudas de dónde va cada cosa. Desde los inicios de MARE, este tipo de campañas han sido uno de sus cometidos. Además, los adjudicatarios de las ayudas de las que hemos hablado, procedentes de fondos europeos, tienen que hacer campañas de sensibilización.
‘En Cantabria tenemos que trabajarnos cada inversión y no podemos desperdiciar la energía eólica’
Es importantísimo concienciar a la ciudadanía de que no tratamos con residuos, sino con recursos recuperables. Tenemos que cambiar la mentalidad. Hasta ahora hemos aplicado una economía lineal; es decir, extraigo y uso. Eso ya es insostenible y todos los ciudadanos tenemos que mentalizarnos de que eso no puede seguir funcionando así. Tenemos que pasar a la economía circular, que es: extraigo, uso, intento alargar la vida del producto lo máximo posible y, finalmente, volvemos a introducirlo en la cadena gracias al reciclaje. Hay que tender al residuo prácticamente cero. Yo sé que es utópico, pero el residuo, como lo entendemos hoy todos nosotros, va a desaparecer. Y para ello la sensibilización social es importantísima.
P.- ¿Por qué creen que se ha perdido esa conciencia, al menos en la separación de residuos?
AQ.- Es una pregunta difícil de responder y a nosotros nos llama la atención. De hecho, vamos a hacer estudios para saber por qué se está produciendo este fenómeno y a implementar todas las medidas necesarias para que se revierta. Estoy seguro de que lo vamos a conseguir, porque es un objetivo prioritario para esta Dirección General.
P.- ¿Cómo se puede convencer a quien no tiene una preocupación medioambiental?
AQ.- Tenemos que mentalizarnos de que cada producto que no reciclamos nos penaliza económicamente. El ciudadano debe ser consciente de que cuando no usa el contenedor adecuado se está generando un perjuicio económico a sí mismo y se lo está generando a la administración, que tiene que pagar la tasa al vertedero y a la incineración.
P.- El Plan de Residuos actual finalizaba en 2023 ¿Qué objetivos se plantean para el nuevo?
AQ.- Desde mi aterrizaje en la Dirección General voy un poco apagando fuegos y atropellado por la agenda. Efectivamente, el Plan vencía el pasado 31 de diciembre y hemos tenido que prolongarlo dos años, hasta finales de 2025, que es el tiempo que hemos estimado que nos va a llevar preparar uno adaptado a las nuevas exigencias.
P.- La autorización de parques eólicos es otro asunto que se prolonga en el tiempo. Los de El Escudo, Somaloma, Alsa y Cuesta ya tienen permiso del Gobierno. ¿Cuándo se espera que estén listos?
AQ.- En el tema de los parques eólicos nos encontramos con otro de esos retos a los que Cantabria llega tarde. Acabamos de emitir la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) sobre cinco parques que se suman al que ya está aprobado, el de El Escudo, y hay tres que se autorizarán en los próximos días. Nosotros siempre hemos sido partidarios de la energía eólica, pero no de cualquier forma ni de cualquier manera; no nos vale cualquier instalación que se pretenda montar. Por ello, las declaraciones de impacto ambiental de estos cinco parques son favorables pero de forma condicionada, no se va a realizar ninguna aberración medioambiental en Cantabria con la energía eólica.
¿Y cuándo van a comenzar a funcionar? Pues depende de las empresas promotoras. Nosotros hemos cumplido nuestros deberes de autorizarlos a tiempo.
‘La demolición de Vuelta Ostrera es una decisión judicial y hay que cumplirla’
P.- A pesar de que es una apuesta tanto del Gobierno actual como del anterior, la energía eólica sigue teniendo muchos detractores en la región. La comunidad que más energía consume, Madrid, no tiene ningún parque de este tipo en su territorio. ¿Por qué Cantabria debe subirse a este carro?
AQ.- Es cierto que en Cantabria la energía eólica genera cierto rechazo social, quizá porque no se ha explicado debidamente. Cantabria tiene que tener como objetivo ser autosuficiente energéticamente.
Madrid es una comunidad en la que se encuentra la capital de España y tiene muchos elementos peculiares. Posiblemente a Madrid no le haga falta hacer nada para recibir inversiones, pero en Cantabria tenemos que trabajarnos cada inversión, hay que apoyar a nuestra industria y no podemos permitirnos desperdiciar un instrumento energético como la energía eólica.
