El visitante se mete en harina

Sobaos Joselín encontró en 2018 la clave para sacar más rendimiento a su punto de venta en Selaya, donde obtiene el 10% de su facturación: profesionalizar la vertiente más turística del negocio con visitas guiadas y talleres para enseñar a los visitantes a elaborar su propio sobao de manera artesana. 

José Manuel Carral, gerente de Sobas Joselín, recuerda que el antiguo obrador también recibía visitas de turistas y grupos concertados por agencias de viaje u hoteles, pero se producían de manera esporádica, a diferencia de lo que ocurre ahora. 

“Esta línea de trabajo es interesante, no tanto por la recaudación en sí, que es testimonial, sino porque nos ayuda a fidelizar clientes”, matiza. “Al elaborar sus propios sobaos, ven de primera mano cómo se hace y con qué materias primas. Así se gana la confianza del cliente”, añade.

La mayoría de esos visitantes procede de Madrid, Castilla y León, País Vasco y Cataluña. Un empleado les muestra paso a paso el proceso de elaboración, desde la integración y amasamiento de las materias primas, hasta la fase de cocción, la confección del molde del sobao y su empaquetamiento. “Les gusta que les atiendan los propietarios o un trabajador. A la gente le encanta poner cara a la empresa”, constata Carral.

Las normativas de calidad impiden el acceso de visitantes a las líneas de producción, pero dado el interés que suscita el proceso de elaboración, la empresa tomó la determinación de construir un ventanal, a modo de mirador, para que los visitantes pudiesen ver cómo es el trabajo de la plantilla en el día a día.

Dar un uso turístico a sus instalaciones fue una decisión perfectamente calculada: “El anterior obrador era muy pequeño y difícilmente visitable. No tenía espacio de aseo ni cafetería y eso es algo necesario. Por eso, quisimos dar a nuestra nueva fábrica un carácter más abierto”, concluye.