Comienza la construcción del parque eólico del Escudo

Es el primero desde hace una década y media y abre la puerta a otros seis ya autorizados y cinco en tramitación

La gran mayoría de proyectos de energia eólica que se manejaron durante la primera década de este siglo en Cantabria se quedaron en el aire, a excepción del parque de Cañoneras en Soba, que se autorizó durante el Gobierno de Martínez Sieso (1996-2003) y se construyó en 2010. Desde entonces, no se había vuelto a ejecutar ningún otro proyecto de energía eólica hasta ahora, en que han comenzado las obras del parque del Escudo, proyectado por Biocantaber. Es el primer paso de una nueva época, porque hay otros seis aprobados y cinco más en tramitación.


Década y media después de que se construyese el parque de Cañoneras en el puerto de Los Tornos, se reanuda en Cantabria la construcción de estos polígonos eólicos. Hay siete muy avanzados en tramitación, todos ellos en la comarca Campoo- Los Valles, que pretenden levantar un total de 66 molinos, con una potencia conjunta de 146 megavatios y uno que ya está en construcción, el parque eólico de El Escudo, casi una hazaña después del larguísimo proceso que ha seguido la tramitación y de los avatares del marco legal que ampara estas instalaciones.  

Se trata del proyecto que en 2019 presentó la UTE Biocantaber –formada por Iberdrola Renovables, Banco Santander y la empresa cántabra Ocyener– en el que se fusionaban tres que había presentado previamente (El Escuchadero, Cruz del Marqués y Peñas Gordas), a los que tuvo que renunciar por las incidencias con las que se topó en su tramitación y la exigencia de la dirección de Medio Ambiente del Gobierno cántabro de que el informe de impacto medioambiental fuera conjunto, debido a la proximidad de los tres parques. 

El proyecto final, el parque eólico del Escudo, sumará una potencia de 101 MV aportada por 24 aerogeneradores y generará energía renovable equivalente al consumo anual de 95.300 hogares, lo que evitará la emisión de 45.000 toneladas de CO2 al año.

De los 24 molinos, 23 estarán situados en los municipios de Molledo, Luena y Campoo de Yuso, así como la subestación eléctrica. El restante se emplaza en el municipio de Aguayo, cuya corporación ha paralizado temporalmente todas las licencias, por revisión del planeamiento urbanístico, por lo que no podrá acometerse por el momento.

Primeras obras

Las obras han comenzado este verano en instalaciones auxiliares, el tendido de las líneas eléctricas de evacuación. Una vez que Biocantaber ha recibido la autorización administrativa de construcción (AAc) ya puede iniciar los viales de acceso, las cimentaciones y la explanación del terreno sobre el que se va a asentar la subestación que recogerá la energía renovable producida. 

Por sus dimensiones, este parque ha tenido que tramitar la autorización ante el Ministerio de Transición Ecológica. Será, además, el primero de España en aplicar la tecnología BIM, que permite controlar al detalle la ejecución de las obras y la aplicación de las medidas para reducir el impacto. Este modelo digital lo está desarrollando la empresa cántabra Ingecid, vinculada a la Escuela de Ingenieros de Caminos de Santander.

Los siete parques eólicos de Campoo-Los Valles generarán 70 empleos de continuidad, según las empresas promotoras.

El proyecto del Escudo supone una inversión de 120 millones, y los trabajos requerirán hasta 200 trabajadores en periodos punta.

La empresa promotora se ha comprometido con los tres ayuntamientos donde se instalarán los aerogeneradores a abaratar en un 50% la tarifa eléctrica de los vecinos y ya ha abonado a las juntas vecinales más de 210.000 euros en cánones anuales por el uso de montes públicos. 

Todo lo que está por llegar

Desde el acceso al Gobierno cántabro del Partido Popular, el proceso de tramitación de los parques ha avanzado deprisa. Además de los seis ya autorizados, con 119 molinos de 384 MW y 421 millones de euros de inversión, en Cantabria hay otros cinco en tramitación, que pretenden implantar 66 aerogeneradores, con una potencia de 146 megavatios y una inversión de 176 millones de euros.

El presidente de la La Asociación Eólica de Cantabria (AEC), Agustín Valcarce, ha destacado que los siete parques más avanzados facturarán unos 40 millones de euros anuales por la energía generada y durante su construcción dejarán unos 60 millones en el tejido empresarial de la comunidad autónoma, sin contar con la posible participación de industrias cántabras en la fabricación de componentes.

Además, subraya que el suministro de la energía eólica producida puede inducir ahorros de hasta el 25% de la factura eléctrica de algunas industrias electrointensivas.

Solamente por las licencias, los ayuntamientos afectados percibirán unos siete millones de euros. Los promotores también hacen hincapié en el efecto sobre la economía de la zona de los 350 empleos directos que según ellos pueden requerirse durante la construcción de los parques y otros 70 durante su explotación.

Los colectivos ecologistas no parecen muy convencidos por estos argumentos y son muy críticos con el impacto visual que van a tener los molinos. Tampoco confían en que sean generadores de empleo, dado que funcionan de forma prácticamente automática, telecomandados a larga distancia.

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