Cantabria tiene que ser autosuficiente y tiene que buscar todas las fuentes de energía renovables y sostenibles que tenga a su alcance, porque eso genera riqueza, economía y puestos de trabajo. Eso permite que las empresas y las industrias de Cantabria puedan acceder más fácilmente a la energía. Si nosotros dependemos de otros territorios, estaremos empobreciendo Cantabria y yo creo que no es el objetivo.
P.- Uno de los problemas para la instalación de cualquier tipo de infraestructuras energéticas en Cantabria es la ausencia de un Plan Regional de Ordenación Territorial. Comenzó a tramitarse en 2016 y nunca llegó a aprobarse. ¿Qué expectativas hay?
AQ.- El PROT depende de la Dirección General de Urbanismo, pero como soy miembro de la CROTU puedo decir que no se va a tirar a la basura el trabajo realizado porque aquí no venimos a hacer tabla rasa de lo que se ha hecho. Lo que esté bien hecho se va a mantener y se va a trabajar sobre ello. Evidentemente, Cantabria no se puede permitir una legislatura más sin un PROT, que nos evitaría muchos de los problemas o las cuestiones sociales relacionados, por ejemplo, con los eólicos. Si tenemos regulado dónde, cómo y de qué forma se pueden instalar parques eólicos nos evitaría muchos problemas. Por ello se está trabajando a pleno rendimiento para obtenerlo a la mayor brevedad posible.
P.- La demolición de la depuradora de Vuelta Ostrera lleva desde 2005 en el aire. En marzo de este año se conoció la elección por parte del Ministerio de un lugar muy próximo para la ubicación de la nueva estación. Es decir, se demolerá una planta que costó 24 millones de euros para construir otra de 110 millones a solo 300 metros.
AQ.- Esto deriva de una sentencia judicial, que nos gustará más o menos y nos parecerá más o menos absurda, pero las sentencias hay que cumplirlas. Es cierto que, ya no como Director General de Medio Ambiente, sino como ciudadano, me resulta poco comprensible realizar un desembolso económico de esa magnitud para mover una planta esa escasa distancia, pero es una resolución judicial y esta Dirección General entiende que hay que cumplirla.
‘En el suelo rústico, se podrá construir con determinados parámetros y el determinados lugares’
P.- El Gobierno ha anunciado que se introducirá la declaración responsable ambiental para un centenar de actividades e instalaciones, como explotaciones ganaderas o negocios que elaboran productos alimenticios. ¿En qué consistirá este cambio y qué mejora puede suponer para los empresarios?
AQ.- Esta medida responde a lo que siempre ha defendido este Gobierno, la simplificación administrativa. Hay que reducir los plazos y facilitar las actuaciones a los empresarios porque eso es un una fuente generadora de riqueza. Una empresa parada, una empresa que no puede realizar su actividad, pone en peligro la propia viabilidad de la misma y, por otro lado, no nos aporta nada.
Hay trámites que son muy redundantes y, por tanto, entendemos que son innecesarios. Esta declaración responsable va dirigido a aquellas actividades que no son peligrosas, por lo que es una manera de simplificar el trámite, ya que perfectamente se puede hacer una supervisión posterior una vez están en funcionamiento, y si se detecta alguna anomalía, se corregirá.
Queremos que no haya empresas que por este trámite estén paradas meses y meses, como nos hemos encontrado. No es una novedad que nos hayamos inventado o nos sacamos de la chistera, sino que existe en la normativa española y hay que tender cada día más a su uso para agilizar la economía.
P.- ¿En qué plazos se tendrá que regular la situación de estas actividades?
AQ.- Como es para actuaciones que no son gravosas ni peligrosas, es un tema de la propia inspección, de la disponibilidad de los funcionarios en cada momento. Por supuesto, en el caso de que haya alguna queja vecinal, se actuaría inmediatamente para supervisar que esté todo correcto.
P.- La reforma de la ley del suelo puede verse como una medida para fomentar la vivienda en los pueblos pero puede chocar con el medio ambiente y con la preservación de los espacios naturales. ¿Se puede asegurar que será un crecimiento sostenible?
AQ.- Se trata de asentar población en aquellos municipios más despoblados, pero con un control total y absoluto. Para eso está la CROTU, que comprueba los valores medioambientales con lo que, desde un punto de vista de medio ambiente, a nosotros no nos preocupa la medida. Se podrá construir cumpliendo determinados parámetros y en determinados lugares, sin que afecte a ningún elemento protegido. En todo caso, va a ser un desarrollo controlado y sostenible.
María Quintana